Nicky
Ahi estaba, desparramada por la cama. Mis multiples jeringas en el piso. Vergas, lo volví a hacer. Supongo que eso de la fuerza de voluntad no se me da mucho. Al menos esta vez si sabia donde estaba. El techo medio desmadrado, las paredes blancas mas despintadas que mi muerta bisabuela y el piso lleno de mierda de ratones. Era la casa de Luis. De seguro estaba de rodillas enfrente del escusado sacando la cena de ayer. Tenia un dolor pulsante en mi cabeza, cosa que llevaba mil sin pasarme. Me incorporo y doy unos cuantos pasos. Probablemente me vea de la chingada. El rímel corrido, la sombra de ojos toda embarrada, el lipstick corrido y mi rubio pelo en una maraña desastrosa. Doy unos cuantos pasos mas y de la nada piso algo húmedo. Muero de asco ya que probablemente por pendeja perdí mis zapatos en algún lado y probablemente acabo de pisar mi propio vomito. Genial lo que me faltaba. Me siento en el piso y agarro una blusa que estaba tirada. A su puta madre, esto no es vomito. Para mi gran sorpresa el liquido viscoso que estaba en mis pies no era vomito, sino sangre. Rápidamente me revise el estomago, los brazos, pies, piernas, cara. Nada. Ni una sola gota de sangre. Entonces si no es mía, ¿de quien chingados es? Un miedo paralizante me acoge. No, puta madre, no puede ser de el. No me puedes chingar la vida otra vez, no puedes hacerme esto culero. Tambaleando me levanto, mi respiración se escucha entrecortada, mi corazón late a mil por hora, y tiemblo peor que un alcoholico mórbido. Llego a la puerta del baño, pero no me puedo obligar a abrirla, no quiero ver lo que esta adentro.
¡Mierda, mierda, mierda solo hazlo ya! Y abro la puerta...
LeoVoy corriendo, me persiguen. Mierda ya no hay salida. Llego al final de callejón y solo veo una pared alta de ladrillos, no hay manera de escapar. Supongo que ya era mi tiempo, demasiadas peleas, demasiadas deudas. Por supuesto me merezco este final morboso. Mi atacante por fin me alcanza, saca una pistola de su entrepierna. Empieza a titubear, como si nunca hubiera hecho eso antes. Lo lamento, me dice el hombre. Bam solo veo un destello y caigo al suelo.
Alicia
Me despierto sobresaltada. El esta alado mío, aun disfrutando su profundo sueño. Me pregunto si esta soñando conmigo. Claro que si dice mi cabeza tratando de convencerme. Me levanto y voy a su lado de la cama. Me encanta verlo cuando duerme, siempre se ve pacifico, relajado cosa que es poco común ver cuando esta despierto. Su pelo negro cae sobre su frente, llega casi hasta sus ojos. Su piel de nieve tiene un gran contraste con su negra cabellera. Sus ojos azules (aunque a veces son mas grises), tan intensos, tan llenos de emociones que yo nunca podría expresar aunque lo quisiera. Me veía simple a lado de el, incluso fea. Chaparra, ni delgada ni gorda (se podría decir que re llenita), pelo cafe y ojos color lodo. Era total y completamente sencilla, nada del otro mundo. Si un día simplemente dejara de existir nadie lo notaria, pasarían los días, meses, incluso tal vez años y nada pasaría. La tierra seguiría girando, y la gente haría lo que siempre hace. Pero si el desapareciera, dios! No lo dejaría de buscar nunca, no habría piedra sin mover, ni océano sin cruzar. Nada era mas importante o especial. El es mi todo. Los sigo observando un poco mas. Sus fuertes brazos, su abdomen marcado y por impulso muevo su cabello para alejarlo de sus ojos. Su brazo se mueve con destreza y agarra mi mando. Sus ojos son un gris oscuro, una mirada tan congelante como el hielo es dirigida hacia mi.
Que haces Alicia? Me pregunta el...
ESTÁS LEYENDO
Todos escogemos lo que nos mata
Mystery / ThrillerYa sea el alcohol, las drogas o unos ojos azules. Todos escogemos nuestra adicción, nuestra razón para despertar todos los días. Todos escogemos lo que nos mata.