Después de aquella tarde llena de.. ¿lecciones, llantos? Y, por supuesto, mentiras. Pues, desde que llegaron Luca y Nívea, ambos estaban distantes, tanto con ellos mismos que con el resto, pero tan sólo se excusaron con lo típico, "habían cerrado el agua, con todo lo que tuvimos que caminar". Aunque ninguno quedó lo suficiente satifescho con tal respuesta, nadie rechistó, pues ellos, todos y cada uno de ellos, guardaban un secreto o mentira mayor.
Nív, exhausta, llegó a casa. Entrando casi a rastras a su habitación, se dejó caer de espaldas sobre su inmensa cama, o también su confidente, ésta y su almohada eran testigos de todos sus llantos, secretos, sueños, pensamientos, etc. Nada más rozar parte de ellos, dejó que miles y miles de lágrimas brotaran por lo largo de su rostro, pero.. ¿Qué se encontraba haciendo? ¡Ella no era así de blanda! Quizá fue demasiado dura con Luca, pero a lo hecho pecho, y era tarde para arrepentimientos. Sin dudarlo más, se sentó cual india sobre la cama y paró de llorar, para dar lugar a una amargada y forzada sonrisas, ¡no más llantos hasta dentro de mucho tiempo!
Colocándose unos cascos en los oídos, y pulsando el play, comenzó a escuchar "Titanic- Celine Dion". Aunque esa canción era quizá algo vieja, marcaba una gran parte en ella, sobre todo después de haber visto esa película.. Qué privilegiada er.. ¿Pero..? ¡¿Qué hacía ahora?! Qué tonta se ponía de un segundo a otro. Optó por acostarse nuevamente, y ésta vez no volver a abrir más los ojos, por lo menos durante esa noche, dejándose así, caer rendida por el sueño de Morfeo.
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¡Otro día nuevo, otra mierda nueva! Vaya, ¡cuánto optimismo mañanero, de verdad que sí! Suspirando, y levantando tan sólo la parte superior de su cuerpo, obligó a la otra parte de éste, a moverse. Comenzó apoyando la punta de los pies, descalzos en el suelo, ¡Dios, pero qué frío, maldito suelo! Hizo fuerza sobre sí misma y se levantó con tal rapidez, que dio un fuerte brinco, chocando así con su madre.
-¡Buenos días, dormilona! Corre anda, que te he preparado el desayuno. Suerte que hoy te levantaste algo más temprano, podré llevarte yo misma al instituto.
Después de darle un sonoro beso, la pequeña pelirroja sonrió y fue, como recién había dicho su madre, corriendo hasta la cocina. Allí comió con algo más de alegría, para después vestirse y poner rumbo hacia su destino. Tras llegar, se despidió de su madre con una dulce sonrisa, entrando en su "caos infernal". Allí estaban, su grupo de amigas y amigos.. Oh Dios, ¿desde cuándo se reunían todos juntos? Tendría que hacer otro de sus esfuerzos y mostrar otra falsa sonrisa. Saludó con igual de entusiasmo a cada uno de ellos, aunque notó la ausencia de alguien, sin duda.. Luca. Aunque, tampoco quería saber nada de él, o sí, no lo tenía muy claro. Pero ya le escuchó muy bien, y no iba a darle más vueltas al tema.
-¡Ay, Nív, qué ida te veo, chiquilla! -Dijo Ann elevando el tono cada vez que pronunciaba una palabra más. Le iría bien una buena visita al doctor Gaes.-
-Perdona.. Es que.. Ya sabes lo que me cuesta despertarme entre semana.. El karma juega contra mí.
-¿Sigues creyendo en eso? Da igual, la cosa es que eres una pequeña marmota.. ¡Pero no es eso! Te veo.. Rara, y no creo que tan sólo sea cosa mía, ¿o no? -Respondió alzando ligeramente una de sus cejas, y observando a cada integrante de aquel grupito.-
Nadie contestó, ni mostró algún tipo de reacción, desde luego hoy no era el día para nadie. Sonó la sirena, la cual marcaba las ocho en punto, hora de entrar a clase. ¿Cuál era su sorpresa? ¡Tocaba matemáticas! Nótese la ironía, obviamente.
Se encontraban todos sentados correctamente en sus respectivos asientos, aquel "señor" tenía unos extraños cambios de bipolaridad. Al minuto podía mostrarse totalmente simpático, alegre, extrovertido, gracioso.. Y al otro minuto, todo lo contrario.
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¿Eres feliz o sólo sonríes? [ PARADO. ]
Teen FictionNívea y su grupo de amig@s correrán riesgos, se adentrarán en nuevas experiencias, afrontarán duras verdades y realidades, compartirán tantas risas hasta que sus estómagos se lo impidan.. Pero nunca están al tanto de la peor parte. ¿Qué pasa cuándo...