Quién hubiera pensado que Gregorio Donovan, un hombre rico, apuesto, con clase y un título envidiable, tenía en su destino la terrible realidad de un divorcio ¡Un divorcio! En el presente 1893 no es nada común que una pareja se separé de con aquella frase tan temida y tan repudiada socialmente.
El meollo del asunto, era que todos conocían la razón por la cual el marqués había decidido separarse de su esposa. Había sido un escándalo hace solo un año y seis meses, y aún quedaba alguna que otra lengua viperina que gustaba de traer el recuerdo de aquel matrimonio que había resultado una catástrofe. No solo eso, sino que la esposa se vio en la necesidad de huir, dejando atrás hijos, casa, reputación y marido.
Con tal acción tomada por parte de ella, el pueblo londinense se imaginaba lo peor del marqués, a pesar de que todos lo conocían como un alma bondadosa y que jamás había sido visto en alguna barbarie como su hermano, nadie sabía lo que ocurría dentro de aquellas bellas casas que estaban en posesión de los adinerados y pudientes hombres. Quien sabe, quizá hasta la golpeara o abusara de ella de alguna manera.
Era una verdadera lástima que nadie supiera la verdadera razón que había encaminado a la pareja a esa fatídica decisión, los Bermont no soltaban prenda alguna, mucha gente había intentado sacar palabra de alguna de las primas o primos, pero estos, cuales muertos, sacaban vuelta a esa conversación y, si la gente no se andaba con cuidado, hasta podían actuar groseros e incluso dejarles de hablar por semanas. Cosa nada conveniente.
Aun así, y dejando el tema del mayor de los Bermont, había otro tema bastante interesante que volvió locos a todos en Londres. La llegada de un extraño señor Calder Hillenburg, el heredero legitimo del Ducado de Bermont. Aquél chico había hecho una rápida aparición en los últimos días de la pareja del mayor de los Donovan, según dicen, incluso tuvo algo que ver con la desaparición de la fugitiva Clare Donovan, pero todo queda en suposición, como siempre, la familia Bermont oculta muchas cosas, y vaya que son los mejores haciéndolo.
Pero este chico, Calder Hillenburg había despertado la curiosidad de las londinenses, las mujeres se habían derretido tan solo verlo y nada había cambiado durante la semana en la que se hizo presente. Pero desde ahí, toda pista de él se había perdido por completo, nada, como un fantasma que viene y va cuando le place.
¿Cuándo será que tomará posesión? ¿Volverá a aparecerse el nombrado Capitán? ¿Qué será del mayor de los Bermont?
Hasta la próxima en "The Sun"
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Una propuesta inesperada (Saga Bermont 8)
RomanceEl mayor de todos los primos de Bermont. Gregory fue el primero en casarse y lo hizo completamente enamorado de su mujer quien fuera el amor de su vida desde una temprana edad. Apenas hubo contraído nupcias, el hombre se mudó a su tierra natal, llev...