1 DE MARZO.
Faltan tres días para mi cumpleaños, y ya tengo mi regalo. Sí, este cuaderno, libro, o como se llame. Bueno, igual no quiero ser grosera.. Pero, no entiendo para que un libro. Mi mamá me dijo que era para que escriba día a día lo que me pasa, no le veo la gracia, pero entiendo que por un lado, es lindo descargarse, pero descargarme escribiendo, no se si será buena idea.. Igual, esta bueno intentar, no?
Mañana empiezo las clases, en el liceo judío no son tan fáciles las cosas, tenemos límites, límites judíos. Como saben, no podemos estar en el jardín, no podemos ir de compras, no podemos ir al cine, no podemos caminar por la ciudad en horarios públicos, solo desde cinco de la mañana, hasta las nueve y media de la mañana. Y desde nueve de la noche, hasta doce y media. De todas maneras me divierto. Límitandome, pero me divierto. Mi única, y querida religión es judía. Me educaron así, siempre fuí judía, y fuí siempre a colegios judíos.
En el colegio, siempre se ríen de mí, siempre se burlan, me pegan, y lo que mas me molesta, son las bromas pesadas. Me acuero que el último día del colegio, me pusieron un sapo dentro de mi mochila, y que hizo el sapo, repugnante? Me salto en la cara. Nada lindo, por cierto. A nadie le debe pasar lo que a mí, estoy segura, por eso me siento una idiota, una idiota, que tiene que morir, que me tengo que ir lejos, bien lejos, sin que nadie me encuentre, y nadie me busque, el día que me muera, pocos llorarán, pero.. ¡Cuantos se alegrarán! Buena reflexión.
Debo irme, pero mañana ni bien llegue del liceo, te cuento como me fué.
-Annie
