Solangelo One-Shots

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SI HAY FALTAS DE ORTOGRAFÍA O INCOHERENCIAS INCOHERENTES FELICIDADES POR NOTARLAS.

Nota (POR FAVOR LÉELO AUNQUE SEA A LA RÁPIDA <3),: El gato (Bianco Doordazo) apareció en el especial 46. La verdad no sé cómo explicarlo, pero la presencia del gato no afectará one-shots anteriores donde debería afectar. Y como estos cortos no tienen secuencia temporal, el gato aparecerá cuando corresponde y no aparecerá cuando no en los shots que a futuro pos, publicaré/escribiré/leerán (A/N: No necesariamente en ese orden ¯\_(ツ)_/¯). 

— Odio mi don de Apolo luego de un Captura la Bandera—se quejó Will, moviendo los hombros y el cuello para destensarse—. Si solo fuera un arquero o jugara bien al basquet... Pero, ugh, esos malditos hijos de...

— Ares—finalizó Nico (A/N: Hay niños que leen esto. Yo no, por supuesto que no. Pura idea)—. Ya deberías estar acostumbrado a eso. 

— ¡Pero no puedo! Siempre hay nuevas extremidades que volver a insertar, heridas que coser, quejas que escuchar y...—suspiró—. Y aun quedan más en el futuro... Qué suerte que tengo a mi adorabl-¡auch! novio aquí para mi.

— Sí, sí—interrumpió el pelinegro conforme con el zape en la cabeza que le había dado a su novio (¿Decirle adorable? ¿Aún no aprendía la lección?).

— No puedo esperar a ir a dormir...—Will se apoyó en el regazo de Nico, a sabiendas que este no lo rechazaría—. Despiértame cuando se acabe mi descanso... 

— Yo no te recomiendo dormir. Solo te quedan diez minutos —

— Lo que sea—inspiró fuertemente. El aroma de su novio era una de las cosas más relajantes que habían.

Nico miró su propia mano. Estaba morena, como antes. Tenía pequeñas cicatrices insignificantes y las uñas normales.

Lentamente acercó su mano a los rizos de Will y enterró sus dedos en ellos. Los revolvió a ritmo tardío admirando el brillo que cobraba el cabello en el sol con destellos que desaparecían luego. Acomodaba mechones tras las orejas y peinaba otros rebeldes. Entonces, notó que sin darse cuenta se había agachado hasta que la punta de su nariz acariciaba y era capaz de olfatear el pelo de Will Solace.

Pensó en alejarse, alejar sus manos y fingir que en realidad no se había "dejado llevar". Pero por alguna razón, pensó también en quedarse allí, cerrar los ojos, apoyar su cabeza en la espalda de Will y no moverse (ya había olvidado que su novio no tenía un descanso eterno).

De tanto debatirse entre esas dos opciones, se había quedado estático. Sus dedos estaban aun enredados en el cabello rubio.

— Ew—Will se volteó. Frunció el ceño cuando Nico se sobresaltó de manera exagerada—. ¿Por qué te detienes?

— Porque... Hum...—trató de manera disimulada erguirse—. Tu descanso... Se termi...nó.

— ¿Cómo? ¿Tan rápido?

— Sí, ufff. Qué rápido pasó, ¿no? Bueno, mejor vuelves ya y...

— A mi no me engañas, pillín. Me quedan cuatro minutos y veintitrés segundos. Veintidós—cortó rápido la poca distancia que Nico había logrado hacer—. ¿Por qué te detuviste?

— Por nada en específico—refunfuñó a la defensiva de haber sido descubierto—. No estaba obligado a seguir —el contrario puso los ojos en blanco:

— Nico... Te vi—el pelinegro puso expresión confundida.

— ¡Pero si tú estabas dándome la espalda! ¡Eso no es...!—ahora frunció el ceño cuando Will empezó a chasquear la lengua. Como si él supiese algo que Nico no.

— Mira—sacó (de la nada) un pequeño espejo—. Este es uno de mis menores secretos.

— ¿Menores? Es un espejo—apuntó.

— Sí, pero este es el espejo que ocupo para algo que no te voy a decir.

— Oye, me confundes. Con ese espejo... ¿te peinas por las mañanas?

— No.

— ¿Revisas que no te salga alguna... espinilla?

— No—sonrió ladino—. No hace falta. Con una buena alimentación y los productos adecuados el acné es solo un cuento de terror.

Nico resopló—. Bien. Entonces, ¿qué?

— Con este espejo...—el hijo de Apolo inspiró—. Con este espejo... ¿por qué debería decírtelo?

— Porque soy tu novio—respuesta instantánea. Entonces adoptó una expresión tenebrosa—. ¿Verdad?

— Por supuesto—coincidió el otro sin inmutarse—. Con este espejo...

— Oh, por favor. Parece que estás invocando a los muertos. Y sé de lo que hablo.

— Lo hago a propósito—explicó —. Bueno, con este objeto de los dioses soy capaz de ver todo lo que haces en cada momento desde cualquier ángulo. 

— Todo—repitió Nico. Se estremeció—. ¿Todo?

— No todo, por supuesto—dijo rápido—. Por ejemplo, cuando mis hermanos se burlan porque me la paso mirándote, recurro a este bebé.

"Me la paso mirándote" 

El hijo de Hades sentía que se le nublaba la mente. Will decía de repente cosas tan lind- ¡extrañas! ¡Will decía cosas extrañas!

— Bueno—recurrió a refunfuñar por la vergüenza y la felicidad que se debatían en su pecho—. Eso es extraño. ¿Cómo es que no me di cuenta antes?

— Ah. Ese es uno de mis mayores secretos. Pero no nos desviemos del tema...

— De eso hace rato.

— Sí, lo sé. Pero está en el guión. ¡Quiero decir! Ahora, Nico—ronroneó para molestarlo—. Es cuando me dices el por qué te veías tan nervioso desde mi espejo.

— Hmpf—bufó. Will inclinó la cabeza:

— Sabes que no leo las mentes, amor.

"Amor"

— Porque sí.

— ¿Y por qué porque sí?

— ¿Y por qué no?

— Porque sí.

— Pues porque sí.

— ¿Y por qu-?

—  ¡Porque me dejé llevar, me emocioné y aaaagh —se cubrió el rostro con las manos —, qué vergüenza! 

Will aplastó el rostro de Nico contra su pecho emocionado:

— ¡A mi no me da vergüenza decir que te amo!  

Él se sonrojó:

— No es eso—berreó—. Y... y te queda medio minuto.

— Dos minutos y diecisiete segundos, amor. Dieciséis. 

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Yooooo no tuve ningún bloqueo, ni ganas de escribir, ni sentirme obligada ni nada. Esto tampoco estuvo en borrador por casi dos meses ni es puro relleno. Para nada, osea jelou.  

Perdón:c prometo volver con Aaron, a mi bebé ese no me lo saco de la cabeza fjksfjsk