Saben, es algo hermoso encontrar a la persona indicada en el momento exacto, aún recuerdo cuando el llego a mi vida.
Fue hace 8 años, yo había sido echado de mi casa, ya que según esto, solo era un estorbo pare ellos, que solo provocaba gastas innecesarios, así que me sacaron a la calle con la esperanza de que yo ya no volviera.
Comencé a vagar, nada se me hacía conocido, sentía mucho miedo de perros más grandes que yo, ¡¿Qué, pensabas que era un humano?! Pues no, solo soy un perro de raza chica ;p
Bueno, continuando con mi relato, sentía mucho miedo de lo desconocido y creo que todos los que están leyendo esto han sentido esa sensación.
Aunque con solo llevar un día de vago, yo tenía mucha hambre, no encontraba que comer o quien me dejase comer, me sentía demasiado cansado, así que en un parque cercano, me recosté bajo la sombra de un árbol, mirando a los niños jugando, a pesar de que tenía muchas ganas de jugar con ellos no podía, debido a que me sentía muy cansado y aparte tenía una pata lastimada debido que la noche anterior perros más grandes me mordieron defendiendo su territorio, debido a eso no podía ir a jugar.
Pero, sin embargo, algo me llamo mucho la atención, 3 niños golpeaban a un niño más pequeño, al terminar con él, el niño fue a sentarse a un árbol cercano al mío solamente para llorar, yo me acerque lentamente a él y me recosté en sus piernas, me miro con curiosidad y comenzó a acariciarme, por supuesto eso me gustaba.
No sé qué le dio a ese niño, pero de repente solo me cargo y camino hasta su casa conmigo en brazos, aunque suene tonto, sentía una sensación de seguridad a su lado, de camino a su casa paso por una dulcería, me dejo a un costado de la puerta y no tenía que hacer más que esperar, por fortuna no se tardó mucho tiempo, así que al salir me volvió a tomar entre sus manos para retomar el camino hasta su casa con la diferencia que ahora cargaba con una bolsa que olía muy bien.
Llegando a su casa, subimos a su habitación, me recostó sobre una manta que tenía por ahí y tomo un tazón y sirvió un poco del contenido de la bolsa en el para dármelo a mí de comer, sin dudarlo comencé a comer, sin embargo el niño fue a otra habitación y regreso con una venda y un frasco, puso un poco de pomada (creo que así le decía) en la mordida que tenía en mi pata y la cubrió con la venda, curioso miraba lo que él hacía, cuando termino me miro con una sonrisa y yo solo me quede viendo a sus ojos, cosa que el hacía también.
Con aquella mirada, supe que era el comienzo de una hermosa amistad entre él y yo, bueno al menos eso es lo que pensaba.
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EL ANGEL DE 4 PATAS
AléatoirePermite a tu corazón recibir un amor tan grande y sin condiciones