distracciones

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Des

Leo tenía su rostro hundido en mi pecho, padecía un niño pequeño asustado. Suspiré profundamente, me gustaría tener esta tranquilidad por mas tiempo. Leo separó su rostro de mi pecho. No podía verlo con claridad a pesar de tener la luz de la luna de mi parte, su rostro parecía esta completamente cubierto de sudor.

- ¿ tienes sed ? - me dijo mientras me soltaba. Había leído mis pensamientos, moría por un vaso de agua.

- si por favor- asentí muy entusiasmado, huir de la muerte da mucha sed . Leo se dio vuelta y me hizo señal de que lo siguiera. mientras seguía su espalda volteé a ver la puerta principal, estaba bloqueada por un gran sofá, había estado ocupado al parecer. Esperé a leo en la entrada de la cocina, estaba un poco desordenada pero nada fuera de lo normal, era el típico hogar de un soltero con comida chatarra por todo el lugar. Leo tomo dos vasos y comenzó a servir agua del refrigerador. En las afueras podía oír los gritos de unas mujeres, no eran gritos de terror, más bien sonaban como insultos, Leo las oyó y me observo con rostro serio, tampoco entendía lo que pasaba, no había escuchado a ninguno de "ellos" decir alguna palabra.

- vamos a ver, no vayas a hacer ruido - me dijo susurrando mientras dejaba los vasos en una mesa y caminaba un poco agachado para no hacer ruido, imité sus movimientos para no hacer ruido. Subimos las escaleras hasta el segundo piso y llegamos a la habitación de Leo, nos asomamos por una ventana que daba a la calle, estábamos agachados para que no nos vieran, no podíamos arriesgarnos, estos momentos de pánico son los que sacan lo peor de la gente, lo sabía muy bien. Observamos atentos e impresionados, eran tres chicas, dos de cabello negro y una de cabello blanco, esta era muy baja comparada con las otras dos, las tres estaban vestidas como animadoras y tenían bats de béisbol un poco ensangrentados. Leo y yo teníamos la misma expresión de asombro y horror, las chicas estaban persiguiendo a un hombre y se veía que lo iban a alcanzar dentro de poco, a esto es lo que me refería, era como una pesadilla, el hombre no padecía ser uno de esos monstruos. Sentí como algo jaló de el cuello de mi camisa por la parte de atrás, fue Leo, no entendía por qué lo había echo, no nos habían visto.

- Des no hagas ruido y quédate agachado, hay una multitud de personas viniendo detrás de las chicas - podía oír el pánico en la voz de leo, el miedo en su rostro delataba que tan grave se puso la situación, no los había visto ni oído.

- Leo ¿ que son ellos ?¿por qué son así ?- le pregunté en voz baja ya desesperado por toda la situación, no sabía si podría soportarlo más. Esta vez logré oír los gritos de esos monstruos a lo lejos, sentí que iba a enloquecer en cualquier momento. Tape míos oídos y cerré mis ojos con mucha fuerza, no podía seguir, era demasiado.

- Des tranquilo, ven sigueme se donde nos podemos esconder y hablar tranquilos - me tomo de la mano y me hizo seguirlo gateando, íbamos hacia una puerta al lado de su armario, era su baño. Entramos y me quede agachado en el piso, no tenía fuerzas para levantarme. Leo se levantó en silencio y cerró la puerta con mucho cuidado para no hacer ruido, fue hacia una ventana y la cerró con una persiana que no dejaba pasar la luz hacia afuera.

- ¡muy bien! Aquí nada nos molestará - dijo con un tono de voz normal, no podía ver absolutamente nada, pero podía sentir los pasos de Leo cerca mio, solo se hoyo un click y la habitación se iluminó, cerré mis ojos de inmediato ya que no estaban acostumbrados a la luz.

- lo siento Des , ¿ estas bien ?- dijo preocupado mientras se agachaba a mi lado.

- no es nada - le respondí entre pequeñas risas para no preocuparlo mientras abría de a poco mis ojos. Cuando mis ojos estaba abiertos por completo observé a Leo y lo que ví casi hace que me desmaye, Leo no tenía su rostro cubierto por sudor sino por sangre, tenía sus mejillas un poco hinchadas igual que la comisura de sus labios, su camiseta tenía machas grandes de sangre en su cuello y a sus costados, parecía una de esas personas. Tuve que poner mi mano en mi boca fuertemente para no hacer ningún ruido. Me asusto mucho esa imagen, al punto que me hizo soltar unas lágrimas.

¡¡zombies!! AMOLADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora