Cap 1

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Una fría brisa matutina golpeó la cara de Cyrus como si le dijera  "¡Mantente despierto!" mientras iba de camino a su trabajo. Se maldecía una y otra vez por quedarse dormido más de lo que debía y le parecía que de un momento a otro sus piernas le iban a dejar de responder de lo rápido que pedaleaba en un vano intento de llegar a tiempo a su turno como si nada hubiera pasado. Se tranquilizó al ver la parte de adelante del edificio de su sector, el  cual sus puertas seguían abiertas. Bajó la velocidad de su bicicleta para dejarla en cierto modo "estacionada" y fue directamente adentro. El sonido de las maquinariasy un murmullo creado a partir de muchas voces inundaba la fábrica. Cyrus fue desesperado a buscar los guantes, la gorra y el delantal blanco para empezar a trabajar sin que nadie se diera cuenta que apenas había llegado. Se fue a su puesto, pero para su sorpresa ya había alguien allí. Confundido, revisó el número del puesto pensando que a lo mejor se había equivocado de fila o número ese sí era su puesto en efectivo. El joven miró a su alrededor, esperando que algún compañero le diera almenos una pista de lo que estaba pasando, y entre todos esos trabajadores distinguió una figura de gran tamaño. La figura en blanco y negro avanzó entre el mar de gente directamente hacia Cyrus, el cual ya se estaba poniendo nervioso.
—¡Buenos... buenos días jefe!— balbuceó al gran hombre. Los ojos oscuros y llenos de ojeras de su jefe lo vieron con asombro.
—Señor Alsen, ¿por qué sigue aquí?— le preguntó.
Cyrus notó como el sudor frío se resbalaba por su cuello. Al parecer el no debería de estar ahí, y eso sonaba de una forma negativa.
—Nadie me a dicho nada que deba saber señor. Acaso... ¿estoy despedido?— dijo con dificultad esas últimas palabras, porque la verdad es que ni quería escuchar la respuesta. Su jefe se quedó unos segundos en silencio para luego soltar una inmensa carcajada que asustó a más de un empleado que estaba en la sala; con Cyrus incluido.
—¿Pero que dices hombre? Al contrario, solo te he transferido al departamente de Objetos-Uso Diario-Plástico. Puedes considerarlo un aumento.— le explicó sin dejar de sonreír, aunque su sonrisa transmitía miedo más que tranquilidad.
El albino dejo escalar un suspiro de alivio, ya sentía como su alma estaba lista  para salir de su cuerpo apenas oyera la respuesta pero decidió no hacerlo a última hora.
—Que bueno oír eso... entonces iré inmediatamente a mi sector— le dijo despidiéndose con un gesto de su mano, a lo que su jefe respondió de igual manera, y recogió sus cosas para ir a su nuevo departamento. Esta vez el viaje fue más tranquilo que al principio. Pudo disfrutar del ambiente frío que le ofrecía el invierno mientras buscaba el sector de "Objetos" de la empresa. Debido a los numerosos sectores que la compañía poseía Cyrus estuvo un buen rato dando vueltas por el sitio sin respuesta hasta el punto de que su indefensa piel comenzó a quemarse del frío. Pero al fin y al cabo, lo encontró gracias a la presencia de un conocido empleado afuera del sector. El hombre de tez oscura al verle se le iluminó la mirada.
—¿Acaso te has perdido, Cyrus?— le dijo en un tono calmado acompañado de una cansada sonrisa.
Cyrus dejó la bicicleta con las demás y fue hacia él.
—El jefe me a transladado a este sector, aunque no fue hasta ahora que me he enterado. Ademas Diego, ¿qué haces aquí afuera?—.
Ah, felicidades Siri— le alborotó la blanca cabellera y suspiró. —Necesitaba unos minutos de aire fresco. No soporto el olor de los químicos allí dentro—.
—¿Acaso no será solo una excusa tuya para escaparte un rato?—
Tal vez.— le respondió riendose.
Diego Ramirez era amigo de Cyrus desde la universidad y mientras estudiaban decidieron trabajar en el mismo lugar cuando se graduaran. Él era el tipo que en realidad no se preocupaba tanto de lo que pasaba alrededor suyo y prefería vivir su vida con emoción. Era totalmente opuesto a Cyrus pero aún así eran una buena combinación. Después del encuentro ambos entraron a la fábrica y conenzaron a trabajar.
                                   
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El Ingrediente SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora