Capitulo 31-" Te hice la vida miserable"-

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Intentaba ser fuerte pero era algo que no era. Yo era un fraude y todo iba se mal en peor.

Sonreí forzado, miré en dirección al pasillo, mis maletas seguían allí. Recordé que siempre estaba la opción de huir. Cuando las cosas se tornan mal, cobarde, es lo que soy. Mi motivo de estar aquí seguían intacto, mi madre y ahora con todo esto ¿Hannah? Agradecía que no fuera Maddy pero no podían solo dejarlo y ya, sin casarnos. Froté una mano contra mis ojos. Estaba cansado de todo esto, de no poder ser feliz.

Narra ______:

Los chicos se alistaban para ir al cine y yo decidí quedarme.

Junté unas cosas en mi maleta, la próxima semana viajaría a Australia, todo estaba perfecto para la obra… algo me recorrió ¿Satisfacción? Quizá.

Anoche llamaron a mi móvil del hospital, aún trato de descubrir como lo hicieron, pero me dieron una noticia, la cual me explicó porque Robert desapareció, el tenía cancer, y estaba internado hace ya un tiempo.

Miré la hora para hacer mi viaje secreto a la clínica. Le había prometido a Zayn que jamás  volvería a acercarme a él pero en estos momentos necesito verlo.

El taxi se detuvo en la entrada principal. Busqué con prisa la habitación 306 tal y como me lo habían dicho en recepción ahí estaba el con una sonrisa triste unas ojeras gigantes, tenía poco cabello, resultado de las quimioterapias,  y sus ojos ya no brillaban con la emoción de cuando yo era pequeña estaban apagados mirando a la nada, hace mucho tiempo tenía esa mirada.

Aclaré mi garganta esperando que él me mirara y dijera algo.

Mi padre me miró y fijó sus ojos en mi mirada.

Robert: Sabía que vendrías.- dijo inocente. Yo solo suspiré angustiada.- No deberías estar aqui ¿Sabes? No me lo merezco, lo único que me merezco es estar aquí solo, me merezco cada una de las cosas que me estan pasando, me merezco morir… te hice mucho daño. Tú no tenías la culpa de nada, eras mi más pequeño tesoro y te culpé por el abandono de tu madre.- una lágrima cayó de sus ojos.

______: Lo sé. - basilé al decirlo.

Robert: 5 años, 6 meses, 10 días –busco un reloj– y te diría hora minuto y hasta segundos pero no traigo el reloj conmigo. Todo ese tiempo te hice la vida miserable, no tengo las palabras para pedirte perdón. –sonrió con pesar.

______: ¿Puedo abrazarte?- sabía que él no merecía nada, pero era mi padre, y ya no podía más con tanto dolor. Tenía que aprovechar este momento de lucidez de su parte.

Robert: Creí que nunca me lo preguntarías, hija.

Corrí hacia él y me acurruqué en sus brazos cálidos y fraternales. Mis ojos se aguaron, había pasado tanto tiempo deseando esto… sabiendo que él nunca fue el culpable de nada.

Robert:  Recuerdas cuando veíamos al sol esconderse –acentó– ¿Quieres ver el último atardecer juntos?

Lo mire incrédula ¿Último?

Robert: He dejado mis medicamentos y no he querido más quimioterapias… no puedo retrasar más la enfermedad…mi hora ya llegó.

______: No podría soportar perder a alguien más, perderte de nuevo –dije en un susurro mientras mi voz se ahogaba.

Robert: _______ no me perderas, de donde sea que este estaré contigo. –apunto a su corazón.

Pero no… yo no podría abrazarlo más si estaba allí…

Robert: Y ¿Qué me dices? ¿Quieres subir?

Intente sonreírle… pero las lágrimas caían como una cascada desde mis ojos, atravezando por mis mejillas y perdiéndose al final de ellas o sino ahogándose en mi boca.

Una enfermera lo ayudó a acomodarse en la silla de ruedas. Vimos como el sol se escondía y la luna ocupaba su lugar, vimos todas nuestras memorias y pudimos ver lo que nos faltó recorrer.

 Nos quedamos fijos el uno en el otro y con una sonrisa en el rostro. 

Una toz lo recorrió sin cesar, los paramédicos llegaron instantáneamente. Él, entre ahogos, me decía que todo iba a estar bien. Se lo llevaron a pabellón.

Las recepcionistas me enviaron a casa cuando lograron estabilizarlo pero yo entré a su habitación y nos despedimos.

La noche mandaba en las calles frías y eso no ayudaba a que yo despejara mi mente de él. Debía salir con más personas pero su sonrisa estaba fija en mi mirada. Me dije BASTA saque mi celular y le marque… a William el me ayudaría a olvidarme de Niall.

 **Narra Niall.

 Mi padre hablaba maravillas de mí, supongo que todo lo que decía eran sentimientos inventados.

Hannah estaba sentada al frente de mí, era una muchacha joven y hermosa… ella podría tener el mundo a sus pies o en una sola mano controlándonos a todos. Sus ojos azules reflejaban la inocencia, una peligrosa inocencia en definitiva cualquier hombre caería rendido ante ella pero yo no. Cualquiera quisiera estar en mi lugar.

Su padre con el mío hablaban de mil y un historias mientras ella guardaba silencio y mi mente volaba en quién sabe dónde me limitaba a asentir o reír cuando era necesario. La mirada de Hannah constantemente chocaba con la mía.

Me levanté de la mesa.

Niall: Me siento algo encerrado iré a caminar. –dije cortés.

Carl: Hannah ¿Por qué no lo acompañas? –le lancé una mirada a mi padre que reflejaba toda mi íra. pero como siempre, a él no le importó.

Hannah: De acuerdo. –dijo tímida.

Carl: Así aprovechan de conocerse. –el padre de ella la animó.

Ella se puso su abrigo yo solo la esper-e en el umbral de la puerta. Quizás aquí podría llevar a cabo la primera parte de mi plan, era el momento perfecto… solo debía esperar unos cuantos minutos que pronto se volverían en segundos.

PARADISE- {Niall&tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora