No debí entrar

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Después de la pequeña charla educativa de la señora Robison , nos ivamos a nuestros respectivos cuartos , sin cenar , como se le ocurría.

En mi cama, no podía dormir, mis tripas no dejaban de sonar, me revolvía en las sabanas por otra parte no tenia frío a pesar de llevar solo una camisa larga de David , desde ahora mía para siempre y unos shorts negros que me llegaban hasta los muslos , me aburria y las opciones eran limitadas , anteriormente me asome y la luz de la cocina seguía encendida ademas acababa de llegar , no me había dado tiempo a esconder comida en el armario o en el colchón, cogí el móvil pero al no poder poner música lo devuelvo a su sitio inmediatamente.
Suspiro tras suspiro, alguien llama a la puerta, me levante de mi lugar de comfort y pregunte :
- ¿Traes mercancía? - La necesitaba y en mucha cantidad
- Ábreme la puerta - Notaba su temblorosa voz tras la puerta a causa del miedo que le tenia a su propia madre aunque lo admito , Carla, la señora Robinson, era una mujer de unos 40 años,cutis y estilo ambos perfectos, a veces tiende a ser un poquito, por no decir mucho, agresiva con su hijo, ella quiere que sea alguien importante en el futuro , como su padre y dice que todo lo que hace, es por su bien.... Madres... ¿Quien las entiende? Tienen mas bipolaridad que los adolescentes.
Una voz aterrada me impide seguir recordando las collejas de Carla hacia David, una tras otra, era divertido...
- ¡No! ¡Vengo a hacer cosas nazis!¡No te jode! - Contuve la risa y con dificultad lo deje pasar -

- Que agresivo...¿Estresado Robinson?-

- No, para nada - saco una bolsa debajo de su pijama- ¿Quién quiere chocolate?-Pregunto cerrando la puerta.

- ¡Gracias! - Me lo dio e inmediatamente, sentados en el suelo, ingerí los dulces como si no hubiera mañana- Te prometo dejar de burlarme de ti -
-Sabes q eso no ocurrirá -
Las risas se acumulaban en la habitación.
- Y te acuerdan cuando jugamos a... - pare cuando me di cuenta de que él solo estaba ahí , sin hacer nada , solo observandome , era perturbador - ¿No tienes hambre?

- Eres tan linda - Dijo derepente , trage forzosamente, se acerco más de lo necesario, yo por instinto retrocedi, hasta que note la fria pared contra mi espalda, su mano apreto mis carrillos , provocando que estrechará mis labios - Tengo ganas de ti - Su cara se encontraba a escasos centimetros de mí , lo más sorprendente es que se dedico a lamer las comisuras de mis labios, los ojos se salían de mis orbitas, podía jurar que no tenia pupilas, esto no era normal, intente alejarme de él pero no pude, la fuerza de su agarre era mayor, me rodeo con sus bbrazo y me provocaba cosquillas.

- Me encanta tu risa , Sara - Dijo y apoyo su cabeza en mi hombro inmovilizándome ¿He oído bien? Me abrazaba tan fuerte que me hacia daño , mi mal humor empezaba a asomarse al igual que el miedo por no saber su siguiente movimiento y rezando de que no se sobrepasara, porque no podría hacer nada, quería olvidar todo, empezar de nuevo, desde que entro por la maldita puerta, deseaba que esto fuera una pesadilla, el roce de sus dedos en forma circular, me aviso de que tenia que decir algo si no seria demasiado tarde para arrepentirse despues -

- No me esperaba eso... Buena broma - Dije con un hilo de voz, la tensión que gobernaba en el pequeño espacio entre nosotros aumentaba, yo empecé a reír como una histérica, porque lo estaba, cuando me pude calmar, levante con esfuerzo mis manos hacia su pecho y por fin, logre apartarlo, su fuerza o sus ganas de tenerme, habian desaparecido ¡Que alivio! Por lo menos tenia mi propio aire del cual respirar , lo mire , él no mostraba ningún gesto facial , parecía que estaba en otro lugar , lo sacudí aun así seguía sin responder.
En un sgumdo se levanto bruscamente, se notaba molesto y camino hacia la puerta, la abrió, me miró y cerró de un portazo.
Yo por otro parte, rezando por que no lo notara Carla, me acerque a la cama y usando la almohada de peluche, intentaba dormir, pero al pensar que no tenias el cariño ni el apoyo de tu mejor amigo en estos momentos, era devastador.

Paso el tiempo , el unico sonido en la habitación eran las manecillas del reloj, me encontraba en la ventana admirando las numerosas luces de la gran ciudad de Oklajoma , el sueño se desvaneció por eso todo estaba en calma , solo podia pensar en la reaccion de todos mañana al verme, no queria que preguntaran pero queria que se preocupasen por mi , muy raro pero eso es por mi gran miedo : Quedarme sola.
Las 6 de la mañana anunciaba el gallo de la vecina, no habia dormido nada, pero no me importaba, todavia no me podia sacar de mi mente lo de anoche, en frente de mi armario, previamente colocado para matar el tiempo, coji lo primero que vi : mallas negras y una sudadera rosa de Roma, no tenia las suficientes ganas de maquillarme y baje a desayunar.
- ¡Buenos dias cariño! ¿Y esa cara? - Pregunto Carla preocupada
Que tu hijo se sobrepaso anoche y mas cosas que rondaban en mi cabeza, estuve pensando en ello y no pude dormir- Nada - Yo como siempre callandome las cosas , algun dia sera para bien, me sente a la mesa y desayune, Carla cocinaba muy bien ¿O era su asistente? Da igual, estaba delicioso.
- ¡Ah! ¡Por cierto!¿Que haces levantada tan temprano?
- ¿Ir al Insti?
- ¡No!¡No!¡No! - Me gritaba mientras hacía chasquidos con la lengua, era desagradable.
- ¡¿Por qué?!
- Cielo, se que estas en una etapa muy difícil para ti, la pubertad - O por Dios no... - pero para las decisiones mas complicadas estamos la fami- adultos, los adultos, así que déjamelo todo a moi - Me cogió de los hombros y me llevo a mi habitación, yo me oponía, podría decirse que la señora Robinson me empujaba mientras mis pies eran arrastrados por el suelo, pobres convers.
- Descansa princesa, dulces sueños.
La verdad no hacia falta que me lo dijeran mas veces, iba a aprovechar esta situación para descansar aunque sea un poco.
Me tumbe en mi cama plegable y decidí caer en los brazos de morfeo hasta que suene otra vez mi alarma.

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⏰ Última actualización: Oct 27, 2017 ⏰

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