Desperté a causa de que papá abrió las cortinas de mi habitación de par en par.
-Despierta Caeli, debes ir a estudiar hija.
-Sabes papá, no hacía falta un bronceado por la mañana. -Dije somnolienta, sentándome sobre la cama.
Cuando papá pasó por el umbral de la puerta escuché un 'rápido pequeña'. Me balancee hacia a la izquierda para quedarme viendo una sola pantufla, como cada mañana.
Me levanté directo al baño, luego de hacer mis necesidades, bañarme y vestirme, bajé a desayunar.
-Venga Caeli, tardas mucho. -Dijo mamá pasando un labial color carmesí.
Me senté en la banqueta de desayunador y presté atención a algo que había escuchado tantas veces.
-Te dejé la nota de las cosas que tienes que hacer pegado a la heladera. Pórtate bien, no quiero a nadie en la casa que no sea Lizz, ¿Oíste? -Su dedo acusador apuntó hacia mí con incredulidad.
-Y por cierto, nada de chicos. -Se escuchó decir de Samuel, mi hermano menor, mientras bajaba con una maleta verde manzana.
-Sí, lo que dijo tu hermano. -Le siguió papá.
Mamá seguía alistándose, siguiendo por sus aros de perla mientras yo seguía con mi taza de té en manos, era viernes y aunque mis padres y hermano se iban por unas semanas por negocios de la empresa a Madrid, yo debía ir a estudiar.
***
Fui al instituto a hacer prácticamente nada porque ese tema ya me lo sabía y solo ayudaba a Lizz a que le entre en la cabeza este tema de una vez. El timbre del receso sonó por todo los salones y los chicos comenzaron a salir en manada, formando grupos por todo el pasillo y la cafetería. Nos fuimos a sentar cuando vimos a Tano, nuestro amigo en una de las mesas que siempre elegíamos.-¿Qué tal el examen de Historia? -Le pregunté al verlo con su cabeza recostada sobre su brazo, levantó su cabeza.
-Pues nada, como siempre mal, pero ya sabes, la profesora no se resiste sobre mis encantos. -Dijo guiñandome un ojo.
-Por eso cuando busques trabajo buscaras Jefa y no jefe, cierto?
-Exacto. -Dije volviendo a su posición anterior.
Pensándolo bien, quién no caería sobre sus pies con este chico, un italiano de tez pálida y ojos azules. Al principio creía que era gay o emo, por que para ser muy lindo, no tiene a todas las chicas a sus pies por la razón de que a él no le caen bien las chicas del instituto, se entregan muy fácil a él y eso no le gusta.
Terminamos el instituto y Lizz se quedaría en casa. Íbamos a ir a una fiesta de unos conocidos de Tano, que por cierto, su nombre es Fabrizio.
Mi amiga se bañó, alistó y vistió con unas prendas mías que le presté, un vestido corto azul Francia y una campera de jean, en mi caso me puse un vestido corto bordó de mangas largas y una chaqueta de cuero negra con unos zapatos negros y ya.
***
Llegamos con mi amiga y vimos a un amigo.
-Reina, creí que no vendrían, por cierto, están guapísimas.-Rió y abrazó a ambas- Por allá está Tano, las estábamos esperando, vamos a jugar al "Yo nunca..." ¿Conoces el juego?
-Claro, lo jugué una vez, terminé mal. -Echamos a reír los tres.
Nos acercamos a los chicos y pude visualizar varios rostros mirándonos, ignoré todo aquello y me senté en el respaldo de la silla de mi amigo.
-Pequeña, vas a jugar?
-Obvio. Esto no lo dejo pasar..-gritó sobre la música y agarró su vaso Lizz.
Luego de unirme a la ronda con las personas que no conocía pero debo admitir que son tan idiotas como los mejores, éramos más o menos un total de 15 a 20 personas ocupando gran parte del patio que al final me dijeron que la casa era de un tal Tobías. Tano termino de servir el último vaso con uno de los chicos de la ronda.
