Un Gusto Conocerte

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El dolor de cabeza me mataba por dentro, mis ojos pesados me tragaban por completo. Un olor a alcohol invadió mis fosas nasales.

Estoy no debería estar pasando.

Elevo una mano a mis ojos y los rasco de tal manera porder abrir los ojos, el dolor se extendía muy fuertemente por toda mi cabeza, sentía que me moría internamente pero gracias a Dios no.

Abro los ojos lentamente, veo el techo color azul marino, y un foco de una forma muy original. No sabría explicarlo.

La luz de la ventana hacia que el dolor fuera aun mas fuerte, maldecí por debajo.

-mierda.-susurré poniendo una mano arriba de mis ojos para no poder ver mas las luces.

El sonido de una regadera cerrandose se hizo presente, la casa estaba en pleno silencio, gotas de agua se escuchaban caer, muevo mis piernas para poder encontrar una salida de la cama, siento las sábanas enrolladas en mis piernas, cheque debajo de las
Sábanas y vi que tenía una prenda llamado short puesta, una playera blanca me cubría a mis dos amigas y mi cabello alborotado ahora lleno de muchos nudos.

Saco un pie de las sábanas y una oleada de fresco sentía alrededor de mi piel, saco el otro pie y siento lo mismo.

El sonido del agua aun seguía ahí, lo único que me acuerdo es sentir que alguien me sacó de la fiesta cargándome como una bolsa de papas.

Que decepcionante Danielle.

Sonidos de pies mojados tocando el suelo se escucharon, mi vista viajo hacia aquellos sonidos. El baño.

Trato de buscar unas sandalias cerca, no quería pisar el suelo frío, podría enfermarme.

El sonido de la perilla sonó y abrió la puerta del baño y se dejó ver aquél hombre quién identidad desconocía.

-Despertarste.- dijo aquél ser caminante y cuerpo de humano.

Chico.

-Así parece.-conteste con naturalidad aun que no creo que fuera una pregunta.

-Bien.- el chico que ahora con conversación cortante siguió con su camino. Fue hasta un cajón dónde se vio sacar un boxer de ahí. Me miro de reojo e hizo una señal definiendo que me volteara, y así fue. Hice caso omiso para voltear a la dirección contraria de el.

Vi que aquel chico paso al lado mio ahora ya en pantalones y su torso desnudo, unos hombros y brazos bien formados se podrían ver desde aquel punto de vista de donde lo estaba.
La luz que entraba por la ventana hacia que su piel blanca resaltara más de lo normal.

Me di cuenta de mi aspecto y busqué con la mirada una ropa de chica según yo, mía.

-Ahí está.-habló otra vez aquél ser señalando una esquina donde ahí estaba la dichosa ropa de chica.-Ve a cambiarte, te espero abajo en 5 minutos. No tardes.

Dijo para despues salir por aquella puerta de madera color café chocolate. Empecé a quitarme "mi" ropa, vi mi cuerpo algunas marcas de moretones, leves pero algo es algo.

Ya cambiada, busco con la mirada mis tenis adidas por todo el cuarto, cuando los encuerto debajo de la cama. Sonríe.

Bingo.

Me miré en el espejo y mi cabello estaba un totalmente desastre, podria ver cada nudo de ellos, busque un cepillo pero sólo encontré un peine de plástico, con el aplaco mis cabellos ahora ya arreglados.

Agarré mis cosas y salí de la habitación.

Mientras buscaba las escaleras los cuales no fue tan difícil de hallar, miro mis brazos llenos de moretones, unos grandes y otros chicos. Hasta que le encuentro la forma de una mano.

Ese estupido que se...

-¿No vas a bajar?.-una voz que abajo de las escaleras, Miré de quién era esa voz y nada ni nada menos que de aquel ser.

-Es lo que estoy haciendo.-dije bajando las escaleras de manera tranquila.

-Eres muy lenta, el desayuno ya está listo.- dijo aquel ser y se fue hacia la cocina según yo, por que ahí esta la comida ¿No?.

Llegué hacia el comedor y vi en él un tazón de vidrio, dentro de ella había papaya con manzana roja, arriba de la fruta tenia yogurt de color blanco con granola con arándanos.
Se veía delicioso.

-Sientate y come.-ordeno aquel ser, yo sólo quise hacer caso.. no quiera hablar ahora.
Aunque tenga muchas dudas y preguntas.

El se sentó en frente mío, la mesa era de vidrio y para cuatro personas. Lo mire y vi como estaba tan entretenido en comer su alimento. Yo hice lo mismo, su postura era un poco recta y la mia muy curveada.

Al terminar, el fue el primero en dejar el plato a un lado, a mi sólo me faltaba las sobras del yogurt. Al terminar, dejé de comer y puse el plato cerca del suyo. Sentí una mirada y un silencio totalmente incómodo.
Lo miré.

-¿Que tanto me ves?.-dije muy inapropiadamente, el me miró y fruncio el ceño.

-¿Que no tienes modales?.-dijo, su voz era un poco gruesa, sus ojos cafés con un cierto brillo en ellos.

-En ciertas ocasiones.-hice una pausa, me recargue en mi asiento y me crucé de brazos y el emitió mi acción.-¿Cómo te llamas?.

-Aaron, y tu Danielle.-dijo mirándome  detenidamente.

-¿Eres tú el tipo de la fiesta de anoche no?.-me enderece en mi asiento y puse mis brazos en la mesa mirándolo fijamente.

-Así es, ya no conocimos...

-De una mala manera, y ¿Quien te crees tú para ir y decirme esas cosas?.-terminé por él, lo miré alzando una ceja.

-Perdón por eso.. iniciemos de nuevo.-dijo y se paró de su asiento acomodandose su camisa , me paré de mi lugar haciendo lo mismo, estabamos de frente a frente. Hasta que él extendió su mano.

-Soy Aaron Johnson, un gusto en conocerte.-dijo y acepté su mano fuerte, firme y suave.

-Soy Danielle Lee, un gusto en conocerte.

Tu Eres Mi Droga ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora