Han pasado varios meses, o al menos es lo que Mark y yo creemos. Hace mucho que no vemos la luz del sol, he olvidado la claridad que otorgan las mañanas soleadas y ahora solo nos conformamos con la escasa iluminación que proporciona la chimenea, que extrañamente nunca se apaga. Llevamos una cuenta de los días que creemos que pasan en la pared, logramos tomar una pequeño pedazo de fierro de la cama y con eso dibujamos líneas que representan cada día que pasa.
Siempre, en lo que creemos que es la mañana, los muros se abren un poco dejando entrar una pequeña bandeja con comida para Mark, lo suficiente como para mantenerlo con vida, pero no para darle las fuerzas necesarias para mantenerse en pie. Cada día se siente más débil, siento su desesperación, su miedo, el hambre y la incertidumbre que lo despiertan por las noches impidiéndole dormir. Puedo sentir su respiración irregular llenando el espacio de desconcierto.
Velo sus sueños, dispuesta a alejar a las pesadillas que se cuelan en medio de sus pensamientos, lo intento, pero a veces, mi propia consciencia me traiciona, los recuerdos siguen llegando, brutales y sin piedad, la voz de mi madre, las caricias cálidas de Drake, las diversión de Josten, todo se mezcla, todo se cruza haciéndome sentir sumamente confundida.
El pasado amenaza con arrastrarme y en ocasiones, solo puedo cerrar los ojos anticipando el golpe.
—¿Dónde están? — Mark tiembla a mi lado, debatiéndose entre un mal sueño y la realidad. Hoy hace mucho frio dentro de la habitación, Mark no ha podido conciliar el sueño para poder olvidar el hambre, su cuerpo no deja de moverse mientras le acaricio la espalda buscando tranquilizarlo.
—Está bien, Mark —deja de respirar por un momento, su cuerpo se tensa tanto que me preocupa que este llorando.
—Mis padres deben de estar preocupados — Mark a veces me habla de ellos, de su vida, de los recuerdos que tiene de cuando era más pequeño.
—Volverás a verlos, saldremos de aquí —mi cuerpo tiembla cuando una corriente de viento frio me lame la piel, no tiene sentido, estamos encerrados, no hay ventanas ¿por dónde se cuela el aire helado?
—Hace frío —los dientes de Mark castañean.
—Si tan solo tuviéramos una manta —miro fugazmente la cama donde nos encontramos, el colchón desnudo donde nos acurrucamos para dormir.
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Ángeles Oscuros.
Paranormal"¿Cuánto tiempo soporta un corazón antes de despedazarse? Los recuerdos pueden corrompernos, las emociones nublan nuestro juicio, es difícil saber el momento exacto en el que comienzas a cambiar quién eres. La muerte me otorgo alas y bondad en mi n...