el invierno llego

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Des

- Des ¿ que hacías durmiendo en el suelo? Te vas a enfermar - Leo no parabas de acariciar mi espalda y demostrar preocupación.

- estabas durmiendo profundo y no te quería despertar - mi vos estaba entrecortada gracias al miedo. Ya había dejado de llorar pero aún tenia miedo.

Leo tenía razón, el frío en las noches era terrible a pesar del calor del día. El invierno llegaría pronto y se mostraba en las noches, aveces en las tardes, rara vez se veían días soleados como los de ayer. Con esta situación el que nevara podría ser una sentencia de muerte.

- Des eres demasiado bueno para este mundo, ven - Leo secó mis lágrimas y me extendió su mano para ayudarme a levantar.

- dormirás conmigo -

- ¡Leo no! como se te ocurre -

- vamos Des no muerdo -

-....-

-....-

- es enserio Leo -

- Lo sé... No fue mi mejor chiste -

- no me digas - vimis dis ni mirdi ¡como se le ocurre decir eso! Nada más porque hay zombies afuera no me voy.

- vamos no seas así.... No pasará nada que tu no quieras - me estaba dando un rostro coqueto mientras me lo decía. Este hombre de verdad que no ayuda.

- si duermo contigo dejarás de hacer el tonto - le dije serio pero en realidad me estaba dando mucha risa.

- si -

- bien - tomé la almohada del piso y me acosté en el lado derecho de la cama, Leo se acostó a mi lado y quedamos frente a frente.

- si tienes frío me puedes abrazar - no podía ver bien su rostro pero estoy seguro de que estaba haciendo ese mismo rostro de antes.
- jaja que gracioso - le di la espalda a Leo y me acomode para poder dormir nuevamente. La cama de Leo era muy cómoda y olía mucho a el. Respire profundamente y de un momento a otro dormí.

Estaba entre despierto y dormido, me sentía muy cómodo y podía sentir en mis mejillas que hacía frío. Estos días eran los mejores para dormir y lo mejor era que todavía tenía tiempo de dormir más ya que mi alarma no había sonado. Me di la vuelta y me estiré un poco mientras intentaba abrir mis ojos para ver la hora en mi reloj. Lo primero que vi fue a un rostro dormido, pero no uno cualquiera uno conocido, era Leo.

- ¡AAAHHHHH!- di un salto hacia atrás y me caí de la cama.

- ¡DES PUTA MADRE QUE PASA! - Leo se despertó de golpe y grito.

No había sido un sueño, por un segundo hermoso creí que había sido un sueño, pero no.

- no fue un sueño -

- no Des... Ojalá lo fuera - ya en un tono más calmado me dijo algo triste, estábamos igual de mal.

Tomé aire profundamente y me calmé, casi mató a Leo de un susto. Me levanté de piso y mire la hora, creí que era mas temprano por el frío y la luz que había, pero vi el reloj en la mesa de Leo y era la 1 pm... Al menos dormimos bien.

- Leo hora de levantarse - me estiré ya levantado y abrí las persianas para que entrara la poca luz que había afuera, estaba muy opaco el cielo. Leo se escondió debajo de su almohada cuando deje entrar la luz.

- oh no Spindler no seas descarado ¡mira la hora! - me acerque y le quité las cobijas de encima arrojándolas para que no intentará arroparse de nuevo. Leo solo hizo ruidos de quejidos y siguió durmiendo, estaba completamente estirado durmiendo boca abajo. Lo tome de ambos tobillos y lo jalé para que saliera de debajo de la almohada, el muy descarado se agarro a su cama y siguió durmiendo como si nada, parecia un niño pequeño.

¡¡zombies!! AMOLADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora