Nuestro ¿Final? (Chris Collins)®

TRES: La carta.

•Capítulo dedicado a: @Mari_vonUnger por creer en esto. Te loveo baaaae💜
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P.D: I'M BACK. Disfruten.

–¿En serio te dijo eso? –pregunta Chris realmente irritado. Como era de esperarse le conté todo lo sucedido con el supuesto caza-talentos, no quisiera que hubiera secretos entre nosotros, además debe de estar enterado por el tipo ese, ni siquiera sé qué quiere.

–Sí, pero ya no quiero pensar en ello, por favor. –le digo y él estaciona el auto, fuimos a un lugar a cenar.

–Tienes razón, no hay que darle importancia al tipo ese, aunque no pretendo bajar la guardia si intenta un movimiento más contigo.

–Gracias, tienes razón.

–Vamos a cenar –dice Chris.

En cuanto nos dan la carta hago un gesto de desagrado, ¿en serio no venden nada saludable aquí? No es que sea la persona más sana del mundo, amo la pizza como los días de verano pero simplemente ahora no puedo descuidar mi figura, no mientras tenga carrera aún por delante o sean vacaciones.

–¿Ya sabes qué pedir? –me pregunta Chris. Rayos, me conoce tan bien que podría apostar ya sabe que no quiero nada.

–Agua. –digo y sonrío, a lo que me gano una mala mirada de su parte. –¿Qué? Es lo único decente. –replico.

¡Demonios! ¿Porqué dije eso? Soné como una maldita tonta, como una modelo de esas todas huecas, siendo que no soy ni modelo, ni hueca.

–Perdón, sabes a lo que me refiero, es sólo que ahora no puedo, si subo un kilo, aunque sea sólo uno, mi jefa me pondrá bajo advertencia y...–empiezo a explicar pero me interrumpe.

–Deberías renunciar.

–¿Qué?

–Es la verdad, estás bajo mucha presión todo el tiempo y ahora resulta que no puedes comer lo que quieras. –agacho la cabeza porque en eso tiene razón.

Estoy en constante estrés por eso y tiene razón, cuando doy clases no como lo que quisiera pero tampoco me mato de hambre, llevo una dieta y nunca he sufrido de algún desorden alimenticio gracias al cielo.

–Además, creo que ya podríamos formar una familia y... ya sabes. –oh, oh, campo minado.

–Aún no. –digo cortante.

Él sabe perfectamente qué pienso sobre todo esto. Si tanto me estoy cuidando es por algo, aún no estoy lista para ser mamá, además a penas (y con mucho esfuerzo) pudimos comprar una casa, aún no estamos listos para mantener una vida. Y yo nunca me visualicé a mi misma encerrada en una casa sólo cuidando hijos.

Encerrada, atada. No es lo mío y el lo sabe.

–Laur...

–Sabes perfectamente bien lo que pienso a cerca de esto.

–Pero deberíamos, ya sabes.

–No, no lo sé. No estoy lista para quedarme encerrada en una casa toda la vida cambiando pañales nada más. –replico.

–¿Es así como lo ves? –pregunta indignado.

Está dolido, y me duele bastante pero sabe que no me gusta la idea en lo absoluto.

–Chris. Por favor.

–No, mejor te llevo a tu casa para que puedas seguir tu dieta y hacer lo que quieras, ya que yo no entro en tu plan de vida. –dice y se levanta.