15, 20 y 40 cuadras

265 10 5
                                    

Era viernes durante las vacaciones de verano y tenía dos clases con horarios seguidos en lugares distintos, por suerte , no tan distantes.
Mi abuelo siempre me llevaba a ambos lugares en su carro, pero esta vez quise intentar ir sola. Aparte quería que el descanse. me di cuenta de lo fastidioso que era para el esperarme dos horas sentado y luego ir a otro sitio a esperarme una hora más.
Primero tuve que ir al clase de música, en mi colegio. Ir ahí no era ningún problema. Son solo quince cuadras desde mi casa.  Mi madre me dijo que vaya en bus, el pasaje eran cincuenta céntimos pues solo tenia que ir por una misma avenida. Antes de salir, agarré tres monedas de cincuenta y me puse la mochila en la espalda, me despedí de mis hermanos y me fui.
Al salir de mi casa, llamé a mi mamá. Le dije que ya estaba en camino. Cuando llegué al paradero donde debía esperar, pensé:

-son quince cuadras de frente, podría irme caminando si quisiera...¿por qué no?

Entonces,  con todas las dudas de que me podría pasar, emprendí el rumbo. 

Ya iba caminando tres cuadras, me estaba empezando a agitar...

-Eso me pasa por no hacer ejercicios...

De todos modos seguí caminando con el dinero en mano.
El dinero que debí usar para mi pasaje.
A las cinco cuadras vi pasar un bus.
El bus que debí tomar para ir.

En ese momento me entraron las ganas de dejar esta tontería , evitar trajines y subir de una vez al carro, pero algo me hizo seguir avanzando.
Supongo que fue mi curiosidad de saber si lograría llegar viva a mi destino.

Díez cuadras. Ya faltaba poco para llegar, lo bueno es que al cruzar las pistas no me topé con ningún semáforo en rojo, así que tenia tiempo de sobra. Eran las 2:35pm y mi clase empezaba a las tres de la tarde.

Doce cuadras. Estaba realmente cansada. Por un momento pensé en parar y comprarme una bebida, pero sentí que no me alcanzaría el tiempo y seguí caminando.
En ese momento me encontré en una pista que cruzaba dos avenidas principales. Se tenían que cruzar dos pistas de un solo semáforo.  Varios carros pasaban por ahí y la luz roja duraba más que la verde. Vi que me quedaban veinte segundos.  Empecé a caminar más rápido tratando de cruzar la pista antes de que cambie de color , pero el mar de gente que pasaba por ahí me impidió avanzar y el semáforo me ganó antes de llegar a la siguiente pista.
Tuve que esperar dos minutos a que cambie de color... sí, dos minutos.

Pasado ese tiempo, seguí caminando.

Catorce cuadras. Lo estaba logrando, pero ya faltaban cinco minutos para que empiece la clase, ese maldito semáforo me retrasó así que tuve que acelerar el paso.

Cuando llegué a la última cuadra solté un largo suspiro de alivio ( y de cansancio).
Entonces, ya más tranquila, doblé la esquina y avancé un poco más hacia mi colegio. Antes de llegar llamé a mi mamá,  le dije que ya había llegado.
De repente me dijo :

-Te has demorado un poco eh?

Me fijé en mi reloj de mano. Las tres y cinco...

-Sí...ya sabes...el tráfico...

Mi voz agitada y mis suspiros al hablar la hicieron dudar un poco, pero se la creyó.

Entonces le colgué y entre al colegio.

No paso nada interesante en la clase...
Los viernes son días bonitos para mi en ese taller, porque a la mayoría de mis compañeros de mi promoción les toca ir ese día. Así que hay más gente que los días que usualmente voy...

Las clases terminaban a las 5:30pm , pero yo debía salir temprano porque mi clase de oratoria empezaban a las cinco.

Me despedí de todos y me fui,  en el paradero de nuevo pensé :

Anécdotas y pensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora