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Capítulo 4: Aquí vamos.

-Eso fue todo estudiantes, pueden ingresar a sus aulas-dijo el director-empezemos por primer grado y quinto.
Ya era la hora de ingresar a la clase del profesor de Historia, Geografía y economía... Estas tres horas serán muy divertidas-trate de convencerme de que así sería.
Ya era la hora y no pudimos hablar mucho porque en todo momento el profesor nos observaba, aún así llegué a decirle a Ruth y Kahory que les contaría algo.
Nos sentamos y el profesor no regresaba así que les dije: adivinen que...
Ellas sonrieron mirándose la una a la otra para después observarme a mí y dijeron al unísono:
-¡Un chico!
Sonreí y les conté cada mínimo detalle, ellas escucharon atentas, siempre estaban al pendiente de mí. Al acabar mi relato fuimos calladas por un: Shhh.
La clase transcurrió no fuera de lo común pero por alguna razón me sentía alegre y con fuerzas para todo lo que se pusiera en mí camino, todo menos las tareas en clase. Oh que pereza...
Acabé la tarea justo a tiempo, así que cuando tocó timbre cambiamos de clase.
El día pasó entre clase y clase con destellos de emoción en mis ojos. Ya quería llegar a casa.
Finalmente era hora del almuerzo, a pesar del cansancio apresure mi paso para que mi primo no me dejara llegar sola a casa de su mamá.
El almuerzo estaba delicioso como cada día, mi tía nos preparó refrescos para tomarlos en el camino a la escuela.
Mientras me lavaba los dientes no pude evitar pensar en él, sentir los mensajes rodeando mi memoria, atesoraba cada uno de sus mensajes, demasiado.
Volvimos y las últimas horas fueron más rápidas de lo que pensé, regresé a casa rápidamente y le escribí. Lo había extrañado tanto y aún con un poco de temor invadiendo cada espacio de mí, se lo dije.
hablamos y parecía que no existieran las horas, me sentía en una especie de trance con él.
En fin, si tuviera que nombrar cada sensación que Uriel causaba en mí, con el paso del tiempo no acabaría, ni aunque se me fuese otorgada una eternidad.
Así pasó cada día, haciéndome sentir feliz y la persona mas dichosa de éste universo.
Llegó en el momento en el que cuestioné mis sentimientos para llegar a un resultado concluyente.
Enumere mis puntos de vista:
1. Me hace feliz.
2. Me hace más feliz.
3. Lo necesito siempre, y cuando estoy sin él por alguna razón me siento intranquila. Lo quiero, pero no de forma que se pueda medir ni calcular, de forma que sólo se puede sentir... Hace que los latidos de mi corazón se conviertan en una dulce canción que es y será eternamente suya.
Entonces... ¿Qué es?
Resoplo mientras una imagen atraviesa mi mente de una manera fugaz.
Eran 4 letras.... Haz memoria Yasmin. A... M... O...
R.
A-m-o-r.
¿Amor?
Vaya. No sé, pero la palabra amor sólo trae horribles pesadillas a mi cabeza.
Esto no es una pesadilla, es un sueño.
Un sueño del que deseó no despertar.