Día 6. No curse/alternative curse

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Regina solo conseguía pensar una cosa: ¡qué día de mierda!

Había sido entretenida en la oficina durante horas por estúpidos documentos y por aquella idiota de Mary Margaret, que le había pedido expresamente-y además con coraje- más casitas para los pájaros de la ciudad...y ella, para no darle una bofetada, se había tenido que recordar a sí misma que no habría sido justo cogerla contra una pobre mujer loca porque ningún hombre quería esta con ella-y además cómo culparlos. Incluso su hijo estaba furioso con ella porque, siempre por culpa de Mary Margaret, había tenido que saltarse la reunión escolar del muchacho, cuando le había prometido el día anterior que irían juntos. Después, estaba aquel borrachuzo de Leroy, que casi la había derribado en la calle, evidentemente borracho.

Sacudiendo la cabeza, Regina decidió bajar la mirada para no encontrarse con las de sus odiados conciudadanos. Echó a andar con la cabeza gacha, el ruidito de sus tacones que resonaban en la acera desierta debido a la hora que era, ya todos estarían cenando. Pero Regina debería haber sabido que caminar sin mirar por donde se anda no era una buena idea, porque, por costumbre, acababa siempre por tropezarse con alguien indeseado. De hecho...

«Hey, debería estar más atenta, ¿sabe?» rio la muchacha que acabó en el suelo, aparentemente divertida por la situación.

«¿Qué?» preguntó la morena, mirando a la rubia, que no había visto en su vida...que era lo que más la asustaba «Pero, ¿quién es usted?»

«Soy Emma Swan» dijo la mujer de unos treinta años, extendiéndole la mano y ayudándola a levantarse de la acera «Acabo de llegar a la ciudad»

«Yo soy la alcaldesa Mills» se presentó Regina, siempre con aires de superioridad «Y ha sido usted la que se me ha echado encima, señorita Swan»

Emma frunció el ceño y replicó contrariada

«Usted no miraba por donde caminaba, Señora Alcaldesa»

Regina rio sarcásticamente y pasó por delante, diciéndole sin mirarla

«Bueno, de todas maneras esté más atenta la próxima vez, Emma. No trato muy bien a quien encuentro en mi camino»

Graham se dejó caer sobre la cama, jadeante, y dijo

«¿Qué te ha ocurrido para que hoy estés así de...fogosa?»

«Siempre estoy fogosa» replicó ella, girándose hacia el otro lado con expresión indiferente y tragando una mentira «No ha pasado absolutamente nada»

«¿Segura? Quizás tiene que ver con la muchacha que ha llegado hoy y que parecía enfadada contigo hace poco cerca de Granny's» murmuró el muchacho, jactancioso, pero de todas maneras asustado ante la reacción que la morena podría tener ante aquellas insolentes palabras.

«Creo que es mejor que ahora te vayas, Graham» cerró tajantemente la conversación Regina, con un tono que no admitía réplica.

Así el sheriff, suspirando por la testarudez de Regina, se levantó de la cama y, tras vestirse a toda prisa, salió de la habitación y de la casa sin decir una palabra. Cuando él se hubo marchado, Regina, y sin haberse quedado saciada, comenzó a masturbarse en modo casi desesperado, pensando en esos pocos instantes en que su cuerpo había entrado en contacto con el de Emma Swan.

Finalmente aquella charla privada con el profesor de Henry se había concluido. Aquel hombre no había hecho otra cosa sino lanzarle alusiones sarcásticas y tirarle los tejos de una manera poco sutil, sin rendirse nunca ante su rechazo. Pero, por lo menos, Henry iba bien en matemáticas.

Hacía algunos minutos que había salido del colegio y se encontraba afuera, fumando un cigarrillo. Algo que no hacía habitualmente, solo cuando estaba bastante tensa. Y había descubierto que fumar la ayudaba a mantener y combatir el nerviosismo, así que ¿por qué no?

Seven days with Emma and ReginaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora