Los Gemelos Biersack

Prologo.

Un suspiro sale de mis labios al terminar mi última maleta.

Doy un vistazo más a mi recamara asegurándome de no olvidar nada. Camino a mi tocado y veo la fotografía, donde salgo abrazada de mi hermano Alex, el me carga mientras yo hago muecas a la cámara.

La llevo y la coloco en la maleta.

- Aun puedes cambiar de opinión – la voz de mi madre me toma por sorpresa y doy un pequeño salgo.

- Ya lo hablamos mamá – la miro y ella me regala una sonrisa.

- Lo sé, lo sé, es solo que estoy asustada – me mira con ternura – mi niña se ira a otro país muy lejos de mí – su voz cambia y no puedo evitar sentir una punzada en mi estómago.

Corro a ella y la abrazo tan fuerte que puedo sentir el latir desesperado de su corazón. Nos quedamos en la misma posición y no es para nada molesta, todo lo contrario, me siento tranquila y siento una gran paz estar en los brazos tranquilizadores de mi madre.

- Para mí no hay un abrazo – no saco la cara del pecho de mamá pero sé que extendió su mano para alcanzar a mi hermano, ahora estamos los tres abrazados y es lo mejor que pueda sentir – te voy a extrañar pulga.

- No tanto como a ti baboso – los aprieto más a mí y suelto todo el aire que tengo en mis pulmones – Además, ustedes irán a visitarme.

- Oh, por supuesto que iremos a visitarte – dice mi hermano con voz divertida.

- Bueno, vamos que perderás el vuelo hija – dice mi madre limpiando mis lágrimas y besando mi frente. Asiento y le regalo una sonrisa.

- Esta es la última – pregunta mi hermano señalando la maleta. Asiento, el cierra la maleta – las espero abajo.

- No crees que llevas muchas maletas.

- No – cuelgo mi mochila y la miro – es justo lo necesario– me mira dudosa pero no dice nada.

Salimos de casa y entramos al auto donde se encuentra un exasperado Alex, con regaños y quejas entramos al auto, nos ponemos el cinturón y Alex arranca el auto. Mamá habla sobre los cuidados que debo tomar. Al salir de la ciudad me giro y susurro un; Te voy a extrañar mi amada Guadalajara.