IV

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Caminaba por el castillo de los elfos, para ser más exactos daba vueltas en el pasillo en la habitación donde se encontraba Tweek siendo tratado por Kyle para que se recuperara. El rey le había dicho que el rubio tendría que descansar, ya que había respirado demasiado humo antes de caer desmayado y que tenía unos hematomas en sus piernas que con unos cuantos días se iban a mejorar, por suerte para el rubio no tenía huesos rotos o heridas profundas, eso calmaba un poco a Craig que sin descanso esperaba afuera de la habitación del rey Kyle por noticias de como se encontraba Tweek. Al sentir que se abría la puerta el pelinegro centró su mirada en el rey elfo quien salió en silencio de la habitación, al notar que Craig seguía ahí le sonrió.
— No te preocupes Craig, ahora sólo está dormido, se está recuperando bien, ya mañana estará mejor.—
El pelinegro suspiró aliviado y se sentó en el pasillo ya exhausto.
— Te noto algo cansado Craig, vamos, le diré a Pip que te arregle una de las habitaciones.— Dijo el rey mirando al pelinegro.
— No es necesario Rey Kyle, me quedaré cuidando a Tweek en la habitación. —
— Está bien, nos vemos en la tarde, ahora tengo que ir con Sir Stan a una reunión importante.—
El ladrón sólo le asintió y se dirigió a la puerta de la habitación donde se encontraba Tweek. Al pasar Craig vio a su querido rubio acostado en medio de aquella gran cama, sus cabellos alborotados lo hacían ver tierno mientras dormía, quien diría que ese cuerpo tan delgado pero bien formado sería de uno de los guerreros más fuertes del reino. Craig se acercó a la cama y se sentó en una de las esquinas de esta, desde allí contemplaba a su querido rubio dormir, ver que Tweek ya estaba mejor le tenía más tranquilo, se acercó a donde estaba el chico dormido y se acostó a uno de los costados del guerrero, se quedó mirándole mientras el otro dormía, para Craig, el rubio era importante en su vida y no había encontrado el momento de decírselo, porque no sabía cual sería la respuesta que le daría. Además Tweek consideraría que eso sería demasiada presión para él. Craig se quedó contemplando a Tweek por un rato más, para el pelinegro simplemente ese chico era hermoso, su piel blanca, sus leves pecas que resaltaban en sus mejillas, sus ojos verdes olivo, su cabello rubio y alborotado, su delgado, pero bien formado cuerpo, entre estos y más pensamientos Craig se quedó dormido.

Corría por el pasillo hasta llegar al salón real, allí tendría una reunión con sus padres y el Mago Cartman consejero de la familia, Kenny había olvidado completamente esta reunión y le habían exigido que no llegara tarde, ahora si estaría en aprietos, pero si se preguntan el por qué de su retraso, pues solamente les diré este nombre "Leopold", sí, Kenny había estado un rato con su amado en el jardín real, conversando y riendo mientras su paladín recolectaba flores para él, le encantaba compartir con Leo casi el poco tiempo libre que le dejaban las tareas de la realeza, Kenny la mayor parte del día se la pasaba en reuniones, estrategias de ataques, salidas a otros castillos y  conociendo pretendientes que cada vez que llegaban a mostrar sus ofrendas frente a la princesa y pronto reina de todo ese lugar, "ella " los rechazaba sin pensarlo dos veces, porque Kenny pensaba que si le explicaba a sus padres a lo mejor ellos lo dejarían quedarse junto a su amado paladín. Ya frente a las puertas del salón las abrió despacio para no importunar la reunión, que de seguro ya había empezado, al entrar Kenny se encontró con la mirada acusadora de sus padres y la inexpresiva mirada del consejero, quien ya conocía a la perfección a la princesa y sus costumbres de llegar a todos lados tarde.
— perdón por la tardanza, pero se me había olvidado el horario de la reunión. — Dijo Kenny entrando al salón y sentándose en la silla junto al mago que era la que estaba desocupada.
— Kenny, cuantas veces tendremos que repetir lo mismo.— Le dijo el rey.
—No puedes llegar atrasada a....—
—Las reuniones importantes, lo sé. — interrumpió Kenny algo fastidiado y suspirando agachó un poco la cabeza. —lo lamento no volverá a ocurrir.—
—Espero que así sea.— Le reprochó la reina antes de seguir con la reunión.
—Bueno ya que estas aquí tenemos que informarte de algo.—Dijo el rey seriamente.
—Que es lo que sucede?— Exclamó la princesa mientras miraba a sus padres.
—Hemos aceptado la propuesta de matrimonio con uno de tus pretendientes y creemos que es la persona indicada para que pueda gobernar este reino cuando nosotros ya no estemos.— Dijo la reina mirando a su hijo con una leve sonrisa.
—Que! Pero padres... yo... les... me opongo a ese matrimonio!—
Dijo exaltado Kenny ante esa noticia.
—No quiero escuchar tus reclamos Kenny, ya hemos tomado el acuerdo para unir fuerzas militares con el reino vecino, te casarás con Damien, el hijo único de los sattertrum.—
—Pero... pe- pero... — trataba de reclamar Kenny, pero un nudo en su pecho le impedía articular palabra alguna.
—Nada de pero Kenny! Te casarás con Damien y punto!— Le dijo mal humorado el rey poniéndose de pie ante los intentos de reclamo de su hijo, ya había rechazado a varios pretendientes con anterioridad y se estaban quedando sin opciones, además que el rey vecino conocía la situación de los Mc Cormick y de su hija menor que había fallecido, así que por esa razón habían aceptado el trato de matrimonio entre su hijo y la "princesa".
Kenny se levantó de su asiento y salió corriendo del lugar, como era posible que sus padres hayan sido tan crueles con él, jamás le habían tratado así y ahora de la nada trataban cosas a sus espaldas, como le diría a Leo el acuerdo de sus padres con el reino vecino? Lo que menos quería era dañar a su querido paladín, pero ya esto no tenía vuelta atrás, al fin y al cabo, los reyes habían hablado y poca esperanza le dejaban a Kenny para poder casarse con su amor. La princesa corrió sin mirar a nadie hasta su habitación y se encerró allí hasta que se tranquilizara. Esta reacción no pasó desapercibida para el paladín que al momento de ver a su princesa correr por los pasillos de esa manera, se preocupó y la siguió para poder estar con ella, pero sus intentos de conversar con Kenny fueron en vano y decidió quedarse sentado frente a la puerta de la habitación de su princesa esperando por ella, hasta que estuviera mejor.

Vida de ladrón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora