INTERLUDIO-Parte 1

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El estruendo de un rayo resuena con violencia en la cercanía y un grito desgarrador atraviesa el aire. Me levanto de un brinco en la cama sobresaltado, arrancado súbitamente del sueño hacia la claridad de la conciencia, como un muerto que regresa a la vida.

El sudor cubre prácticamente todo mi cuerpo y siento las gotas resbalar por mi frente, mi cuello y por mi espalda. El corazón late con fuerza en mi pecho y parece amenazar con salirse de ahí. Mi pecho sube y baja con mi respiración agitada mientras mis manos se aferran con fuerza a las sabanas. El pelo empapado se adhiere a mi frente refrescándola ante el ardor que invade mi cuerpo, sin embargo, este desaparece y es reemplazado por una sensación de frio.

La luz de la luna ilumina mi habitación con un tono azulado, y yo contemplo el cuarto en penumbras mientras trato de recuperar la estabilidad.

La lluvia azota mi ventana, generando una visión borrosa del mundo exterior que parece provenir de algún cuadro surrealista. Mientras escucho la melodía que generaban las gotas al estrellarse contra el cristal, la calma va regresando poco a poco a mí. Mientras mi respiración se normaliza, trato de recordar el motivo por el cual desperté en ese estado. Seguramente se había tratado de un mal sueño, lo que me tranquiliza y hace que me predisponga a volver a dormir.

Entonces se vuelve a oír un grito similar al anterior, pero mucho más aterrador. Un grito femenino intenso y agudo que sería capaz de congelar al mismísimo infierno.

El pánico y la ansiedad vuelven a apoderarse de mí con brusquedad y me erizan la piel mientras la certeza y el presentimiento generan una nube negra de sensaciones en mi pecho.

-¡¡SARA!!

Aparto con violencia las sabanas y me levanto a tropezones tratando de alcanzar mi puerta y el mundo parece moverse en cámara lenta mientras me abro paso a través de la casa azotando las puertas y estrellándome contra las paredes, tropezando con las cosas que quedaron esparcidas por el suelo en un caos interno de ansiedad con tal de llegar lo más rápidamente posible a la recamara de mi hermanita.

Y entonces, finalmente llego ahí, al pie de la monstruosa puerta blanca que se alza sobre mí como una siniestra criatura, amenazando con horribles sucesos revelados del otro lado, casi prometiendo la tragedia una vez que se abra.

Sin embargo, en cuanto la tengo a mi alcance tomo la manija y la abro tan rápido como puedo impulsándome al interior de la recamara, lanzándome a lo desconocido, como un hombre que se arroja al vacío. Pero al entrar, con la visión de la imagen que percibo en el interior, un gran y profundo vacío se forma en mi interior. 

Las hijas de SlenderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora