#2 Hermanastros

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Otro día con mis 2 Hermanastros, como los odio. Siempre se creen mejores que yo sólo porque tienen 16 y yo 12, Ryan tiene el cabello castaño y su hermano, Tyler, rubio. Además de que los dos tienen ojos azules, mientras que yo tengo el cabello negro y ojos cafés. La mayoría de las veces quieren ser buenos conmigo pero a decir verdad, no confío en sus caras burlonas.

–¡Kevin! ¡Te tenemos un encargo! –gritaron los dos Hermanos al unísono.
–¿Por qué siempre me dejan los encargos a mí? –protesté entrando a la habitación.
–Porque somos tus hermanos mayores y nos tienes que obedecer –decía Ryan en lo que le daba un billete –Ahora ve a comprar botanas que ya se nos acabaron.
–Agh... está bien.

Agarró su chaqueta y salió hacia la tienda. Ya al momento de pagar, se dio cuenta que el billete que le habían dado, no era más que uno de mentiras.
Todo enojado se disculpó con la señorita que atendía y se marchó a su casa; pensando en que clase de cosas les iba a gritar.

–Sabía que eran tontos, pero no tanto... – murmuró para si mismo ya subiendo las escaleras porque de su casa.

Está vez se habían pasado, tal vez fuera una broma infantil, pero Kevin ya estaba molesto de que siempre fueran así con él. Estaba dispuesto a gritarles en cuanto entrará al cuarto.

–¡Ustedes dos!, ¡Por su culpa en la tienda... Yo.. oh.. lo siento –dijo tapándose los ojos y saliendo del cuatro.

Había entrado justo cuando se estaban desvistiendo. No sabía que hacer, ni cómo iba a verlos de nuevo al rostro sin sentirse avergonzado. Mientras seguía pensando en eso, escuchó que lo llamaban.

–Kevin, ya puedes entrar –decía una voz que no se podía destinguir.

Abrió la puerta con la cabeza dirigida al suelo, pero cuando alzó la mirada no vió a nadie.

–¿Chicos? –Preguntaba queriendo realmente no obtener respuesta para poder irse.

De pronto, uno de los hermanos se abalanzó sobre él tirándolo directo a la cama y tapándole la boca.

–¡Listo, Ryan! Cierra la puerta.

Los 2 hermanos se habían escondido. Cerrando la puerta con seguro por fuera ya nadie podía salir.

–Kevin. Nuestro lindo hermanito, ¿qué te parece si jugamos algo..?
–Hey, no lo asustes tan rápido –susurró el castaño acercándose a Kevin.

Ambos chicos estaban en boxers, queriendo quitarle la ropa con la mirada al chico; uno se deshacía de la playera y otro de los zapatos junto a los calcetines. Tyler se estaba desesperando, ya quería verlo desnudo. Kevin intentaba gritar, pero aún tenía tapada la boca provocando que solo salieran ligeros sonidos de angustia, así que Ryan lo sostuvo de los brazos mientras que el otro le quitaba el pantalón.

–¡¿QUÉ ESTÁN HACIENDO?! ¡ALTO!

–Vamos, ¡Grita!, no hay alguien en casa y no vendrá nadie hasta la noche.

El pobre pelinegro se estaba asustando, tenía miedo de que le hicieran lo que pensaba.

–Tranquilo, shh... Te prometo que no pasará nada ¿entendido? –terminó su oración Tyler bajándose el bóxer.

Acercando poco a poco su miembro con el de aquel pobre niño, bajándole también su ropa interior lentamente mientras su otro hermano le tapaba la boca, rozandolo suave y a la vez acariciándolo; Ryan se puso de rodillas en la cama sacando su pene y metiéndolo en la boca de Kevin. Él estaba en shock, no sabía lo que pasaba, ya ni siquiera se movía para evitar cualquier acción que ellos hicieran, entonces,  sus ojos se llenaron de lágrimas y rodaron por sus mejillas, soltando gemidos ahogados. El chico rubio lo estaba penetrando de embestida en embestida, fue en ese momento donde tomó conciencia de lo que pasaba, sintiendo una clase de dolor placentero a pesar de querer liberarse, Tyler le sujetaba los brazos en la espalda de éste sin dejar de penetrarlo salvajemente. No había forma de escapar, ellos eran más fuertes y él lo sabía. Al verlo ya cansado lo soltaron un momento, dejándolo en la cama; estaba jadeando intentando decir algo.

–D-Dejenme.. so-solo..
–Tranquilo hermanito, no te haremos daño, Ven aquí –dcía sentándose a su lado Ryan.
–N-No.. quie-ro..
–Somos tus hermanos mayores, será mejor que nos obedezcas –imponía mientras lo agarraba de la cintura y lo sentaba en sus piernas con rudeza. Colocó su miembro en la entrada y lo metió lento mientras besaba la espalda del chico.

–AAh.. du-DUELE .. n-no.. Aah..

Se movía suavemente metiéndolo cada vez más, agarrándolo de la cadera comenzó a levantarlo y bajarlo aumentando de velocidad; Kevin podía sentir la erección de su hermano dentro de él a la vez que la suya.

–Apuesto a que se siente bien –añadió Tyler sentándose en el suelo.

Inicio sobando la entrepierna del chico escuchándose solo gemidos de placer; se arrodilló y agachó la cabeza de éste para besarlo con pasión a la vez que jugueteaba con su lengua dentro de la boca del chico; paraba únicamente para dar un respiro y continuar con el beso mientras iba subiendo su mano para ir acariciando al rededor de su pene. Kevin intentó empujarlo levemente evitando que siguiera, pero Ryan al ver eso lo abrazó inmovilizándolo nuevamente excitándose a tal grado que eyaculó dentro de él y tuvo que retirar su miembro; acostando a Kevin a lo largo de la cama gimiendo, Tyler se acomodó a su lado y continuó masturbándolo, pero ahora, ambos estaban cara a cara. Situando una de sus manos en la espalda del chico prosiguió a acariciarlo y éste sólo le abrazaba, tenía miedo y sensaciones diferentes. El chico rubio lo agarró de las manos con fuerza y lo puso boca arriba mientras él estaba encima, ahora ya no tenía escapatoria y mucho menos fuerza, Ryan se acercó al pene del chico sin que le viera y comenzó a chuparlo a lo que el niño soltó un gemido de placer aún más fuerte.

–¡OH, oh.. AGH.. ¡AA- –lo calló un momento con un beso.
–Eres tan adorable~
–Siento que.. que me voy a co-correr... ahh..

Ryan dejo de chuparlo por un momento y dijo con una voz tentativa:

–No estaría mal si lo haces...

De inmediato puso su lengua en la punta y la masajeó de manera tan lujuriosa que no tardó en excitarse, chupándole por completo, succionándolo y apretando con sus labios hasta que sintió un líquido dentro de su boca y sin intención alguna de separarse, comenzó a tapar.

–aah.. si.. haa.. haa

Quedándose sin voz, fue ahí donde se detuvo, el par de ojiazules finalizaron con besos por todo el cuerpo. Tyler se sentó al extremo de la cama y vió cómo Kevin dirigió sus brazos a la cintura de él, abrazándolo mientras que Ryan decía:

–Te prometimos que no te haríamos daño.

–En un instante ya se encontraban acurrucados en la cama con Kevin en medio. Los dos hermanos se durmieron abrazando al pequeño.

Una Historia Para OrgasmearseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora