Traté de secar todas las lágrimas con mis manos antes de que me pudiera ver, no me quería mostrar débil frente a él. Levanté mi vista encontrándome con Conrad, le sonreí de la manera más falsamente.
-Conrad- miré a todos lados- ¿Y la chica con la que estabas?
-Se marchó, verdaderamente ya no quería estar más con ella- asentí, no tenía ánimos para discutir con él-¿Me puedo sentar?- Apuntó a mi lado, nuevamente asentí. En ese momento olvidé que lo odiaba, nesecitaba necesitaba un compañía y no importaba quien fuera, sentía su mirada puesta en mí y no iba a mentir me incomodaba- ¿Estabas llorando?
-¿Yo? No para na...- mi voz se entrecortó, al mismo tiempo que las lágrimas no las controlaba. Miré a otro lado, no me gustaba que las personas me vieran tan indefensa, menos él.
Sentí unos brazos rodearme, y una extraña conexión cuando sus brazos me tocaron, tengo que admitirlo fue bastante raro pero muy reconfortante a la vez. Sí, ahí estaba yo, llorando en el hombro de la persona que menos esperaba en el mundo, Conrad Benner. Estuvimos bastante tiempo así, con sus brazos rodeandome, el sonido de nuestras respiraciones era lo único que se escuchaba. No quería volver a mi casa.
Cuando mis lágrimas cesaron, me separé de él- gracias por esto- nunca pensé que le diría eso.
-Descuida- sus ojos se posaron en mí- no me gusta verte llorar.
-¿Lo dices por conquistarme como me lo habías dicho o lo dices realmente?
-Lo digo realmente, y espero que haya logrado subirte aunque sea un poco el ánimo.
-Te puedo hacer una pregunta- asintió- ¿Nuestro odio se mantendrá igual después de esto?
-Si, puedes confiar que esto queda sólo entre nosotros- le dediqué una sonrisa- una cosa, mi conquista sigue en pie.
-Pues señor Benner- le di una palmada en el hombro- viendo como besa a otra chica, no hace un gran aporte en su conquista- solté una carcajada.
-¿Celosa señorita Cooper?
-Para nada.
A simple vista, Conrad parecía el tipo de chico que sólo piensa en acostarse con chicas, me había equivocado bastante. Aunque mi odio hacia el no cambiaba, él era una gran persona.
-Creo que es un poco tarde- un nudo se posó en mi estómago, no quería ver a mi mamá.
-Si- respondí levantándome.
-Te voy a dejar a casa- dijo más como una afirmación
-No es necesario.
-No fue una pregunta- sonrió.
Comenzamos a caminar, la casa no estaba lejos, bueno las casas ya que el vivía cerca mío.
-Creo que está es la primera y última vez que vuelva a ver ese lado tuyo- dijo interrumpiendo el silencio.
-¿Mi lado?- pregunté confundida.
- Tu lado amable hacia mí.
Me reí un poco antes de responder- Estas en lo correcto- me detuve al estar en frente de mi casa- Gracias por todo lo que acaba de pasar Conrad, es bastante raro agradecerte.
-Lo sé, pienso lo mismo- me observó un instante- Cuando me mudé a Inglaterra no creí que hubiera nada interesante, pero me equivoque.
-¿Y ya hiciste amigos?- estaba haciendo tiempo para no entrar a la casa, estaba a un paso de entrar pero me negaba a hacerlo.
-Sí, un tal James, ¿Lo conoces?- rodé los ojos.
-No me agrada precisamente.
-Es bastante simpático, pero que va- se acercó a mí dejando un beso en mi mejilla, la carga eléctrica que se sintió fue impresionante e incómodo- Adiós niña amable- soltó pequeñas carcajadas.
Me acerqué a la puerta y cuando estaba a punto de cerrarla le grité-Adiós niño engreído- escuché su risa.
Una vez ya dentro de casa, me dirigí a mi pieza casi corriendo no quería hablar con mamá ahora. Para mi suerte no me habló, eso fue un alivio.
Cuando ya estaba acostada, mi celular vibró
Número Desconocido:
Espero que duerma bien niña amable.Yo:
¿Cómo conseguiste mi número?Número Desconocido:
Eso es un secretoYo:
Esta bien niño engreído, me iré a dormir. Mañana ya no seré niña amable.Conrad: (Ya lo agregué a mis contactos):
Lo sé, por eso aprovecho el llamarte así, espero que tu ánimo haya mejorado. Buenas noches, niña amable.Aún sigo odiando a este tipo, si deje que me abrazara fue porque no había nadie más en quien apoyarme y ya había soportado un año sin llorar. Mañana todo sería igual, sólo nesecitaba a alguien que me abrazara sin que me preguntara que me pasaba. Y fue el único, ese es el motivo. Me prometí--el día que se fue mi padre-- no sufrir por nadie más, pero mamá rompió eso y ahora lo vuelvo a prometer.
*
-Es que no puedo creerlo- Kate estaba bastante sorprendida y molesta. Le conté lo de mi madre, por supuesto que lo de Conrad no.
-No quiero volver a casa- Conrad pasó por mi lado, no cruzamos mirada ni nada. Todo seguía igual que antes- Pero tengo que enfrentarla.
-Tienes que hacerlo, y es mejor antes.
La última hora de clases se fue en un abrir y cerrar de ojos. Esperaba que mamá estuviera trabajando, no me la quería encontrar, sé que hay que conversar sobre lo ocurrido pero algo me lo impedía.
Abrí la puerta de la casa, y para mi desgracia mamá estaba sentada en el sofá; a penas escuchó la puerta de dio vuelta.
-Alice, tenemos que hablar- me senté en frente de ella- De verdad lo siento mucho, yo no quería que vieras eso.
-¿No querías que viera eso?, Sabías que estaba en la pieza y igual decidiste tener sexo en la encimera de la cocina. Si tuvieras el más mínimo de respeto hacia mí, hubieras ido a la casa de él o a un hotel siquiera, ¿No crees?
-No estaba pensando en ese momento, por favor Perdóname
-Nunca te importó, cuando te separaste de papá estabas feliz y yo sufriendo como estúpida. Sabes cuanto me dolió, y aún así traes a un tipo de esa manera. Suenas como una adolescente, ¿No pensabas en ese momento?, por favor estaba arriba y se te ocurre meterte con alguien que quien sabe de donde es en la cocina. No me sorprende que papá te haya dejado- en el momento que pronuncie esas palabras, sentí arder mi mejilla.
Mis ojos se llenaron de lágrimas al instante-¿Te hace mejor pegarme?- no podía creer esto- esto no te lo voy a perdonar nunca- sin decir más subí a mi habitación corriendo.
No daba más con todo esto. Escondí mi cabeza en la almohada y lloré, lloré sin parar; Quería que todo estuviera bien, quería saber que había ocurrido con papá. Estaba aburrida de todo esto.
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¿Amor?, Algo Así
Teen FictionAlice, una chica sencilla, sólo le interesa disfrutar al máximo la vida. No le va eso del amor, no cree que no exista simplemente prefiere evitar el sufrimiento. Conrad, un chico arrogante, que sólo piensa en ser el centro del universo. Un mujeriego...