Sonidos En la Cabaña

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Se habia ido, había desaparecido de mi presencia, el miedo me dejo paralizada como jamás lo había estado; no sabia que hacer, no sabia si contarle a mi mamá o si callarlo, luego analicé la situación y me dije a mi misma "Mamá no me va a creer", así que no dije nada me guarde mi secreto de lo que habia vivido esa noche en mi habitación.

Creí que hay habia quedado, pensé que habia acabado todo que jamás lo volveria a ver o algo parecido, me equivoqué, eso fue solo el principio de una vida de tinieblas, una vida llena de misterios y cosas oscuras; siempre me gustó la oscuridad, siempre me sentí atraida por la sangre y cosas paranormales pero nunca las habia experimentado. Luego de ese día intente por todos los medios olvidar el asunto, pero siempre se hacia presente en mi cabeza el demonio de la mano fría, no podía olvidar su presencia oscura, sus ojos malignos y sus rotas vestimentas, como podia olvidar esa voz tan siniestra llamandome por mi nombre, como olvidar esa frase en mi cabeza cuando dijo- Tu podrida Alma-, no comprendia aun porque a mi, porque mi alma, entre tantos millones de personas del mundo, porque me pasaba eso a mi. Intente olvidar y comence a salir a caminar a las veredas del lago que estaba cerca de mi casa, cerca de allí se encontraba un cabaña abandonada a la que fuí muchas veces con mis amigas a explorar cuando estaba niña; pasié mi mirada por la cabaña y todo estaba tal como lo recordaba, seguí caminando y me sente a la orilla del lago, presentí que alguien se acercaba pero ignoré lo que sucederia a continuación, clave mi mirada en el lejano prado que se encontraba del otro lado del lago, fue con tener calma por un momento, pero de pronto volví a sentir algo anormal, algo fuera de este mundo, algo que me llama entre los arboles que se encontraban detrás de mi, me levante y fui a investigar, pero solo encontre hojas y ramas secas en el suelo pues ya se acercaba el otoño. Hice caso omiso a lo que sucedio, me di vielta y me dispuse a regresar a la orilla del lago, cuando de pronto justo frente a mi se encontraba el mismo niño de mi habitación, pero esta vez la presencia era más oscura como si un aúra aún mayor lo rodeara, como si fuera más fuerte que la última vez, el miedo no me detuvo esta vez y corrí de inmediato a la cabaña que cerca de allí se encontraba, no depare en voltear y mirar si venia tras mio, pues el miedo no me dejo hacerlo; entre en la cabaña y me sente en un rinco cerca de la chimenea que se encontraba allí, senti como mi cuerpo lentamnete se iba poniendo tenso, mi respiración se aceleraba aun más, derrepente cuando al fin me sentía mas calma escuche un ruido que provenia de una habitación a dos puertas de donde me encontraba, quise hechar un vistazo pero no podia moverme, el miedo me habia dejado paralizada. El ruido era como el crujir de las maderas al caminar alguien sobre ella, alguien muy pesado, el sonido se fue acercando a la puerta de la habitación paso a paso, cuando me logre calmar para ir a ver de que trataba, escuche como la puerta se abria; ¡eso era algo imposible, allí hacia muchos años que no vivia nadie!- pensé-, no me quice levantar por miedo a lo que podia suceder, me quedé sentada en el rincón escuchando como caía la noche y yo aún en la cabaña; Al abrirse la puerta el ruido se detuvo, ya no habia ningun sonido extraño en el aire, solo se escuchaba el viento que soplaba entre los arboles y las aves nocturnas comenzando su trabajo. Me levante y fui haber que habia causado esos ruidos, cuando llegue frente a la puerta estaba cerrada como si me hubiese imaginado el ruido que me causo miedo, lentamente coloque mi mano sobre la cerradura para abrirla, esta fria como el hielo y oxidada, pasarón unos segundos antes de poder tomar la desición de mover la manija, lo hice, lentamente fui abriendo la puerta haber que habia dentro, derrepente cuado miro dentro de la habitación solo pude vislumbrar una silla rota en el suelo y el cuadro de una mujer muy hermosa (con sus ojos negros, labios rojos como el carmecin, la piel blanca como un hermoso oso polar y el cabello negro, del mismo negro de sus ojos), no habia nada más, nada que pudo haber causado ese ruido; tome el cuadro de la hermosa mujer, y salí de la habitación a toda prisa, cerrando la puerta tras de mi como un rayo, pero justo antes de salir de la cabaña escuche pasos detras de mí, como si se acercara alguien muy sigilosamente, me di vuelta muy despacio pero no habia nadie, estaba la cabaña vacía, voltié mi mirada a la puerta principal para poder salir y escuche el grito de una mujer -¡Aaaahhhhhhh...!- como si le hubieran desprendido el alma, salí corriendo de alli y sin detenerme abri la puerta de mi casa de un solo dar y me adentre en mi habitación

- ¿Te pasa algo Alice?- preguntó mi mamá entrando en mi habitación.

- Nada, tranquila- dije yo con desaire.

- ¿Segura?- pregunto mi madre con recelo.

- Sí, segura- respondí.

-¿Que es eso que traes hay?- pregunto con picardía.

- Es solo algo que conseguí en el bosque-.

- ¿Algo que conseguiste en el bosque?- pregunto con incredulidad.

- Sí, algo que conseguí en el bonque- dije con un tono retorico, pues ya me estaba cansando de su preguntadera.

- ¿Ok, y que es eso?- dijo.

- Algo; Podrias por favor salir de mi habitación, debo hacer unas cosas- dije con un tono molesto.

- Ok esta bien, ya la cena esta casi lista- respondio, y cerro la puerta tras de ella.

observe el cuadro con cuidado y examiné cada detalle de la pintura, era hermosa, como si fuese hecha por Leonardo Da Vinci. Limpie el cuadro con sumo cuidado para evitar dañarlo, hice espacio en la pared de mi habitacion, y decidida en lo que haría, colgué el cuadro en la pared.

La Chica de los Mil DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora