La Invocación (2da temporada)[TERMINADO]

Capítulo 34

Capitulo 34

  Días después...

Estos días he notado a HyukJae, muy extraño, a veces le hablo y no me escucha por estar pensando en no sé qué cosas. Le he preguntado qué es lo que sucede, pero siempre intenta cambiar el tema.

—Preciosa, volveré dentro de unas horas

Me dijo.

—¿Dónde vas? —pregunté curiosa

—Por ahí
Me intento besar, pero me aleje de él.

—Dime que es lo que está sucediendo, desde hace bastantes días has estado demasiado extraño—dije totalmente sería, tal vez me estaba engañando con otra.

—Mi amor, no sucede nada

Decía él intentando acercarse a mí

—¿Tienes a otra? —pregunté directamente
—¿acaso te dieron nuevamente el deber de torturar a otra mujer?

—Preciosa, no es eso, solo te tengo a ti. Es solo que he estado averiguando algunas cosas

—¿Por qué no eres más preciso? Tu actitud no me gusta para nada, HyukJae.

—está bien, te diré, pero no quiero que te alteres

Dijo él tomando mis manos

—¿es algo malo? —pregunté preocupada

—Mi amor, perdóname

Dijo y luego me abrazo, a los segundos comenzó a llorar, yo solo lo abrace sin comprender que estaba sucediendo.

—¿Qué sucede? —pregunté
—¿Qué te tengo que perdonar?

—Hay algo que te oculté

dijo sin soltarme.

—mi amor, puedes morir si el día del parto

Deje de respirar unos segundos, sentí mi corazón latir mucho más rápido, ¿moriría al tener a mi bebé?

—¿Qué? —pregunté sin creerlo.

—Perdón por no haberte dicho el riesgo que corrías.

Se separó de mí, yo no sabía que decir, quería llorar, estaba llena de rabia. No sabía cómo reaccionar.

—¿Qué sucederá con mi hijo? ¿Estará solo?

—Mi padre quiere quedarse con él

—No, ¡no me puedes hacer esto! —le grité

—Mi amor, yo no quiero lastimarte, preciosa, estoy buscando una solución

—SABÍAS EL RIESGO Y AÚN ASÍ ME EMBARAZASTE

—Mi amor, tranquila, no te puedes pelear conmigo, los otros demonios pueden venir a lastimarte, debemos estar bien

—¡¿ cómo quieres que este bien?! —Mis lágrimas comenzaron a salir, no quería que nadie tuviera a mi hijo.

—Preciosa, haré todo para que tú y mi hijo estén juntos, solo cálmate, ¿si amor?

Me dio un corto beso y seco mis lágrimas.

—¿Y si te vendo mi alma? Tal vez puedas hacer que me salve y que no me separen de mi hijo

El rostro de HyukJae se ilumino.

—¡Eso sería tu salvación!

Dijo él y me abrazo

—Si mueres, tu alma será solo mía, nadie ni siquiera mi padre, podrá torturarte

—¿entonces de todas maneras moriré? ¿Qué sucederá con mi hijo?

—tranquila amor, encontraré una solución, ahora es necesario que me vendas tu alma, esta noche serás mía

—¿Y qué debo hacer? ¿Tengo que pedirte algo?

—Déjame ir a ver a alguien primero, quiero saber algunas cosas

—Pero eres un demonio, ¿Cómo no vas a saber? —pregunté casi alterada

—No te alteres, mi amor, ¿sabes que te amo, cierto?

Yo asentí

—Eso es lo importante entonces, te amo preciosa, haré todo para que estés bien.

Minutos después...

—HyukJae, no te puedes aparecer así como así, llevo una vida humana para tu información

—Lo siento Yuri, necesito tu ayuda, es urgente.

—¿de qué se trata?

—Quiero que hables con tu hermano

—Con Siwon no tengo una muy buena relación

—Por favor, Yuri, mi padre quiere quedarse con mi hijo, Siwon es cercano a él, quiero saber algún método para que mi hijo no pueda entrar a infierno.

—HyukJae, lo que me estas pidiendo es algo complicado, hace siglos que no voy al infierno y dudo que Siwon quiera contarme algo

—Sé que tú y él no tienen una buena relación, pero también sé que él siempre estaba pendiente de ti

—Si quieres convencerme con eso, mejor ahórratelo, Siwon estaba pendiente de que no me involucrara con humanos, sabes que los detesta porque nuestro padre se involucró con una humana

—Como sea, por favor, solo inténtalo, hazlo por los viejos tiempos

—Lo pensaré, HyukJae. No es fácil lo que me estas pidiendo.

Horas después...

—Mi preciosa

—HyukJae... —fue abrazarlo.
—¿Cómo te fue? —lo miré

—Ya veremos luego, mi amor
Toco mi vientre

—¿Nos separaran? —pregunté con un hilo en la voz

—Eso nunca, mi amor, te lo prometo

—¿Cómo me lo prometes si ni tú mismo lo sabes? —dije mientras mis ojos se cristalizaban.

—Solo confía en mí, preciosa. 

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