Era un día normal en México, lugar al que Gaara Of Le Doom (Gold) se había mudado junto con su amiga TsukiDL, gracias a la ayuda de su amigo Dross Otsutsuki. Un día, Dross le había comentado a su Gold que debía conseguir un trabajo. Sí, ella logró conseguir el título de Técnico en nivel medio de Secretariado, su más lograda experiencia fue en un Instituto en donde, su maestra guía, la evaluó con muy buenas calificaciones, diciendo que Gold no tendría ningún problema en desempeñarse algún día en una gran empresa con grandes y futuros empresarios.
Su habilidad y agilidad para desenvolverse en una oficina eran increíbles. Contestar las llamadas telefónicas, dejar recados, realizar oficios y sobre todo tener un gran manejo en el área de informática, todo eso dejaba estupefactos a sus superiores y a su maestra guía. Todos soñaban con que algún día Gold fuera reconocida como una de las grandes Secretarias en todo México. Pero, tenía otro objetivo, también quería desempeñar al máximo su don, el Arte y las grandes pinturas era lo que más le fascinaba, pero sobre todo la lectura y escritura.
Si nos adentramos más en cómo es su personalidad, diríamos que es una chica explosiva, amable, y gritona. Por las noches… se convierte en una chica más atrevida, en busca de juegos y placer. En las mañanas viste con prendas un tanto llamativas, pero cuando se asoma la luna viste con prendas de colores más oscuros y provocativos, pantalones, vestidos, minifaldas de colores negros con rojo, calipso, fucsia, entre otros.
Por las noches, cuando Dross y TsukiDL se quedaban dormidos, ella aprovechaba la oportunidad para escapar por el balcón de la casa. Se aventuraba a explorar todos los alrededores, hasta los sitios más oscuros y peligrosos.
La oscuridad y la frescura de la niebla al caer era una de las cosas que más le fascinaban y el color de su piel se volvía más pálido debido al frío de la noche. Siguió caminando hasta que recordó aquel lugar en donde siempre le gustaba distanciarse de los problemas. Gold se dirigía hacia un bosque cercano donde sólo se podía apreciar la tenue luz de la luna llena cerca de un lago. Más al fondo había una rigurosa y extraña cabaña, su refugio, del que sólo se podía distinguir el humo que desprendía de la chimenea. En ese entonces le resultó muy extraño, nadie tenía acceso a esa cabaña más que ella.
Gold ingresaba a la cabaña, sin temor. Cuando la puerta se cerró de golpe lo único que se podía escuchar eran los pasos casi inaudible, parecía como si estuviese un alma vagara perdida en los pasillos cercanos a las recamaras vacías. Todo estaba completamente oscuro, lo único que iluminaba los pasillos era la luz de las velas en los candelabros. A ella no le gustaba tener la cabaña iluminada con luces, pues le gustaba el aspecto misterioso que daban los cuadros puestos en cada pared.
Revisaba en cada sección de las habitaciones, pero no había nadie, sólo los pasos que se escuchaban cada vez más y más cerca. Una vez que los pasos cesaron, escuchó a alguien respirar detrás de ella cerca de su oído. Se dio la vuelta dándose cuenta de que era un joven de cabellos negros y de piel morena. Él vestía con un jeans de color negro, al igual que su camiseta y chaqueta de cuero que lo hacía ver aún más atractivo; con unos ojos que lo único que se podía distinguir de ellos era una cosa... DESEO.
El nombre de aquel misterioso chico era Dash Aniston. Cada vez que ella conocía a alguien lo primero que distinguía en una persona era sus intenciones, pero con solo verle a sus ojos, sabía muy bien cuál era su intención y el chico parecía interesarse mucho en ella, como queriéndola devorar con la mirada.
Cada vez se acercaba más a Gold pero ella retrocedía. Intentaría huir e ignorarlo, pero Dash fue más rápido que ella y tuvo la única opción de aprisionarla a la pared de una recamara. Lo primero que hizo fue oler aquel perfume que ella llevaba, era muy embriagante, tanto como para dejar loco a cualquiera que intentase pasar cerca de ella. Luego posesionó sus labios firmemente sobre los de ella. Gold no se lo esperaba; tanto era el deseo que el sentía por ella que lograba hacer desfallecer todas sus fuerzas para luego caer rendida a sus brazos. Ella soñaba con ese momento, era una de su más grande y deseosa fantasía sexual conocer a un chico como él. Y que travesuras no haría él con ella.