Mi respiración es entre cortada, mis pulmones adquieren oxígeno con complejidad, mis pies se mueven en el césped sin intención de detenerse. Me aterra el saber que ni si quiera se de que estoy huyendo pero, no deseo saberlo. Una roca se interpone en mi camino, dejándome sin tiempo suficiente de detenerme al chocar con ella en un brusco impacto, mi pierna derecha se debilita, y no puedo mantener el equilibrio. El áspero suelo recibe mi rostro al caer, rápidamente me volteo para examinar mi alrededor.
Nada. Absolutamente nada.
¿Acaso huía de nada?
Me levanto de mi posición. Mi mano se posa sobre un árbol a un lado mio para mantener mi equilibrio. Elevo mi pierna derecha para ver como fue afectada, una gran herida adorna tetricamente parte de mi tobillo. El ver la sangre me espanta, provocando que un par de lágrimas se acumulen en la orilla de mis ojos.
Trato de masajear el área afectada, pero se me hace imposible al sentir el ardor en el contacto. El sonido que provocan un par de ramas rompiéndose despierta mis sentidos, levanto mi vista inmediatamente para observar a mi alrededor, examinando cada centimetro del sector.
-¿Hola? - mi voz hace un ligero eco.
El sonido que provocan las ramas y hojas secas al romperse se escucha aproximándose. A lo lejos, de la oscuridad que provoca la noche, emerge una pequeña figura humana, con un atuendo adorable. La encantadora niña rubia se aproxima hasta mi posición, asemeja tener la dulce edad de 7 años, al igual que yo.
-Hola - la dulzura en sus palabras me tranquiliza.
Le sonrio en respuesta.
-Vamos - me extiende su mano para que la tome.
Por alguna extraña razon siento que puedo tener confianza. Tomo su mano y ella me guia a alguna zona desconocida para mi en el bosque. Los árboles van aumentando a medida que seguimos caminando.
-¿A dónde vamos? - le pregunto.
Ella ignora mis palabras y seguimos caminando, caminamos unos pocos metros mas y se detiene en frente de un árbol. Ella voltea su cuerpo hacia mi posición y me mira.
-¿Que? - le pregunto confundida.
Ella levanta su brazo y eleva su dedo índice señalando hacia arriba. Levanto mi rostro hacia la direccion en la que señala. Mi mirada recorre cada parte del árbol antes de llegar a su destino.
Una pequeña casa de madera no muy notoria entre las ramas, creada de forma aficionada, se encuentra a una gran altura y junto a esta una escalera formada por cuerdas y fragmentos del mismo material de la casa.
-Sube - la niña rompe el silencio.
Sedo a su orden y empiezo a escalar con cuidado la extensa escalera, algunas ramas a mi alrededor me dan seguridad en el extremo caso en el que se rompan las cuerdas. Finalmente llego a mi objetivo, mi mano se aferra a la parte exterior de la casa para mantenerme segura, y me elevo hasta sentarme en la orilla del suelo de madera.
-¡Listo! - le grito orgullosa.
Le grité a la nada, la niña ya no esta.
Me volteo y me adentro en la casa, es un poco mas grande de lo que se observa desde abajo, el peso que provocan mis pasos provoca que la madera rechine. Algunas telarañas se han acomulado con el tiempo sobre las ramas en los adentros, el aspecto tenebroso es imposible de disimular, una pequeña cama forma parte de la estrecha habitación y encima de esta una carta de color durazno, con una elegante caligrafía rezando mi nombre. Victoria.
Me acerco hasta su posición, agarro el aspero papel entre mis dedos, me es dificil leer aun, me aburro al intentar comprender todas aquellas palabras, mi garganta requiere de aire forzadamente al bostezar, mis ojos se cierran lentamente, me acomodo sobre el suave colchón y permito que el cansancio me consuma dejandome profundamente inconciente.
-Buenos dias princesa - la dulzura en sus palabras es acogedora.
-Papi - le digo somnolienta - habia una niña, y una casita del árbol, y tambien habia un colchón, un muchos, muchos árboles - trato de explicarle con ayuda de mis manos lo que soñé.
-Eso es maravilloso Victoria - me sonrie al escucharme - los sueños transportan tu memoria a diferentes lugares, diferentes - hace una pausa al intentar buscar una palabra adecuada - dimensiones - con ayuda de sus manos hace énfasis en la palabra.
-¿Que es una dimensión papi? - le digo confundida ante el nuevo vocabulario.
-Son diferentes alternativas del mundo Victoria, son otros mundos - la emocion al informarme sobre esto el el rostro de el es notoria.
-¿Como Marte? - trato de seguir aprendiendo.
-No Victoria - trata de ser comprensivo - como tener otra mami, tener otro papi, tener hermanos, pero en otro mundo.
-Deja de llenar de fantasía la mente de la criatura George - la dulce voz de mi madre hace que nos sobresaltemos ante la impresión.
-Pero es real Margaret - sonríe ante la presencia de mi madre.
-¿Acaso tienes otra esposa en otro mundo? - las palabras de mi madre denotan sarcasmo y frialdad.
-Claro que no Margaret - toma las manos de mi madre y la atrae hacia el, con su mano retira unos pocos mechones de cabello del rostro de mi madre - porque te elegi a ti - junta sus labios con los de mi madre.
Asqueroso.
-¡No! - grito asqueada - no te comas a mami - le grito a mi padre de forma divertida.
Todos reimos ante mi comentario.
-El desayuno esta listo - dice mi madre mas tranquila - lava tu carita amor, y luego bajas con nosotros ¿de acuerdo?
-¿lavar mi cara? - digo confundida.
-Estas llena de saliva Victoria, ve y lavate - señala el baño.
Asiento mediante un sonido nasal.
Mi madre toma a mi padre por las manos y lo guia a lo que supongo es la cocina. Me levanto de mi posición y me dirijo al baño, recojo un poco de agua en las palmas de mis manos y la vierto sobre mi rostro, me seco con una tohalla y me dirijo nuevamente a mi habitación, una carta color durazno esta sobre mi almohada, rezando mi nombre.
Me impreiono por unos segundos. ¿La carta de mi sueño?
Me acerco lentamente hasta su posicion.
-¡Victoria! - la irritación en la voz de mi madre es notoria, volteo mi rostro a su dirección para responder.
-Ya voy mamá - le digo algo atemorizada, volteo nuevamente mi rostro hasta la posición de la carta pero ya no esta.
Trato de ignorar todo y me dirijo a la cocina.
-¿Que ocurrió princesa? - mi padre trata de hablar conmigo.
-Nada - digo sin importancia mientras cojo una tostada de mi plato he introduzco un fragmento en mi boca.