-Tara, empiezas tú. -dijo una de las chicas.
-Ok..-pensó unos segundo y una sonrisa divertida se pudo visualizar sobre sus labios- Yo nunca he durado más de 15 minutos en la cama.
Más de 5 bebieron el alcohol de sus vasos, el clima favoreció la noche; se decía algo caliente o cosas estúpidas, pero el juego iba por ahora.
Terminó el juego y a Lizz ya le habia hecho efecto el alcohol, pero insistía en estar bien asi que me entré en la cocina pasando por un bulto de personas excitadas bailando al compas de You Got Me de G-Easy que hacía vibrar las paredes. Cargué mi vaso solo con un poco de gaseosa y volví al patio, cuando el viento golpeó mis facciones reaccioné a la oleada de calor que habìa adentro de esa casa.
-¿Aburrida?-una voz sonó ronca por encima de la música, mi piel se erizo, no sé si por que estaba de los más refrescando afuera o por su voz, pero lo ignoré.
-No, el clima en esta fiesta es bueno, solo no tengo ganas de entamblar nuevas amistades.
-Entonces.. La aburrida eres tù?
-Pásala bien. -Pobre idiota, aunque tenía razón, no se la iba a dar.
-Ey nena, tranquila, solo quería hablar -Exhaló una bocanada de humo y quedó con su cigarro en la misma mano que sujetaba su bebida. Que sexy, ¿Creía que era sexy? Ay por Dios, cómo podía creer que éste ogro se veía sexy?
Ahora que podía verlo mejor, sí era guapo. Tez trigueña clara, ojos claros, tal vez un avellana o verdes, estaba rapado. Llevaba un buzo con capucha color amarillo y una camisa a cuadros arriba, un jean azul claro, algo rasgado y zapatillas blancas. Dios, era toda una detective. Pero creo que ya se había dado cuenta de como lo observé de arriba abajo tanto que sonrió con malicia.
Lo ignoré y lo dejé con su cara de estúpido ahí parado.
Mi mirada viajó a Tano que hablaba de algo con otras 3 personas.
-Tano siento interrumpir, ¿has visto a Lizz? Debo llevarla a casa. -Pude sentir la mirada de los chicos encima mío.- Disculpa, se te ha perdido algo? -Esa era una de las razones por la que estaba sola, era muy perra con los hombres.
El chico negó con la cabeza y se llevó el cigarro que yacía entre sus dedos. Me asqueaba, hubiese jurado que sus ojos me traspasaban por todo el cuerpo.
-No, creí que estaba contigo, vamos a buscarla.
***
Luego de encontrar a Lizz y despedirme de Tano. Llevé a Lizz a su casa con el auto de su hermana. Me quedé en casa de mi amiga. Antes de quedar dormida, caí en cuenta que la voz del tipo en la fiesta, se me hacía conocida.Me desperté temprano por las arcadas de Lizz desde el baño, me levanté y até su cabello rizado en un moño, mientras frotaba su espalda. Me mantuve toda la mañana despierta por el estado de mi amiga hasta que mejoró y ya debía irme.
Saliendo de la casa de Lizz ya eran las 10:37 am y debí estar en mi casa hace 30 minutos. Mi celular marcaba 4 llamadas de mamá y 2 de papá.
"Lizz se quedó en casa y nos quedamos dormidas" textee y mandé el mensaje a mamá.
Llegué a casa, estaba todo en silencio, me di una ducha, limpie lo que había desordenado. Me cambié y salí a comprar unas cosas al supermercado.
Espero no ser la única que cuando sale completamente echa bolsa por la calle, pasen 50 chicos bonitos.
Uno de los chicos río junto a los demás, pero entre todas, esa risa.. Pude reconocerla.

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Debt
Teen FictionCaeli, una bella muchaha de 18 años, vive su vida como cualquier adolescente normal. Tras un sucedo, su vida cambiará completamente, y no solo para ella, si no para todos los que la rodean. ¿Quién es el bueno, y quién es el maldito en esta histor...