Hola, yo soy Chana-San. Llevo un tiempo en Wattpad y he leído muchos fics yaoi, he admirado a todas y a cada una de las escritoras, los comentarios que recibían siempre me hacían reir y la cantidad de gente que las admiraba siempre me facinaba.
Todas las escritoras me inspiran y por eso he escrito esta historia que va dedicada a todas las escritoras y lectoras/es.
Es mi primera historia, así que si tengo muchos errores ortográficos no me maten por favor (?
-----------------------------------------------------_¡Mirko baja de tu habitación ahora mismo!_ gritaba mi madre desde la cocina, me lo había dicho antes, es que no salgo de mi cuarto desde ayer en la mañana y ya son las doce del medio día.
_¡¡¡Mirko!!! O bajas o te quito tus figuras de lolis_ volvió a gritar mi madre y entonces ahí sí que bajé, y me encontré con su mirada de indignación, pero ahí nomás se le pasó al verme y entonces me dijo:
_Mirko ¿por qué no sales a respirar aire fresco? Ya van veinticuatro horas que estás encerrado en esa cueva a la que le llamas habitación_
_pero..._ cortó mis palabras poniendo uno de sus dedos sobre mis labios.
_la gente ya no aprovecha el buen clima para pasear_ decía mientras ponía cara de decepción _además, esos muñequitos chinos no se van a ir de la computadora_ y ahi si me enojé.
_¡No son dibujos chinos, son japoneses!_
_Está bien, ahora anda y compra unas papas, que faltan para el almuerzo de hoy_ y mientras decía esto me sacaba de la casa a la fuerza tirando el dinero por la ventana.
_No puedo creer que esto tenga que pasarme a mí, pero bueno, podré aprovechar para ir a una tienda en donde vendan mangas y de paso me compro una bebida no creo que se enoje por tardarme un poquito._
Pero para estar seguro mejor me apresuro a comprar las papas y despues hago lo que quiera, realmente no tengo ganas de que mi madre me quite a mis lolis ¡Me dá miedo!
******
Despues de comprar las papas caminé un poco por el parque mientras veía a los niños jugar con balones de fútbol, le compré un jugo con hielo a un vendedor de la zona, hacía mucho calor ese día. En el camino mucha gente me saludó, era muy querido en el barrio, pero claro que ese amor se iría si supieran que soy un otaku loco que se desvela solo porque la historia está interesante.
Ya me estaba acercando a la tienda mágica... Digo, al negocio de mangas, es que para mi ese lugar era como el paraíso.
A lo lejos pude ver que se acercaba una persona con un poco de prisa, no pude ver si era hombre o mujer solo se le veían las piernas y el resto de su cuerpo estaba tapado con unas cajas enormes que le cubrían la vista, quise ayudar a esa silueta que parecía tan llena de trabajo pero me daba flojera y ademas ya casi estaba en la entrada de la tienda.
La silueta con las cajas hizo un esfuerzo para sostener las cajas con una mano para poder con la otra ver su reloj, luego de verlo pegó un salto, salió disparado y se hechó a correr, llevandome por delante, tirándome al suelo y encima, haciendo que mi bebida se callera sobre mis pantalones, parecía como si me hubiese hecho encima.
Un chico de mas o menos mi altura, cabello rubio y ojos rojos se puso frente a mi persona con cierta confianza y una sonrisa que lo demostraba, me extendió la mano para ayudarme a levantarme y con una voz gentil, me dice:
_perdóna mi torpeza, es que venía con un poco de prisa_ y levantando el vaso vacío y las papas que se habían salido de la bolsa me dice:
_ ¿Como puedo compensartelo?_ y yo con un poco de dolor en el trasero por haber caido sobre este mismo le respondo:
_ No, está bien, no te preocupes, solo fué una caida_ y un ciclista al que nunca había visto pasó señalandome mientras gritaba "¡Ese chico se orinó en sus pantalones!" y yo muy avergonzado con mi propio pelo, que ya tenía muy largo, me tapé la cara mientras bajaba la cabeza con la cara totalmente roja, el chico se dió cuenta de que me tiró el jugo el pantalón, agarró sus cajas con una mano y con la otra me tomó de la muñeca y me arrastró sin consultarme a una heladería cercana.
_ ¿Pero qué haces?_ le dije al chico rubio.
_Tóma_ me dijo colocandome una campera al rededor de la cintura _en esta heladería trabajo, perdon por traerte a la fuerza era para darte esa campera y poder tapar la mancha de tus pantalones_ dijo señalando mi prenda manchada _para compensartelo te invito un helado_.
_No gracias, si no llego a mi casa rapido me quitarán a mis chicas_ y ponindo una cara de "este chico esta bien raro" me dijo:
_Ok, pero dame tu número de celular, asi te puedo contactar._
_No te preocupes, no hace falta, ya te dije que no me lo tienes que compensar_ el chico me miró extrañado y cuando se dió cuenta de lo que decía, con una sonrisa burlona me dice:
_No es para compensarte algo, tontito, ¿acaso creiste que te iba a regalar mi campera?_ y dandome cuenta de la situacion abro los ojos como platos y me sonrrojé a mas no poder.
_Lo-lo siento, no me dí cuenta_ dije muy avergonzado mientras le daba mi número de celular.
_¿Cómo te llamas?_ decía riendose de mi estupidez.
_Me llamo Mirko_ dije con la cabeza agachada _¿Y tu eres..._ quise saber su nombre.
_Jared, el empleado de la heladería_ decía, el rubio confiado.
******
Por culpa de el rubio que me humilló frente a toda la gente que estaba ahí no pude pasar a comprar mangas y me quedé con ganas de ese jugo.
_Mirko, ¿y el vuelto?_ me preguntó mi madre como deben hacerlo las madres.
_Me lo gasté en juguito_ puse cara tierna para que le diera pena y no me retara.
_Hoo, está bien, despues de todo te saqué sin desayunar_ dijo con un tono de compación.
Me senté a la mesa a comer y como siempre dijé _itadakimas_ mi madre al principio se quedaba asi como "en que te has convertido" pero ya se ha acostumbrado mis frases de otaku loco obsecionado, no digo que todos los otakus sean asi solo que a mi me toco ser de este tipo.
_Mirko, no pude evitar notar que traes una campera ajena_ y escuchando esto casi me ahogo con las papas al recordar al rubio Jared.
_Me la prestó un heladero que me tiró mi juguito en los pantalones y parecía como si me hubiera hecho pipi, entonces para que no se notara, me dió su campera fea y ahora tengo que lavarla para devolversela_ dije nuevamente con el metodo de la carita del gato con botas para que ella lavara la campera, no se como es que eso todavía funcionaba, osea, tengo 16 años y me funciona la carita de pena.
_Yo lavaré esa campera para mi nene_ dijo como hablandole a un bebé, mientras yo en mi mente me estaba riendo malignamente porque mi plan nuevamente había funcionado.
Mañana cuando le devuelva la campera al rubio creo que le daré una lección.
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Un Otaku Enamorado
RandomCuando eres otaku la vida no es tan fácil, pero ¿que pasaría si conoces a una persona que te lo hace aún mas dificil?... Mirko es un chico de secundaria al que no le interesan los estudios ni su futuro, el mantiene una vida secreta de otaku a excepc...