Ella.

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Lo vi, yo lo vi todo y no puedo perdonármelo.

Ella era hermosa, tenía rostro de ángel, su piel era blanca y se asemejaba con la porcelana.

Sus ojos, Dios sus ojos eran de un marrón oscuro tan intenso que te quitaba el aliento.

Su cabello era oscuro como la noche y corto, la hacía ver hermosa.

Su forma de caminar era tan pacifica cualquiera creería que ella estaba en una nube.

Ella era Melody Smith la chica de la que perdidamente me enamore, iba en tercero conmigo en el instituto, siempre se sentaba al lado de la ventana y era muy aplicada, siempre sacaba buenas notas excepto en dibujo; con suerte lograba hacer un muñeco de palitos decente, sé que amaba las fresas y sé que iba a ser de las mejores escritoras, siempre sabía que decir y que escribir, éramos amigos siempre nos sentábamos juntos en la cafetería.

Su voz era la de un ángel.

Sus dientes eran blancos, como el reflejo del sol.

Y sus labios, oh sus labios eran perfectos, no eran finos pero no eran en exceso gruesos.

Y tenían este color rosa natural que me hacía delirar.

Toda ella era perfecta, la forma en la que arrugaba la nariz para reír, su olor siempre dulce y fresco; ella olía como a vainilla y a bosque, ella era como un soplo de aire fresco.

Citare a algún escritor porque esta frase le queda a Melody como añillo al dedo: ¨Dolía, mirarla dolía¨.

L.

Melody el ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora