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Llegamos al aula, íbamos muy retrasados por lo que el profesor nos mando a la dirección.
Nos quedamos esperando un par de minutos.

—Siento meterte en problemas Leo.—Comenté.

El me miró y bufo. —¿Leiny pidiéndome disculpas?, que novedad.— rió.

—¿Puedes dejar de ser tan molesto?, por lo general un "no te preocupes" va primero. —dije rodando los ojos.

—Larguemonos de aquí. —dijo tomando su mochila y levantándose.

—Eso pensaba.— dije imitando su acción.

Salimos de la dirección y nos fuimos al patio trasero del instituto, nos sentamos en unas bancas de madera mirando el gran espacio que había.

—Yo tengo que ir al psicólogo por.. porque.. —comentó, lo miré curiosa, pude notar su expresión de tristeza.

Le tomé del hombro y él volteo hacia mi. —No tienes que decirme.— le sonreí.

El asintió y ambos nos quedamos en silencio.

—El chico de la plaza, el rubio.. ¿te gusta no es así?. —pregunto Leondre.

—¿Charlie?..—Pregunté y el asintió.  —Enrealidad sí, pero ¿viste a la chica con la que estaba?, no podría compararme con ella.— baje la cabeza.

—Claro que no se puede sería ridículo. —dijo entre risas, le mire mal aunque sabía que tenía razón. —Grabate esto Leiny.—me tomó de los hombros, y dirigió su mano derecha a mi mentón haciendo que centre mi mirada hacia él. —Nunca compares la esencia de una persona con su físico, no se puede, es absurdo.— decía mientras me miraba fijamente.

Asentí delicadamente al mismo tiempo que el timbre sonó, Leondre se levanto de la banca y me levantó posando su brazo derecho alrededor de mis hombros.

Al llegar al aula, le quite su brazo de mis hombros y entré, tomé asiento, y dirigí mirada hacia Leondre, quién todavía tomaba asiento.

(...)

Aún con lo que me había dicho Leondre, no lograba aceptarlo, y por alguna razón quería entrar al equipo de baloncesto para demostrarle a Jeny que no es la mejor en todo. Y realmente era mi oportunidad, ya que dos integrantes del equipo habían sufrido un accidente.

La última clase finalizó por lo que de inmediato guarde mis cosas, y tomé mi celular para avisarle a Charlotte que saldría más tarde.

Leondre POV'S:

Al salir al estacionamiento gire sobre mis talones buscando entre la multitud a Leiny, pero simplemente no la encontré.
Volvi a mi dirección, me puse mis audífonos y camine a casa.

(...)

Ya en la esquina, vi a la madre de Leiny, la cuál al parecer venia de compras, me acerqué a ella y la ayude con las bolsas.

Llegamos a su casa, ella abrió la puerta y ambos entramos, dejé las bolsas en la mesa, y le eche un vistazo a la casa, estaba vacía, cómo si estuviera sola.

—Bueno, me retiro.— me despedí.

—Gracias Leondre.— me sonrió, yo gire para  irme. —Oh espera, ¿no salían tarde?.—me preguntó, yo voltee con el ceño fruncido.
—Leiny me dijo que tendrían una clase extra.— dijo confundida.

—Necesito irme, y no se preocupe por Leiny, la traeré. —contesté a la par que salía corriendo de ahí.

“¿Qué es lo que estabas pensando?, ¿Qué diablos haces Leyni

Pensaba mientras me dirigía a toda marcha al instituto, la escuela estaba vacía, había buscado por todos lados, el patio trasero, la cafetería, incluso había entrado a los baños de mujeres.

Pero recordé, había un lugar donde no había buscado aún, la cancha.. Sin pensarlo dos veces me dirigí allá, por las ventanillas pude verla entrenando, mejor dicho fracasando, no encestaba ninguna, estaba cansada, se notaba.

—Esta chica..—dije curvando mis labios.

Ella soltó un gruñido mientras caía al suelo, la miré con el ceño fruncido.

—¡Eres un desastre Leyni, nada te sale bien!.—decia entre dientes.

Se extendió en el suelo, tal vez se estaba dando por vencida, por lo que no podía dejar que haga eso.

Entré a la cancha, y tomé un balón lo rebote mientras me dirigía a Leiny, ella se incorporó mirándome, en cuánto mantenía su atención en mí tire el balón a la canasta. Sonreí al ver que enceste, me giré a Leiny la cuál se veía sorprendida.

—¡Qué idiota!.—gruño.

—Vamos a casa, mañana entrenaremos. —dije tomando su mano para salir, ella paro en seco.

—¿Estas de mi lado?.— preguntó.

—¿Qué?.—Fruncí el ceño soltando delicadamente su mano.

—Quiero demostrarle a Jeny que puede ser tan buena como ella en basquet. —respondió.

Sonreí de lado, me causaba ternura el como había dicho lo anterior, estaba insegura pero ella quería lograrlo.       —Nunca estuve de su lado.— le sonreí.

—Si, claro. —soltó una carcajada sarcástica. —Vamos, que le has mentido a tu madre y se entero. —dije nervioso, no sabía como iba a reaccionar. Pero lo tomó muy bien, tomó su mochila y se dirigió a mi para irnos juntos.

Punto y coma;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora