Capítulo 3:Un desagradable accidente

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Pasaron varios días tras ese raro pero no precisamente desagradable incidente. Cada quién hacia su trabajo como comercial, como soldado, aldeano, hijo, como líder... Eran los días normales en ese deprimente momento del bello mundo en el que nuestra protagonista se encontraba. A veces tanto ella como los integrantes de la guardia se encontraban heridos, pero normalmente nada grave. Ellos eran guerreros experimentados y a la chica no la dejaban ir a lugares demasiado peligrosos.

En ese instante, la chica de la cual hablamos se encontraba siendo "acosada" por cierto vampiro orgulloso y mujeriego, quien trataba de demostrarle que podría obtener su corazón siempre que quisiera.

Pero ella no era tan fácil. Ella núnca fue fácil.

A pesar de que su timidez y humildad le hacían pensar lo contrario, ella tuvo varios admiradores en el mundo humano, y no era si no hasta que ellos o alguna amiga suya le decía que no se daba cuenta.

Realmente era bonita, pero no era solo su belleza lo que los atraía. Siempre había tenido su encanto angelical incluso antes de saber que procedía de un mundo totalmente distinto. Y a pesar de eso, nunca llegó a tener pareja. Muchas veces se debía a su propio despiste, y gran parte de ellas era por los celos de las otras chicas, que la molestaban siempre que podían. Por suerte, era una chica paciente, y sabía que sería peor si les demostraba su desagrado.

Sólo dos personas consiguieron su corazón completamente. Una la traicionó, y la otra... Ya no existía en ningún mundo, salvo en su cabeza.

Por suerte, personas como Nevra la hacían olvidarse de dicho hombre, aunque de mala manera.

-Por cierto, como se que pronto vas a necesitar a un hombre que te haga olvidar de tus problemas, ¿que tal si consigues que Miiko te dé una cama mas grande? -Sonrió con lujuria el pelinegro, tratando a su vez de seducirla con la mirada, sin mucho éxito.

-Preferiría antes a un ogro baboso gigante que el estar contigo, sin ofender a Jamon, pero muchas gracias por la oferta. -Le sonrió de forma sarcastica de vuelta, tratando de dejarle ver que la estaba molestando con su egocentrismo.

Personas como el núnca le gustaron. Odiaba a los hombres tan creídos y prepotentes que se creían que con solo decir un par de cosas bonitas ya se podían llevar a cualquier mujer a la cama. Y Nevra no es que fuera feo, al contrario. Pero esa cualidad suya sólo lo empeoraba.

-Te estas amigando demasiado con Ezarel, tal vez sea una mala influencia para ti, ¿no lo has pensado?.- Dijo él sonriendo, pero algo tocado en su orgullo.

-¿Y tu no has pensado que tal vez solo soy así contigo y que me tienes frita con tus "intentos fallidos de encantarme". Aunque bueno, al menos has conseguido un record, nadie había conseguido caerme mal en menos de una semana.- Habló ya sin esa sonrisa, harta de el y de sus coqueteos. Pero el no iba a ceder, núnca cedía.

-Eso solo demuestra que soy el mejor en todo, aunque me sorprende que te resistas tanto. Sabes que soy el hombre perfecto para ti, ¿verdad? -Trató incluso con su voz mas seductora, aunque ni le funcionó antes, ni le iba a funcionar ahora.

-Lo siento, pero a mi parecer, no entras en la descripción de "hombre perfecto". Ahora, si me disculpas, tenía que cumplir una misión y tu, un líder, me lo esta impidiendo molestandome.- Tras decir eso, lo apartó empujandolo hacia un lado, tratando de deshacerse de el lo antes posible. Luego musitó con enfado. -Dejame en paz, mujeriego engreído. -Suficiente tenía con guardarse las ganas de abofetearle.

El, simplemente, se la quedó mirando, enfadado por su herido orgullo. ¿Como se atrevía esa chica a tratarlo de esa forma? Ella no era más que una humana hasta el momento en el que llegó a ese mundo, y de no haberle prestado su ayuda -cabe decir que Kero y Leiftan lo casi obligaron.- hubiera ido directa a las celdas.

[Valkyon]No sólo las estrellas brillan con fuerza[D][A][R]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora