memorias que perduran en el tiempo [edicion]

Parte 9 aquello que son fuerte

ya hacia una semana desde que haru llego al pasado y comenzara a vivir con la primera generación, su rutina ya estaba establecida ,se levantaba a la madrugada para ayudar a esteban con el jardín ,luego desayunaba y almorzaba  con la pareja ,por la tarde lampo la iba a buscar para que le cantara algo para su siesta de la tarde,el resto de la tarde se  la pasaba en su habitación o en la bodega inspeccionando los objeto guardados allí, a Veces se cruzaba con los demás guardianes que iban y venia de misiones, al único que nunca, hasta ahora  había visto  abandonar la mansión era primo cosa que haru evitaba encontrase con el      

En la oficina de primo  

G estaba revisando alguno documento mientras veía por décima ves a su jefe suspiraba y dejaba de trabajar, cosa que  hacia su paciencia  llegara al limite      

-Menos suspiro y más trabajo primo-dijo indiferente la mano derecha 

El rubio dejo de firmar papeles y miro a su amigo de la infancia-G-se quejo infantilmente

El pelirrojo dejo los papeles en la mesa, sabía que cuando su jefe se comportaba con un niño era su deber reformarlo, saco de sus bolsillo un paquete de cigarrillo y empezó a fumar-y bien que te paso, te rompiste una uña    

El rubio sonrió ,pero su sonrisa se convirtió en una de preocupación, siempre le contaba sus problemas a G, pero esta vez dudaba si contarle o no el incidente que paso con haru, porque desde ese día, la castaña claramente lo evitaba y cuando se encontraban casualmente saludaba rápidamente y se espumaba de igual forma, necesitaba hablar con alguien así que, el contó todo a su mano derecha que lo escuchaba en silencio, una vez que termino, G dejo escapar humo por su boca  

-Creo que deberías cambiar de profesión en vez de un jefe de la mafia a un estafador de mujeres-declaro G  

-G eso no es gracioso-solto molesto ante la respuesta de su amigo

-Creo que te quedaría perfecto-seguía burlándose el pelirrojo aun cuando primo le seguía mandaba caras de molesto, por lo que escucho claramente era culpa de su jefe por precipitarse, entendía también que haru tenía todo el derecho a evitarlo, el no entendía a la mujeres, así que  no sabía cómo se sentía, pero lo que si sabía era que por primera vez una mujer no caía por su amigo   

-Déjala en paz ya se le pasara-argumento G volviendo a tomar los papeles de la mesas, para reanudar con su trabajo  

-Te estoy pidiendo ayuda porque no se le está pasando-explico primo cada vez mas deprimido

-Es una lástima escuchar eso, sigue intentándolo-dijo G preparándose para irse, apago su cigarrillo en el cenicero, cuando la puertas de la oficina se abrieron entrando lampo

-primo-saludo animadamente el peli verde-vengo a traerte lo que pediste

Primo y G había notado que lampo se veía muchos activos que antes, más alegre y con energía, contrariamente al lampo de siempre