Había una frase que mi abuela decía mucho cuando yo era muy pequeña, era una frase que podría llegar a poner a cualquiera a pensar si en realidad las cosas que pasaban en el mundo eran más que simples casualidades de la vida, o que tu mismo haces qu...
Desde que el momento que había pisado el aeropuerto en Corea había sido una gran sorpresa sin duda, pero después de conocer al guapo Oppa había parecido que había tocado el cielo.
Aunque poco me había durado el gusto, que vamos, solo había llegado a donde viviría por un año que era una especie de fraternidad o bueno al menos algo parecido, ya que tenía que compartir habitación con otras chicas y bueno el colegio quedaba a menos de 20 minutos caminando por lo menos, ya que no era una chica especialmente que le gustaba la actividad física (si deberían de culpar a mis padres por eso, desde que me compraron un carro de segunda mano no caminaba ni a la vuelta de mi casa) pero vayamos al punto, que nada más entrando al colegio una ahjumma o mejor dicho una "miss" comenzó a decirnos que está prohibido prácticamente todo excepto respirar, bueno a palabras simples así era.
Por lo menos me habían tocado unas buenas compañeras de habitación, una se llamaba Karen era una chica de México que hablaba perfectamente el inglés aunque estaba apenas empezando el coreano igual que yo, la otra era Sunny una chica de padres Coreanos que fue llevada desde pequeña a vivir a Londres así que apenas estaba tratando de comprender su propio idioma natal, y bueno la ultima Bo Na ella era Coreana y sabía a perfección su lengua por supuesto solo que estaba tratando de aprender inglés y llevaba un buen avance. Así que éramos nosotras cuatro compartiendo el cuarto.
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Apenas llegamos cada quien escogió su cama, por suerte había tocado la cama de abajo que pensar en dormir arriba me daba vértigo que vamos a veces soñaba que me caía era mejor prevenir en todo caso.
Los uniformes eran sin duda DEMASIADO MONOS, realmente me fascinaban, aunque no encontraba el punto de usar uniforme que vamos ya casi éramos de la Universidad pero había normas en las escuelas coreanas que había que acatar.
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- ¿No creen que estamos demasiado grandes para esto? - Comentó Karen, tomando el uniforme que estaba colgado en su cama, y colocándose enfrente de ella para ver que tal le quedaba, yo igual tome el mio e hice lo mismo, asentí que vamos en mi colegio cada quien iba como quería, pensaban en la individualidad del ser humano, yo creía que más bien era la flojera de los directores para ponerle orden a una bola de salvajes como eran los estudiantes, al contrario de aquí o por menos es lo que se veía.
- Yo creo que esta super bien, es un ahorro al menos no nos van hacer bullying por repetir ropa - Dijo Bo Na, bueno sabiendo que en todas partes llegaban hacer eso, en mi propia escuela a veces repetir ropa era un sacrilegio, gracias a Dios yo me juntaba con puros hombres que le importaba 3/4 de lazo lo que me ponía, pero aparte conocía los estándares que se manejaban en Corea y sabía que la apariencia importaba mucho, así que comprendía a Bo Na en preferir usar uniformes.
- Bueno podemos dejar de pensar en el uniforme y por piedad ir a comer, estoy tan famélica que soy capaz de comerme un elefante completo - dijo Sunny haciendo gesto tan exagerado y tocándose la barriga como si con eso demostrará realmente su hambre, mientras que las demás chicas y yo nos empezamos a reír de su cara, es que verla hacer aquellos pucheros no tenía precio.
- ¡Vamos! antes que te comas al pobre elefante - argumente, antes de tomarla del brazo para sacarla del cuarto y comenzar a caminar hacia una tienda o algo que estuviera cerca.
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Nos encontramos con puesto callejero, una sonrisa se formo en mi rostro, aunque bueno era más parecida al gato de Alicia del pais de las maravillas.
Saludamos a los señores, y la primera que se acercó a pedir fue Sunny, parecía que hablaba en serio cuando decía que tenía hambre. Después una a una nos fuimos acercando a pedir y por supuesto a comer.
No sabia cuantas brochetas de pescado me había ebullido, solo sabía que era lo más rico que había probado en mi vida, ya después Bo Na me comentó que su nombre era "Kkochieomuk", realmente ¡Amaba estar en Corea!.
Después de haber llenado nuestros estómagos hasta el tope, nos fuimos de regreso al dormitorio
por que mañana teníamos un día largo que vamos era el primer día de clases y teníamos que estar frescas como lechugas si queríamos dar una buena impresión.
Al otro día bien temprano sonó la alarma, la última en pararse fue Sunny, todas aventamos cojines hacia ella, mientras reíamos.
Más tarde ya estamos listas con los uniformes bien puestos, y bueno era el momento de conocer a los que serían nuestros compañeros, yo estaba súper emocionada que vamos .....