-. . . ¿qué te parece?- Escucho que pregunta Danna; ¿Qué me parece de qué? Me preguntó mentalmente. No he estado escuchándola desde que recordé a mi padre.
-Disculpa, ¿qué decías?- Ella me mira con cara de pocos amigos, estoy segura de que ha estado hablando por mucho tiempo, pero no he puesto atención a nada de lo que me decía.
-He dicho que mañana podríamos desayunar juntas y pasar todo el día de fiesta- Me explica de mala gana.
-Sí, es buena idea lo de desayunar juntas pero en verdad que no es necesario que vayamos de fiesta, te conozco y sé que te pones toda happy después de unas cuantas copas- ¡Y vaya que lo sabía muy bien! La última vez que se me ocurrió acompañarla a una fiesta tuve que sacarla a rastras y tratar de que no vomitara sobre las flores favoritas de mi madre al llevarla a mi casa; ya que no me pareció una buena idea que sus padres la vieran en ese estado.
-Pero Kyara. . . . -El sonido de una llamada entrante evitó que terminara de quejarse. Mientras ella se quedaba contestando, yo entré al salón y tomé asiento en mi lugar de costumbre; junto a la ventana que daba hacia el pasillo. Cuando la clase se ponía aburrida, me gustaba mirar hacia afuera y ver pasar a otros estudiantes, hablando de sus problemas, preocupaciones o de los cotilleos recientes en la escuela; eso me ayudaba a distraerme un poco de lo que yo estaba viviendo.
-¡No puede ser!- Escuché que Danna exclamaba, mientras tomaba asiento frente a mí.
-¿Qué no puede ser?- Pregunté curiosa y divertida por la mueca que ella estaba haciendo.
-Lo siento mucho Kyara, pero no voy a poder pasar el día contigo mañana- Explicó lamentándose.
-¿Por qué?- Pregunté, en parte decepcionada y en parte aliviada, ya que aunque no quería que me estuviera dando lata mañana, se me hacía lindo pasar un día con mi mejor amiga.
-Es que mis papás se tienen que ir a una comida de negocios y me obligan a ir con ellos- Dijó mientras el profesor entraba al salón y pedía que guardáramos silencio.
Mientras él pasaba lista, mi mente divagaba en el pasado, en lo que fue, en lo que ya no era; ni nunca volvería a ser.
****Flashback****
Podía ver el cielo, me sentía más cerca de el. El aire despeinaba mi cabello y la velocidad a la que estaban empujando el columpio donde me mecía, ya no era suficiente.
-¡Más fuerte!- Gritaba entre risas. La velocidad aumentó; pero aún no me bastaba.
-¡Más fuerte!- Repetí, pero esta vez el columpio siguió con el mismo ritmo. Me volteé decepcionada y ví a mi padre, quien sonreía.
-Ya es suficiente, puedes lastimarte si vas demasiado rápido- Explicó mientras yo ponía ojitos de gatito, para que mi papá se apiadara de mí y volviera a empujar.
-Pero. . . . - Empecé a protestar justo cuando mi mamá me interrumpió.
-Ya está la comida, vamos adentro- Dijo mientras me ayudaba a bajar del columpio. Ambos me tomaron de una mano y así me llevaron hasta el comedor. ¡Genial! Mi mamá había hecho mi comida favorita.
Mientras comíamos, veía a mis padres hablar y sonreír. Ellos eran los padres perfectos, y yo la hija más afortunada por tenerlos.
****Fin del Flashback****
-Kyara Foster- Desperté de mis recuerdos justo cuando el profesor mencionaba mi nombre, alcé la mano y él asintió, para después anotar mi asistencia. Cuando el maestro terminó, comenzó a dar su clase: literatura. Por alguna razón era mi materia favorita.
-Bien chicos, para ustedes ¿de qué depende el tiempo en que terminen de leer un libro?- Preguntó mientras tomaba uno de su portafolios y nos lo mostraba.
-Por favor profesor, esa pregunta es para niños; es obvio que depende del número de páginas- Respondió Amber, dándose aires de inteligencia. ¡Agh! Esa chica sí que me caía mal, desde que llegué aquí, ella se había encargado de hacer mi vida imposible y todo porque no era una chica como ella.
-Por favor Amber, que el tiempo que duren tus relaciones dependa del número de acostones que tengas con el chico en cuestión, no quiere decir que se tengas que aplicar esa ecuación con la literatura- Le debatí, haciendo una parodia a su respuesta. Mientras nuestros compañeros estallaban en risas, ella solo me recriminaba con la mirada.
-¡Kyara!- Me llamó el profesor para que la clase pusiera atención; aunque a él también le costaba tranquilizarse. En la escuela la mayoría sabia de la fama que Amber tenía y eso incluía a los maestros. Danna no podía controlar su risa y ya se estaba poniendo roja, tuvo que pedir permiso para salir a tomar aire. -Bien, ¡es suficiente chicos!- Dijo el profesor, haciendo que todos se calmaran. -Amber, tu respuesta es muy superficial; dame otra. -Le pidió el maestro.
-¿Yo por qué?- Preguntó Amber, haciendo una mueca. -Que se la diga ella- Dijo señalándome- después de todo, parece saber más que yo- respondió retándome. Estoy segura de que creía que no iba a ser capaz de responder.
-Bien, Kyara por favor- me pidió el maestro, mientras todos los ojos de la habitación se giraban para mirarme. Genial, eso me sacaba por mi pequeña pero merecida broma hacia Amber. Tomé una profunda respiración y contesté.
-Depende del tema del que trate el libro y de la persona que este leyéndolo -¡Sí! toma eso Amber Marts. No era por presumir, pero hablar de estos temas me gustaba y mucho.
-¿A qué te refieres?- Preguntó el maestro, mientras tomaba asiento en su escritorio.
-A que si la historia es aburrida el lector no va a querer leerla, por el contrario; si le llama la atención y se siente identificado con la historia, va a querer terminar de leer el libro lo más pronto posible. -Terminé de contestar y vi la sonrisa burlona de Amber. El profesor no hablaba y el silencio me estaba poniendo nerviosa. De pronto él comenzó a aplaudir y mis compañeros se fueron sumando poco a poco.
-¡Muy bien Kyara!- Me felicitó el maestro; Marts solo le dedicó una mirada llena de rencor, yo conocía esa mirada y también sabia el porqué. Al ser una chica que solo vive de apariencias, el que me hayan dado la razón a mí, una chica "x" como siempre me decía, era una gran humillación para ella.
La clase continuó como acostumbraba, solo que con una pequeña diferencia: la mirada de rencor de Amber hacia mí; si antes ya pensaba que me odiaba, ahora estaba segura. Pero no me importaba, había vivido cosas más difíciles que el lidiar con una chica envidiosa y sabía que ahora todo era más fácil para mí si lo comparaba con mi vida fuera de la escuela.
Las horas se fueron arrastrando tan lentamente que parecía que el día nunca iba a terminar, así que cuando el timbre sonó anunciando el término de la última clase, todos suspiramos aliviados.
Danna se despidió de mí y salió rápidamente del salón, ya que sus padres estaban esperándola para que partieran a su viaje de negocios.
Caminé hacia el estacionamiento y cuando estaba a punto de abrir la puerta de mi auto, un obstáculo bastante irritante me impidió hacerlo. Suspire para tranquilizarme y di media vuelta; sabía perfectamente quien era el dueño de la mano que había sido atravesada para que yo no pudiera entrar a mi automóvil.
-¿Qué es lo quieres?- Pregunté de una manera nada amistosa a la persona que me tenía acorralada entre su cuerpo y la puerta de mi coche.
-Lo sabes perfectamente- Respondió él, mientras una sonrisa arrogante se iba abriendo paso por su rostro.
ESTÁS LEYENDO
Juntos Mientras Dure
Ficção AdolescenteLa vida es una montaña rusa, con subidas y bajadas; con esa adrenalina que se siente al ir hacia arriba, pero también con ese temor que se instala en el fondo de nuestro estómago cuando caemos en picada. Kyara se sentía así, en una montaña rusa; de...