Solo una copa.

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Las 8:00 p.m. faltan 30 minutos para que Leila venga. Ya tengo todo listo, comida, café, un reproductor de música, pijama. Esto va a ser muy raro, hace mucho que no tengo una pijamada, bueno, espero y todo salga bien.

Empezó a llover después de que dije eso. Las gotas de lluvia se veían preciosas, eran como pequeños diamantes cayendo del cielo, una noche perfecta. Acerque una silla hacia la ventana. Era tan hermoso, las calles estaban mojadas y ese olor a naturaleza y frescura no me lo podía quitar nadie.

Escucho que alguien toca la puerta, era Leila. Tenía un suéter negro y un paraguas morado. Tome mi mochila y abrí la puerta.

Gaby: Hola, Leila ¿Lista para divertirnos?

No se por qué pero estaba mucho más feliz que en la tarde, como... Si volviera a saber quién era en realidad.

Leila: (Sonríe) Claro, espero y no pase nada malo. ¿Tienes paraguas o algún gorro que te proteja de esta lluvia?

Gaby: Claro, está dentro de mi mochila junto a mi pijama (Mete la mano a su mochila, saca un gorro color negro y se lo pone) Listo (Sonríe)

Leila: ¿Pijama? ¿No recibiste mi mensaje?

Gaby: No he visto mi celular.

Leila: Bueno te refresco. Cambio de planes, iremos a un bar llamado, La pambrena. Dicen que es muy lindo, y con este clima está perfecto.

Gaby: Esta bien, dejare mi mochila.

Deje mi mochila en la silla, salí y me subí a la motoneta de Leila. Ella arranco y nos dirigimos a aquel bar.

No sé por qué pero mi instinto me decía que me quitara el gorro, y lo hice. Levante mi cara, extendí mis brazos y solo deje que la lluvia me emparara el rostro. Me sentía viva, no me importaba nada en ese momento.

Llegamos al bar o "bar" ya que parecía mas un establecimiento familiar. Uno de esos lugares en donde llevas a tus hijos a cenar, les das leche caliente y los llevas a casa a dormir. Nos bajamos de la moto y entramos. Todo era muy hogareño. Baños limpios, mesas y sillas redondas color negro. Solo había meseras con camisas rojas y pantalón blanco.

Leila: Por aquí, este lugar es perfecto.

Gaby: Una mesa junto a la ventana, eso es muy... Lindo.

Leila: (Sonríe) Bueno, en estos climas ¿que no es lindo? muchas de las historias de amor se escribieron de noche o en época de lluvia. Bueno ¿Qué quieres pedir? Yo tomare una cerveza.

Gaby: Yo... Creo que también pediré una. No soy muy fan de la cerveza pero igual no viene mal.

Leila: Si... Oye (Mira a Gaby a los ojos) Gracias por aceptar mi invitación, es muy lindo de tu parte.

Gaby: (Sonríe) No hay de qué. Pero aquí la linda eres tú, nadie me había invitado a salir.

Cuando termine de decir eso Leila miro hacia abajo, se acomodó el cabello y sonrió. Se veía tan tierna, y al traerme a este lugar veo que también tiene un lado algo rebelde.

Mesera: Buenas noches ¿Están listas para ordenar?

Leila: Si, por ahora tráiganos dos cervezas y... ¿Te parece si pido unos burritos de carne para acompañar?

Gaby: Claro, por mi está bien.

Leila: Entonces, también tráigame dos burritos por favor.

Mesera: Perfecto ¿Eso sería todo?

Leila: Por el momento si, gracias.

Mesera: Esta bien. Vendré con ustedes en un momento, que pasen una linda cita.

Cafe FrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora