''Necesito saber más de ti''.

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Era por la tarde, un día frío como muchos más Yurio esperaba fuera a su único amigo, Otabek.

-Otabek...- suspiró- te estás tardando mucho, ¡eres horrible aun que te arregles mil veces superalo! Tsk.

Yurio sonrojado, cansado de tanto esperar decidió entrar. No habia nada malo en ello, suponía.

- ¿Otabek? - caminaba por el pasillo, hasta llegar a su cuarto. Estaba ahí, durmiendo.

-¡Mierda Otabek!- maldición éste hombre.

- Un ratito mas ¿si?.
- ¡No claro que no, ya levantate!.

Yurio lo zarandeo, le tiro los pelitos de las piernas, incluso le grito miles de maldiciones en ruso y que decir que sus gritos no son tan bajos ¿No?.
Decidido se adentró a la cocina, unos minutos intentando encontrar un vaso, lo llenó de agua y dispuesto iba a lanzarle el vaso frio hasta que chocó con el mojandose toda la maldita ropa, bueno, solo la sudadera.

- ¿Yurio?- se resfrego un ojo, bostezo y repitio ya en tierra- Oh Yurio...

Lo tomó del brazo, lo llevó a su habitacion y le prestó una sudadera, no le quedaba tan grande, Otabek digamos que no es tan alto.
Tenía una erección.
Otabek tiene una erección.

Yurio alarmado, avergonzado, la verdad ¿qué esperarian de un adolescente de 15 años con hormonas alborotadas?, haganse una idea de lo extraño que se sentía verle el pene erecto al hombre que te gusta por la mañana y en su propio cuarto.

- Descuida, es normal. - Otabek se estaba sacando su polera, madre mía.- Yurio.

- ¿Q-qué ocurre?- dijo avergonzado mientras sostenia ese ceño hostil, pero tierno.

- ¿Quieres conocer mas de mi?.

- ¿A que te refieres con eso?- Yurio tragó hondo. Aquí el unico que saldria adolorido iba a ser él. Lo sabía tan bien. Y es que no era la primera vez que le preguntaba eso, su cuerpo estaba ansioso por las manos del mayor, esas caricias, pero tenia la duda existencial si el iba a completar su labor ó iba a dejarlo así sin mas como siempre, unas simples caricias.
La anterior noche, se fue todo lleno de mordidas, incluso chupetones donde no sabía que eran posible crearse, sudado y excitado, ¿Yo le gusto realmente?, siempre se tenía en mente.
''Yurio, no querrás conocerme de esta forma'', luego de ello solo recuerda como Otabek manoseaba cada parte de su cuerpo. Maldición, se estaba excitando, incluso ya estaba en estado de shock sin darse cuenta que estaba besando al mayor.

- Yurio, ¿Te gusta?- besaba al menor con pasión, mientras frotaba su miembro con el de el sobre la ropa interior.

- S-si- intentando no gemir, ¿donde se encontraba el autocontrol del menor?- Otabek. Me gustas.

Otabek con media sonrisa en el rostro lo dio vuelta rozando su miembro duro contra su entrada, pero hizo mas presión al acercarse a su oído - También me gustas Yurio - El pelinegro besaba la espalda del menor mientras este respiraba agitadamente, quería mas mucho más que eso - Otabek tocame - Este se dispuso a bajar su boxer, e inesperadamente Yurio estaba encima del mayor besandolo.

- Maldición Y-yurio - con una voz grave, mientras le palmeo el trasero, este dio un leve gemido. Otabek si tenía algo grande, quizá no su estatura pero su apellido no se equivocó del todo con él.

- Que...grande- el menor anonadado se dispuso a lamer el miembro de su amante, su lengua pasó de la punta hasta al final, y así intentó meterselo completo a su minúscula boca, sudor, gemidos, jadeos, por parte de los dos cada vez que se tocaban mutuamente, Otabek ya teniendo tres dedos dentro del Rubio, estaba dispuesto a dejar inválido a su ''amigo''.

- Tranquilo Yurio, puedes rasguñarme completo - tragó hondo, quería ya metersela y no parar de embestirlo, escucharlo gemir sin control - ahí voy...

Se estaba acostumbrando al interior, estrecho, caliente, exquisita sensación.
Yurio jadeaba mientras mordia su cuello, sus uñas enterradas en su espalda, el sudor, tenerlo dentro se sentia extraño, pero tan bien a la vez.
Otabek ya estaba moviéndose, una, dos, tres embestidas que hacian a Yurio estremecerse de dolor y placer bajo de él, placer, sentía mucho placer cada vez que entraba, mas de diez veces, sin control Otabek lo embestia cada vez mas profundo, Yurio echó su cuello hacia atras, gimiendo como una puta - ¿Te vienes?- decía el mayor mientras masajeaba la punta de su pene, se dispuso a moverse igual de fuerte - A-ah O-otabek Ahí- se movió de tal forma haciendo que Yurio quédase encima - montame - ordenó mientras le daba una nalgada, este solo acató la orden, saltando haciendo que ambos estuviesen a punto de correrse.

- Y-yurio te ayudo- con su sonrisa perversa, hacia presión de abajo hacía arriba, adelante y hacía atrás, ambos mirándose a los ojos queriendo cada vez mucho más, insaciables - me encantas Yurio, me encantas- decía mientras le daba besos y mordiscos a esos labios rosas, que eran solo suyos.

Otabek se sentó en la cama, Yurio se tenso completo arqueando la espalda sintiendo el miembro del mayor mucho mas adentro, presionando mas ese punto frágil, sintiendo como masajeaba su erecto miembro, no pudo más, no podia aguantar más sentia que iba a explotar.

- Ota- otabee~k
- Dilo - empezó a aumentar la velocidad al masturbarlo, a masajear su pene de una forma monstruosa, pero sensacional para el menor, incluso haciendo que arquease mas su espalda, espasmos de placer.
- ¡M-me corro!- Otabek siguió embistiendo, hasta correrse dentro.

- Eres mio Yurio, mio.
- Lo sé - le dijo bajo mientras este se abrazaba al mayor.- Amo conocer mas de ti.

Conocer Más De Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora