Las cartas que nunca envíe...

Dia 94

Hoy es día de instituto, me desperté muy temprano para no llegar muy tarde y sentarme en las sillas del frente, me cambié, desayune y me fui a la casa de Melissa, llegue y aún no estaba lista, tanto tardó que cuando llegamos a la escuela era justo la hora de entrada. Si, por eso siempre paso por ella temprano.
Llegue y Melissa y yo comenzamos a caminar hasta llegar al salón de Química, no puedo creer, ya solo estaban las mesas del fondo.
Nos sentamos y a los minutos llegaron todos, Azael, Chris, Jack y todas las chicas, después llegaste tú, entraste y todos te quedaron viendo, pero te dio igual, nos viste y te dirigiste hacia nosotros ¿Qué tanto te miraban? Debo admitir que me llegué a poner un poco celosa, ¿Qué estás haciendo conmigo Cole? No me pongo así por nadie, interrumpiste mis pensamientos sentándote a mi lado.
Me alegro que estés en mi clase- te dije.
-Y en todas las demás en donde estas me respondiste.
Terminó la clase y salimos todos, fuimos a la cafetería a comer algo, me quedé observándolos a todos un rato, vaya que amo a mis amigos, hice una buena elección.
Luego llegaron tus amigos, te saludaron y se fueron al rato, ellos son un año mayor que nosotros pero igual son tus amigos.
Me dijiste que querías aprender Karate y concluiste con un: y quiero que seas tú quien me enseñe, yo te dije si y sonreí.
Terminaron todas las clases, aburridas como siempre, salimos todos y cada uno se fue a su casa, te pregunté porque ibas conmigo y me dijiste que vivías cerca de mi casa. ¿Cómo es que no sabía eso? Srto. Cole, me ocultas muchas cosas.
También me dijiste que podría ir algún día y ese día podría ser mañana para enseguida aprovechar y practicar karate.
Yo solo acepté, llegué a mi casa y nos despedimos.
Entré y me pase todo el resto de la tarde en mi habitación hablando con las chicas.
Estos días han sido los mejores desde que estas tú en ellos, te estoy empezando a querer Cole Mohr.