A la mañana siguiente, volvió la enfermera a traernos algo de comer de la cafetería del hospital.
-Tuvisteis que pasar una noche algo mala, pero no os preocupéis, vuestra madre es muy fuerte y está aguantando muy bien. Seguro que en seguida podréis verla y en poco tiempo seguiréis con vuestra ruta.- Dijo amablemente. Es una chica muy simpática y me alegro de que sea ella nuestra "encargada" porque si nos hubieran dejado a lo nuestro, estoy segura de que no hubiera podido calmar a mi hermana yo sola.- Por cierto, ¿A dónde ibais?-Preguntó curiosa.
Íbamos a visitar a nuestra abuela- Dijo Lacey con una sonrisa. Me sorprendió lo alegre que parecía, supongo que el hecho de que le presten atención y le hagan olvidarse de lo demás es lo mejor.
-Bueno, pues estoy segura que dentro de nada retomaréis el viaje.-Dijo Alexis recogiendo las cosas para volver a su puesto.
-Alexis- La llamé con una voz débil. -Gracias por cuidar de nosotras.
Ella sonrió restándole importancia, asintió y se fue.
-A papa le hubiera caído bien. -Dijo mi hermana con una sonrisa mirando hacia la puerta por donde ella se fue, luego me miró. Me resultó muy raro oírla decir eso, supongo que después de todo, es más fuerte de lo que pensaba.
(***)
Nos quedamos hablando Lacey y yo hasta que vinieron unos médicos a por nosotras. Cuando nos dijeron que mi madre se había despertado, nos levantamos corriendo y fuimos lo más rápido que pudimos hasta la habitación donde ella estaba.
Aún tenía varias heridas y estaba conectada a un gotero y a un par de cosas que no tengo idea de qué son. Pero estaba viva y eso quería decir que tal vez, sí volveríamos a casa.
-¡Mama! -Gritó mi hermana llorando y corriendo al lado de su cama.
-Hola cielo, ¿Estáis bien? ¿Os han tratado bien? -Estaba un poco aturdida, pero se notaba que estaba feliz de vernos.
-Sí, una enfermera muy maja ha estado un buen rato cuidando de nosotras. -Dije cogiéndole la mano.
-Cuanto me alegro. ¿Y papa? ¿Está bien?
Al oír eso, de repente sentí un pinchazo en el pecho. Supongo que ninguna éramos del todo conscientes de lo de nuestro padre hasta que vimos a mama y nos dimos cuenta de que no lo volveríamos a ver.
Miré a mi hermana. Estaba con los ojos rojos y apretando los labios. Había sentido lo mismo que yo. Sentí la necesidad de desaparecer de allí, de irme corriendo y volver al descampado para gritar todo el caos de emociones que estaba sintiendo en ese momento.
Nuestra madre se dio cuenta en seguida. Nos cogió de las manos y nos miró intentando hacer que nos sintiéramos mejor.
-Donde quiera que esté ahora, estará cuidando de nosotras. -Dijo cabizbaja. Nunca la había visto así. Nos sonreía, pero ni siquiera nos podía mirar a los ojos. La situación ha podido con ella, y lo entiendo, pero es como si no fuera mi madre, como si en su cuerpo no hubiera nadie.
Se que podremos con ésto porque en el fondo aún tenemos a nuestra madre con nosotras, pero no se cómo haremos para que todo vuelva a estar como era antes. Ni siquiera estoy segura de que eso pase.
-Peque, deberíamos dejar descansar a mamá. Después de todo, acaba de despertase y tendrán que hacerle algunas pruebas. -Dije intentando sonreír. Nuestra madre necesitaba asimilarlo y no iba a querer con nosotras dos delante.
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¡No voy descalza, llevo calcetines!
Novela JuvenilKara, es una chica divertida que... -¡Ey! ¿En serio les vas a aburrir con - un resumen de cuartas? +Es para que sepan de que va y... -¡Oh venga! No me seas cutre y ponte a escribir Pues ya sabéi...