Capítulo V

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Mini maratón 2/2

Melissa tenía la boca abierta. Estaba tan o más sorprendida que yo.

Sobre el suelo y con la cabeza reposada sobre el retrete, el chico nuevo gemía de dolor. Estaba muy golpeado y su labio inferior sangraba.

-¡Y que no se te ocurra volver a intimidar a mi novia! ¿¡Entendiste?!

Pero me sorprendió aún más saber quién lo había golpeado. Junto a Dylan y otros integrantes del equipo de fútbol, se encontraba Steve, gritándole como un loco.

Melissa soltó una risita y ellos se percataron cuenta de nuestra presencia.

-Cassie.. Yo.. Yo.. -El tono de Steve había cambiado totalmente. -¿Cuánto has escuchado?

¿¡DE VERDAD?! ¿¡Había casi matado a un chico y sólo le importaba cuánto había escuchado?!

Me tranquilicé lo suficiente como para responderle pacíficamente.

-Lo suficiente como para darme cuenta de que este chico casi muerte por tu culpa. -Contesté en lo que me acercaba al chico y lo ayudaba a levantarse.

-Son unos tarados. -Dijo Melissa entre risas mirando a Dylan.

-¿¡QUÉ?! ¿Él se mete con nosotros y nosotros somos los tarados? Já. -Contestó ofendido.

-Ustedes... ustedes se metieron conmigo. -Respondió el chico tratando de mantenerse de pie.

Steve hizo un ademán para volver a atacarlo, pero Melissa lo retuvo.

Llevé al chico a la enfermería del Instituto, realmente estaba muy golpeado.

-Gracias. -Dijo sentándose sobre la camilla y sonriendo de costado.

Que hermosa sonrisa tenía. Era la primera vez que lo hacia frente a mi. Y sí que se veía lindo haciéndolo. 

Un silencio contestó por mi. 

-Así que Cassandra, eh? -Preguntó.

-¿Ya lo sabías?

-Digamos que antes de entrar al Instituto oí hablar mucho de ti.

-Ajá, y tu eres?

Una mujer de unos cincuenta años entró en la habitación sin dejarlo contestar. Vestía su regordete cuerpo con un delantal turquesa y unas zapatillas blancas; llevaba su desteñido y corto pelo recogido en un intento de rodete y unos anteojos le colgaban del cuello.

-Bueno, bueno, bueno, parece que a alguien le dieron una buena paliza. -Dijo colocándose los anteojos y mirado de reojo al chico. -Déjame adivinar, ¿el equipo de fútbol? -Él sólo asintió. -Ajá, esos chicos nunca se calman. -Continuó mientras reía. Luego clavó sus ojos en mi y suspiró. -Lo tengo controlado, puedes irte.

Asentí y me salí al pasillo. Melissa me aguardaba sentada al lado de la puerta. Se levantó apenas me vio.

-Gracias. -Le dediqué una sonrisa y nos dirigimos hacia la cafetería, aún había algo de tiempo para comer.

Tomé una ensalada y una botella de agua. Seguí a Melissa hasta la mesa de los populares y me senté al lado de Steve. Todos reían y hacían como sí nada hubiera pasado.

***

El timbre indicando la finalización de clases resonó en todo el edificio.

Todos empezaron a salir atolondradamente por la puerta.

Melissa se incorporó a mi lado.

Al final del pasillo, la misma escena del almuerzo estaba siendo recreada. Ambas observamos a Steve empujar al mismo chico contra los casilleros. ¿Qué nunca lo dejaría en paz?

-Calma, calma. -Trató de tranquilizar a Steve. Steve volvió a empujarlo. -Está bien, toma ¡Toma! -Continuó él sacando un paquete blanco y rojo del bolsillo trasero de su pantalón.

Steve se lo arrebató de las manos. Luego sacó un tubito blanco y naranja del paquete, se lo colocó entre los labios y le prendió la punta.

Nos acercamos aún más. Steve se lo quitó de los labios y lanzó humo por la boca.

-¡Diablos! -Exclamó riendo exageradamente mientras se lo pasaba a Dylan. Él lo colocó entre sus labios y absorbió.

«¿¡Qué mierda?!» Pensé. Los ojos se me abrieron como platos. Sabía bien lo que estaba haciendo.

Corrí hacia Steve y su grupo de amigos, pero ellos ya se habían alejado.

Me quedé mirándolos mientras cruzaban la calle y se pasaban el cigarrillo de mano en mano. Reían estruendosamente, cómo si eso los hiciera más felices.

Dirigí mi mirada a aquel chico. Lo observé reír mientras se alejaba por la puerta principal.

-Idiotas. -Lo oí susurrar entre risas antes de desaparecer al doblar en la esquina.

Middle of NowhereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora