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Keith, un niño de 11 años, que como cualquier iba la primaria. Convivía con sus dos padres, a los cuales al igual que él lo amaban con todo su ser. Su madre de 28 años tenía una apariencia muy joven a pesar de su edad. De cabellera Larga que le llegaba a los omoplatos y de color negro, aquel color de cabello hacia resaltar sus ojos color índigo. Por otro lado su esposo tenía una apariencia diferente a la de ella, para empezar su cabello era corto y castaño, en cuantos a sus ojos eran de un iris grisáceo, sobre su ceja izquierda se podía notar un cicatriz.

A pesar de que ambos trabajaban largas jornadas laborales para darle a su único hijo una vida con una buena educación, buena ropa y una buena alimentación. Siempre encontraban tiempo para pasar con su hijo. Sin embargo no todo en la vida del niño era color de rosa, a pesar de llevarse bien con sus compañeros de clase, había un grupo de niños que siempre lo molestaban y solían romper sus cosas. Keith no entendía por qué ellos eran malos con él, no recordaba haberles hecho algo malo, él era el estudiante más tranquilo de su clase. Aun así aquellos molestos niños no parecían ser un obstáculo en la vida del infante.

Si había algo que le encantaban más que nada a pequeño de cabellera negra a parte de pasar tiempo con sus padres eran los power rangers, tenía todas las figuras de los personajes, hasta su cuarto estaba mayormente decorado con las cosas de aquel show y como olvidar sus remera, medias, hoodie y calzoncillos con el logo del programas y personajes favoritos. Sin duda era un niño feliz y afortunado en la vida.

Pero a veces a vida le gusta cambiar drásticamente el destino de uno.

Una tarde después de clases, como siempre el pequeño espera ser recogido por alguno de sus dos padres. Pero ese día era especial, al parecer ambos consiguieron salir temprano del trabajo y podrían ir a recogerlo juntos al colegio. El niño, ilusionado esperaba en la puerta, sabiendo que tendría toda la tarde para pasarlo con su madre y padre. Ansioso se agarraba de los barrotes de la entrada del edificio esperando ver a que llegara el auto. Espero y espero, pero no hubo señal de ellos, puede que tal vez se detuvieron a comprar algunas cosas antes de ir a buscarlo. Algo aburrido se sentó en el suelo y saco su figura de power ranger rojo de su mochila, comenzando a jugar solo. No muy lejos de donde estaba sentado pudo notar que había otro niño, que al parecer también estaba esperando a que lo vinieran a buscar. Por lo que Keith se le acerco sacando de su mochila el power ranger azul y prestárselo al niño solitario. Ambos infantes comenzaron a jugar para pasar el tiempo, sin embargo el pelinegro comenzó a preocuparse por la tardanza de sus padres, pero su compañero de juego lograba calmarlo bromeando con las dos figuras. Los niños jugaron un buen rato hasta la madre del pequeño solitario apareció a recogerlo, dejando nuevamente a Keith solo.

No supo cuando tiempo paso hasta que uno de sus maestros se le acerco con una tristeza en su rostro, debido a la mala noticia que debía darle al niño de tan solo 11 años. El docente se puso de cuclillas para estar a la altura de su estudiante, sus labios temblaban mientras le contaba que sus padres habían muerto en un accidente vehicular cuando venían a la escuela a recogerlo. En ese momento todo el mundo de Keith se derrumbó por completo. Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos del menor, recorriendo sus mejillas hasta caer como gotas de lluvia sobre el azulejo del piso, desconsolado abrazo a su maestro con todas sus fuerzas, la camisa del mayor fue mojada por las lágrimas del menor, mientras la entrada era llenada por los llantos de dolor. El maestro tomo al niño y lo cargo, tomo la mochila que estaba en suelo y camino hasta su auto, debía llevar al menor con su tutor más cercano. Durante todo el viaje el menor no dejo de llorar hasta que el llanto fue derrotado por el sueño.

Después de ese trágico día, Keith fue entregado a la tutela de su tío Ulaz, quien no solo se encargo de dándole un hogar y comida, si no que se vivía preocupándose por él viendo que nunca le faltara nada. Su único problema, era que le costaba mucho relacionarse con su único sobrino. Ulaz quería y adoraba mucho a su sobrino, pero él era de esas personas que no sabe cómo tratar con niños, no sabía que como estrechar lazos, pero aun así daba lo mejor de sí mismo para salir adelante junto con el menor.

Judged - [Klance]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora