Se esperaba lo peor, pues la cara que mostraba Luca desde lo lejos hablaba por sí sola. Éste se aproximó a ambos jóvenes, los cuales se encontraban aún agarrados, queriendo evitar aquella caída que estuvo a punto de sentenciarse, pero Luca ya lo había malinterpretado.
- Suéltala. -Espetó Luca.
- ¿Qué? - Preguntó inocentemente Ed, aquello le había sacado completamente de sus casillas.
- ¿Estás sordo? Que la sueltes.
- Eh tío, no vayas a pensarte lo que no es, yo sólo..
Antes de que pudiese terminar la frase, ésta fue interrumpida por el puño de Luca, el cual golpeó con fuerza su rostro, casi dejándose la piel en éste. Ed gruñó de dolor, cubriéndose la boca para evitar desangrarse. Nívea entreabrió exageradamente los ojos tras ver aquella reacción por parte del nuevo integrante. ¿A qué había venido eso? ¡Vaya día! Maldijo en voz baja al agresor, acercándose con delicadeza al herido .
- ¡Joder! ¿Estás bien?
- ¡Claaaro! Tan sólo un tío que no conozco de nada, viene, me exige que te suelte, me golpea, me rompe el labio y.. ¡Estoy perfecto! Hostia, Nívea. ¿Qué crees tú? ¡Estoy jodido!
Aquellas palabras llegaron en forma de un fuerte pinchazo directamente al corazón de Nívea. ¿Hoy era el día de todos contra ella, de tratarla como se les viniese en gana? ¡Estaba harta de todos! Alzó la vista, intentando huir de sus problemas, chocando directamente con la mirada del rubio estúpido.
- ¿Y a ti qué se supone que te ocurre? ¡Le acabas de partir el labio! - Recitaba las palabras fugazmente, apenas llegaba a entenderse ella misma.
- Si yo no puedo tenerte, ningún otro podrá tampoco. - Contestó con convencimiento Luc.
¿Qué hacía, reía, lloraba, le pegaba por tal comportamiento y contestación? ¡Estaba loco, estaba completamente ido! Quería irse de allí, no le soportaba. Hacía un par de días lamentaba lo que le había dicho, se sentía mal y quería disculparse, pero al parecer ese arrepentimiento se había esparcido de golpe. ¿No iba a dejarla en paz? La joven pelirroja se despidió y aseguró de que Ed estuviese medianamente bien, y yéndose de allí en cuánto pudo. Tras echar un rápido vistazo a su espalda, pudo adivinar que Luca la seguía.
- ¿Por qué me sigues?
- Necesito hablar, Nív. No podemos seguir así. Además, debería contarte por qué acabo de comportarme de aquella manera.
Le parecía una buena respuesta, total, no tenía nada que perder. Asintió, y ambos se dirigieron hasta la salida, sentándose cerca de la enorme y llamativa, fuente de colores.
- A ver, soy todo oídos. - Tomó iniciativa la chica pelirroja, rodando los ojos.
- ¿Conocías de algo a Edouard? - Preguntó, esperando una respuesta negativa.
- Sí, claro. Está en mi clase. Además, hoy me ha dado tiempo suficiente como para conocerle.
- Formaba parte de mi grupo de colegas. Era el que nos llevó al enganche del tabaco, y al de las mujeres, y al de las drogas.. - Comenzó a explicar el rubiales, cabizbajo.
- ¡Pero qué dices! - Comentó Nív extrañada. No se creía su historia para nada, Ed no era como él.
- Nívea, tienes que creerme. Es de los peores tíos que puedas encontrarte. ¿Recuerdas cuándo te tiró el desayuno en la cafetería hace un tiempo? Fue el día que decidí que se marchase del grupo, lo había hecho para reírse de ti, y también para que cayeses en sus redes, como dice él: Con mi encanto y dulzura caen todas. En días las tengo a todas para mí.
La chica escuchaba todo atentamente. Debía creerle, al fin y al cabo, conocía a Luca, y todos sus defectos.. Pero también sus virtudes, y la sinceridad formaba parte de éstas. Aunque le doliese, tenía que cortar por lo sano aquella amistad, o acabaría cayendo como lo hicieron todas, y no volvería a dejar que nadie jugase ni con ella, y tampoco con su cuerpo, debía hacerse respetar. Dibujó una sonrisa amarga a lo largo de su rostro, lanzándose sobre el chico para así estrujarle contra ella, con cierta fuerza.
- Gracias.
- ¿Por qué? - Ese abrazo le había cogido totalmente desprevenido, era lo último que se esperaría de ella. Llevaba mucho tiempo odiándole e ignorándole, y en aquel momento estaba ocurriendo lo contrario. Ese 'gracias' le sorprendió también, ¿lo decía en serio?
- Por.. Cuidar de mí. Lo haz hecho, a tú manera, pero lo haz hecho. - No pudo evitar soltar una pequeña carcajada tras dejar caer aquel comentario.
- De nada. Pero, ¿por qué tan amable conmigo?
- ¿Te molesta? - Alzó ligeramente una de sus cejas anaranjadas.
- No, para nada, para nada. Ojalá esto no sea cosa de un día.
- Lo mismo digo, sigue así, comportándote como una persona, no como un animal.
Ésta vez acabaron riendo ambos, del odio al amor hay un paso, ¿no?
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Luca la acompañó a casa caminando, él decía que iba bien para la celulitis. ¿Cómo sabía eso? Aún así no le hizo demasiado caso, para nada tenía razón. El caminó acabó en carcajadas, empujones, zancadillas, etc. Al final, se lo habían pasado mejor juntos. Una pregunta en su contra lo estropeó todo.
- ¿Te.. te acostaste con Connor? - Preguntó él, casi ahogándose en el intento. Deseaba no, necesitaba que le dijese que no, que aún se conservaba como días atrás, totalmente virgen. Pero, para su desgracia, no fue así.
- Qui.. ¿Quién te ha dicho eso? - El remate final. Sólo habían sido dos horas de paz y tranquilidad, de vuelta a martirio. Pero, lo que más le sorprendía es que éste lo supiese. ¿Cómo se había enterado de algo así?
- Lo dijo ayer en clase. Ya sabes, a todos los tíos. Cuando estábamos en el vestuario nombró a las tías que se había tirado esta semana.
'Tías' y 'tirado' fueron las palabras que no dejaron de resonar en su mente, ¿había escuchado bien? ¿Qué se suponía que había sido ella hace dos días? ¿Un objeto sexual, un entretenimiento más..? ¿O simplemente Luca se lo estaba inventando todo? No sabía ni qué creer, pues anteriormente también había recibido una noticia semejante.
- Pero.. ¿Se ha acostado con alguna chica más? - Dejó caer la pregunta en forma de susurro, sosteniendo la mirada simplemente en la nada.
- Ann, Rose, Cloé, Marta.. Creo que esas. Ah, y tú.
Tragó saliva en cuánto escuchó el primer nombre. ¡¿Ann?! ¿Se había acostado con Ann? Ahora mismo no se encontraba decaída, sino enfadada. Tanto con su amiga, pues ésta había abusado de su confianza. Le había contado mil veces, en cada fiesta de pijamas que habían pasado todo el grupo de amigas, lo enamoradísima que estaba de ese chico. No había parado de contarle cada momento que había pasado junto a él.. ¿Y ella qué había hecho? ¡Traicionarla! Y Connor.. ¡Con Connor estaba totalmente enfurecida! Tenía la necesidad de partirle el labio como lo hizo Luca con Ed, de.. ¡De decapitarle justamente en esos momentos, con sus propias manos! Pero.. Eran pensamientos demasiados extremos, únicamente lo odiaría por el resto de su vida, tanto por jugar con ella, como por todas las mentiras que había ocultado.
Se despidió de Luc con un gran abrazo y un sonoro beso, prometiendo que a partir de ahora serían más maduros a la hora de comportarse. En cuánto se dirigió a su dormitorio, atrapó una pequeña libreta, apuntando en ésta todos los acontecimientos sucedidos, sus planes de asesinar a Connor. Descargó toda su ira en casi siete páginas, sintiéndose muchísimo mejor. Entonces recordó una frase preciosa, iba acorde con su estado actual. Sin pensarlo dos veces, la añadió a su final:
" Amar es destruir, y ser amado es ser destruido".
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¿Eres feliz o sólo sonríes? [ PARADO. ]
Teen FictionNívea y su grupo de amig@s correrán riesgos, se adentrarán en nuevas experiencias, afrontarán duras verdades y realidades, compartirán tantas risas hasta que sus estómagos se lo impidan.. Pero nunca están al tanto de la peor parte. ¿Qué pasa cuándo...