Cuando Me Olvides

9.

James Arthur - Say You Won't Let Go

Gaby's POV

Algo aturdida y con bastante frío observaba a Paz.

Lo que me había dicho me había dejado sin palabras, es de aquellos momentos que crees solo pasan en las películas o en los estúpidos libros de romance que suelo leer, pero no en aquel momento estaba viviendo algo completamente irreal, sus palabras habían llegado a lo más profundo de mi corazón y lo único que quería era lanzarme a sus brazos y besarla

― Oh por dios di algo que estoy muriendo ― decía provocando una sonrisa en mí, podía notar lo nerviosa que se encontraba, además admiraba su valentía, sabía que para nadie es sencillo decir lo que siente y el hecho de que Paz hubiera decidido hablarme con el corazón en la mano era algo increíble y admirable.

―Es que me has dejado completamente absorta, no sé qué decir, cualquier cosa que diga quedaría como basura

― No es basura ― susurro

― Lo que quiero decir es que si, que admito que estoy aterrada y parte de mi quiere salir corriendo, pero esta vez quiero arriesgarme...quiero esos cinco días para ambas.

Paz sonrió y yo también lo hice, de inmediato se apresuró a abrazarme y encantada le correspondí, no podía parar de sonreír y si pensaba en el pasado y en cuantas veces me había sentido tan bien probablemente no más de una o dos, mi vida era demasiado caótica y llena de drama por lo que la felicidad se volvió en algo casi inalcanzable, claro que habían días buenos en los que parecía que todo iba mejorando pero habían otros en los que mis demonios simplemente no me dejaban avanzar, pero ahí estaba en los brazos de una chica increíble, que aunque tenía tanto miedo como yo se había decidido a intentarlo.

Aun en sus brazos observe por la ventana y el cielo permanecía gris, la lluvia no cesaba y aunque aquellos días no eran de mis preferidos, estaba feliz, contenta de poder expresarle a la mujer que tanto admiraba lo que realmente sentía.

― No te arrepentirás ― sonrió

― Claro que no, aunque me muero por saber que tienes preparado

― Oh eso es sorpresa, no comas ansias

― Soy la persona más impaciente del planeta así que no me pidas imposibles ― sonreí y ella acaricio mi mejilla

― Pues valdrá la pena esperar, lo prometo.

El resto de la tarde Paz y yo la pasamos conversando de todo y nada, ella me mostraba algunos de sus cuadros en la galería y yo le platicaba sobre la radio. Era agradable tener a alguien con quien conversar sobre cosas tan insignificantes como si había almorzado, como estaba, como me sentía, era agradable contar con ella.

Para mí el amor no existía, era una conclusión demasiado apresurada tomando en cuenta de que solo tenía 24 años, pero las circunstancias me habían llevado a tener aquella visión, con Paz aquello no era un constante, pero en mi cabeza, a su lado estaba comenzando a apreciar el presente, los minutos u horas que pasábamos juntas.

― Debería irme, se hace tarde además debo tomar el autobús para llegar a casa

― Ni hablar, le pediré el auto a Matías y te llevo

― No quiero molestar

― Oh vamos, no te dejare sola a estas horas, además hace mucho que no manejo me vendrá bien algo de practica

― Ahora estoy asustada ― decía molestándola ― no quiero morir tan joven

― Créeme Gaby si no nos pasó nada cuando íbamos en tu "bebe" no nos pasara nada si yo manejo.