Dead Soul.

Capítulo 2.

Narra Harry.

250 años antes...

-¿Puede esperar un minuto padre, por favor?

-Un minuto, ni un segundo más ni menos, no sé como puedes estar tan tranquilo.

-Déjalo -Bromeó-, tu hijo es un esquizofrénico, no le importa que esos... monstruos -Escupió entre dientes-  lo cojan y lo desminuyan a cenizas -Río, su riza me provocaba verdadero asco, odiaba a este hombre-

-Se llaman vampiros Peter -Añadió tio Car-

-No creo que lo entienda -Bromeé-, no creo que el tenga tan gran cueficiente intelectual como para ello, no obstante, si se lo explicamo como a ls niños pequeños puede que haya una pizca de esperanza.

-Te voy a arrancar la cabeza maldito niño -Dijo tío Peter avalanzándose sobrere mí, reí ante su impulso a la vez que padre y tío Car lo aplacaban- Soltarme, no le voy a hacer absolutamente nada -Dijo después de patalear, gritar y escupir tabús como una perra en celo- Acaba con esas piedras o te las incrustaré en la cabeza -Amenazó a la vez que se sacudía su chaqueta-

-Hijo por favor, date prisa. Está empezando a anochecer y no es seguro estar en el bosque a estas horas -Dijo padre algo apurado-

-De acuerdo padre -Dije rendido-, dejaré esto para otro momento. Pero que conste que lo hago pr usted -Miré a tío Peter-, marchémosnos.

-Gracias hijo -Me miró sonriente y golpeó mi espalda con su mano, le sonreí y comencemos a andar de vuelta a casa.

Odiaba todo esto, esta caza continua a algo monstruoso a lo que odio pero que es imposible que yo le pueda plantar cara. Ellos eran más fuertes que nosotros, aunque nosotros podíamos dadles caza uno por uno, descuartizarlos y quemarlos hasta que ya no quedase nada de ellos, ni una sola molécula. Cada vez que matábamos a uno les miraba a los ojos, quería ver su dolor y su miedo ante lo que nunca creían que iba a llegar, así mi dolor antes lo que le hicieron a ella disminuía aunque nunca desaparecía del todo. 

-¡Mañana volveremos aquí!, Quiero descuartizár a un par de estos, hoy solo hemos matado a tres de ellos. 

-¿Estás loco Peter?,¿Solo a tres de ellos?,¿Te aprecen pocos? -Dijo Car exausto.

-Tío Car, por una vez estoy de acuerdo con Peter -Mi padre me miró asombrado y tío Peter bufó-, qu hayan estado apunto de matarte un par de veces no es nuestra culpa -Sonreí y golpeé su espalda-, ya estoy yo aquí para salvarte.

-Mi hijo es todo un guerrero -Rió mi padre-, Igual deberíamos de volver ya a casa -Volvió a apresurar su paso-, tu hermano Louis estará allí esperándonos.

-Oh vamos papá, Louis tiene dos años más que yo, ya es mayorcito -Me quejé-

-Sabes que no me gusta dejar solo a tu hermano, ni a ti, ni a nadie -Añadió mi padre.

-Oh si, no vaya mi hermano a dejar solo a sus dos princesitas. -Bromeó el repulsivo Peter.

-Cállate -Chillé.

-No grites -Exclamó Car-, te pueden oír.

-Oh vamos, la neneza de mi hermanito ya ha tenido que...

Peter se calló al oír un ruido que provenía de uno de los matojos de aquel bosque, padre hizo un gesto de silencio y se ante puso ante mí cubriendo mi cuerpo con los brazos alzados, comenzó a andar hacia el. Puse mi mano en uno de sus brazos y agarré la pistola que tenía en su mano derecha, ya había perdido a mi madre y no iba a dejar que a mí padre le pasase nada. Negué con la cabeza y repetí la acción que el acababa de hacer, el asintió rendido. Sabía que si ahí había algo el único que podría hacer algo era yo, su edad ya hacia mella en el y yo solo tenía 19 años.

Narra Bel.

Estaba fascinada, la multitud de colores, animales, ruidos, plantas, árboles y flores era algo espectacular. Todo estaba muy tranquilo, podía escuchar como el viento pasaba por las ranjas de los árboles y las hojas caían poco a poco al suelo.

Saqué mi móvil de la pequeñ mochila que llevaba, cogí mis cascos y comencé a escuchar música. Me di cuenta de que tenía nuevos mensajes así que los abrí, estaba leyendo uno de ellos cuando tropecé con algo y caí al suelo, estaba tan concentrada en el mensaje que no vi aquella piedra grande, rme quejé y recogí los cascos y móvil que ahora se encontraban en el suelo y los volví a guardar. Vaya, nuevo récord, cuatro pasos centrada en otra cosa que no fuese el camino sin caerme.

Intenté levantarme cuando volví a caer otra vez, la rodilla me ardía.

-Mierda -Susurré.

Me había hecho un gran corte, los pantalones se habían roto y podía ver como salía la sangre.

Narra Harry.

Mierda, ya estaba harto de alimentarme de esos estúpidos animales, no podía seguir alimentándome de solamente eso, ¿Para qué haría ese estúpido trato?. Cada día estaba más harto de ellos, maldigo ese día y mi maldita estúpida idea de haberlo hecho.

Tenía que alimentarme, supongo que por solamente uno no pase nada, el trato era no llamar la atencción, por un humanito no pasará nada.

Entré en el bosque y comencé a correr, seguro que encontraría a algun excursionista o algo por el estilo, enseguidas me llegó un olor, el olor más delicioso que nunca había llegado a imaginar. Paré en seco y absorví aquel olor, no podía ser de un animal. Comencé a correr hacia el, era el olor más atractivo que nunca había olido, me percaté de que estaba muy cerca de donde el prevenía, paré de correr y me escondí tran un árbol.

-No lo puedo creer -Susurré y maldije mi existencia.

Tenía que haberlo imaginado, desde el principio su olor era diferente a todos los demás, sabía que este momento iba a llegar y es demasiada tentación como para ignorarlo. 

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