Hola... Tiziana.
Se me está haciendo costumbre pasar por el lago con ese banco solitario. Es de tarde, se que no estarás por aquí así que... decidí sentarme en tu banco, se sentía tan ajeno, tan nostálgico.
Me quedé un rato sentada y me fui durmiendo poco a poco, creo qe comenze a escucharte tarearando la misma canción de siempre, fui abriendo mis ojos, joder ya era de noche, tú estabas a mi lado, no era un sueño, cuando me viste solo dijiste faltan 2 minutos, seguiste cantando, tu voz es muy dulce, me gusta, pero dos minutos ... Para qué?, Solo espere y después ví muy pocas luciérnagas pasar mientras los faroles se prendían, tienes pecas, tu piel es muy blanca detrás de todo ese maquillaje, sabes? Me daban miedo los vampiros, pero ya no, ya que te pareces a uno, ahora me parecen preciosos, bueno... Menos el hecho que chupen sangre... Espero que nunca lo hagas.
Me decidí por mirarte a los ojos, me miraste también, sonreíste, entonces otra vez lágrimas comenzaron a caer por tus mejillas, te recostaste sobre mi hombro, no sabía qué hacer así que solo te abracé e instantáneamente comencé a cantar tu canción, al parecer me la había aprendido.
Cuando paraste de llorar me levanté levemente disponiendome a irme.
-Espera- susurró.
-Si?
-Cómo te llamas?
-Jade. Y tú?
-Tiziana.
Sonreí
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Cartas a Tiziana
Short StoryEn la noche alumbrada por la intensa luz de los faroles en ese solitario banco, viendo como se paraba y sus lágrimas se desprendian junto a sus audífonos y su extrañamente hermoso baile de bajo de las estrellas y la luna.