Obsession: Let's Not Fall In Love ✒ Chaelisa ✒ Chaennie ‹‹FINALIZADA››

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Año y medio atrás...

Se encontraba Rosé en su salón, sentada a lado de la ventana dibujando y escribiendo lo primero que le viniera a la mente cuando la rodearon varias de sus compañeras, ella ya sabía por qué estaban ahí.
- Hoy se me olvidó mi cartera, lo siento, no tengo dinero - dijo la peliroja agachando su cabeza, desde que llegó a esa escuela había sufrido de acoso escolar por el simple hecho de ser de otro país.
- ¿Y entonces de dónde piensas que voy a sacar dinero para mi almuerzo? - le dijo la que al parecer era la líder.
- En serio lo siento, prometo mañana darte el doble - dijo intentando no hacer más grande el problema.
- Esta bien, tienes suerte de que hoy venga de buenas - dijo la chica. 

Estaba por irse cuando vio lo que Rosé había escrito 

- Vaya, ¿pero que tenemos aquí? - le arrebató su cuaderno y lo observó - "Lalisa Manoban", es broma, ¿verdad?

- ...

- ¿En serio crees que podrás llegar a ser cómo ella? ¿O que ella te llegue a hablar alguna vez? ¿Que note que existes?- Dijo en tono burlón.

Rosé sentía cierta admiración por Lisa ya que ella también era de otro país, sin embargo era la más popular en la escuela, tenía muchos amigos y siempre obtenía el primer lugar en promedio, nunca la había visto bien ya que Rosé prefería no salir de su salón de clases pero no podía evitar sentir cierta ¿atracción?... hacia ella.

- ¡Te estoy hablando! ¿Qué no piensas contestar? - Rosé agachó la mirada sin decir nada intentando no llorar - Bien, ya que no quieres hablar creo que me quedaré con ésto un tiempo.

- No por favor - suplico Rosé 

- ¿Lo quieres? - la chica estiró su cuaderno hacia la peliroja y antes de que Rosé lo pudiera agarrar la líder lo lanzó hacia una de sus amigas.

Risas y burlas se escuchaban en el salón y poco a poco se fueron escuchando por los pasillos, Rosé por más que intentaba recuperarlo era en vano, eran varias y ella estaba sola, en un acto desesperado por recuperarlo el cuaderno salió volando por el pasillo haciendo caer varias hojas, sus compañeras sólo se reían mientras se alejaban de aquella chica que juntaba las hojas del piso intentando no llorar.

Estaba a punto de tomar la última hoja cuando alguien se la dió.

- ¿Estás bien? - escuchó la peliroja decir de alguien, levantó la vista y se encontró con una chica de cabello rubio, grandes ojos y hermosa sonrisa.

- S-si - contestó nerviosa, había quedado hipnotizada por aquella rubia.

- Soy Lalisa Manoban, pero dime Lisa... Aunque al parecer ya me conoces - dijo con una sonrisa mientras veía la hoja con su nombre escrito, Rosé se sonrojo y se puso aún más nerviosa por lo que Lisa no pudo evitar reír - ¿Y tú eres...? - preguntó mientras le daba la hoja y extendía una mano para que se levantara.

- R-Roseanne Park, pero dime Rosé - dijo tomando la mano de Lisa, se levantó y acomodó sus hojas.

- ¿Quién te hizo esto? - preguntó la rubia.

- No tiene importancia - contestó Rosé agachando la mirada.

- Mmmm, bueno, pero no deberías dejar que te traten así.

Antes de que Rosé pudiera contestar escucharon que llamaban a Lisa, al parecer eran sus amigos.

- Perdón, me debo ir, un placer haberte conocido Rosé - le guiño un ojo y se dirigió a donde estaban sus amigos.

Desde ese día Rosé salía en todos los recesos y se sentaba a lado de una pequeña jardinera para observar desde lejos a Lisa, cada que tenía oportunidad de saber algo más de ella la aprovechaba, ya fueran rumores o chismes, no importaba con tal de poder saber algo más.

Y así estuvo el resto del año viéndola de lejos, a veces cuando la veía triste quería acercarse para ver si podía ayudarla en algo pero siempre algo o alguien lo impedía.

Hubo un tiempo en el que se le empezaban a notar ojeras a Lisa, se veía cansada, pero tenía un brillo especial en sus ojos lo cual le alegraba y a la vez entristecía a la peliroja ya que no era ella quien provocaba ése brillo.

Terminó el año y llegaron las vacaciones, lo cuál no le gustaba a Rosé por que ya no vería a Lisa por dos largos meses.

Al regresar a clases casi le da un infarto a la peliroja al darse cuenta de que había quedado en el mismo salón de clases que Lisa.

Sintió que iba a tener una oportunidad de acercarse a ella y tal vez de declarar sus sentimientos de una vez por todas, los cuales sólo la estaban matando por dentro, pero ésto último se vió interrumpido por algo, mejor dicho, por alguien: Jeon Jung Kook, quien ya llevaba mucho tiempo intentando que Lisa sea su novia, al parecer al fin lo había logrado.

Toda la escuela se enteró de que estaban saliendo, ¿y cómo no se iban a enterar si eran los más populares ahí?

Rosé, gracias a un pequeño incidente en el auditorio del colegio,  se tuvo que conformar con ser amiga de Lisa que aún así fue un gran logro para ella pero... no era lo que esperaba, la Lisa que era su amiga no era la Lisa que había conocido aquel día, sus ojos ya no brillaban, ya no sonreía de la misma forma que antes...

A las tres semanas de su relación de Lisa con Jungkook terminaron, pero al parecer él había terminado con ella, nunca se supo la razón, sólo que Jungkook ya no quería tener nada que ver con Lisa.

A la semana de eso Lisa otra vez ya no estaba sola, esta vez era con una chica, pero fue la misma historia que con Jungkook: fugaz y sin saber la razón de su rompimiento.

Actualidad

Así fue todo el año, al final todas las personas se fueron alejando de Lisa, todas... menos Rosé.
Quería saber qué era lo que había pasado con aquella chica que le había robado el corazón con una sonrisa...

¿Qué te pasó Lalisa? Se preguntaba la peliroja

Sus pensamientos fueron interrumpidos por un ruido que venía de las escaleras, era Lisa.

- ¿Tienes hambre? - preguntó la Rosé desde la sala.

- No - contestó Lisa colocándose una chamarra que se encontró en el cuarto de la peliroja mientras se dirigía a la entrada.

- ¿A dónde vas? 

- No lo sé, sólo quiero estar sola... - un silencio incómodo invadió el lugar en el cual Lisa veía el piso y Rosé veía a Lisa - tomé tú ropa - dijo rompiendo el silencio - vendré después para dártela y recoger la mía, la dejé secando en el baño - dicho ésto salió de la casa dejando a una Rosé pensativa y preocupada.

- Adiós...

No se qué te haya pasado Lisa, pero yo lo averiguaré...