Despertó.Empezó a abrir los ojos poco a poco,dejando que la luz del amanecer le iluminase el rostro.Estaba tumbado sobre la suave y húmeda hierba.Lo primero que vio fue las nubes de diferentes colores que adornaban el cielo.Eso le recordaba a los viejos tiempos,cuando todo marchaba con normalidad,cuando nadie se imaginaba que la Guerra de las Sombras llegaría,cuando la magia se utilizba para el bien,cuando la sangre de las criaturas mágicas no estaba corroida por la maldad y el deseo de ser una raza única...Dejó de pensar en eso,no le gustaba recordarlo.Se levanto de un salto,cogió sus cosas y se dirigió hacia la aldea.Como no se había ido muy lejos,no tardo mucho en llegar a los gigantes portones que rodeaban la aldea.Estaban hechos para protegerlos de cualquier amenza venida del exterior:demonios,soldados,trolls,licantrópos,etc.
Aunque sabía que en esta vida uno no podía protegerse de todo.El guardia que estaba en lo alto de la torre le pregunto su nombre.El chico contestó
-Soy Tauriel.El hijo de la costurera.He pasado la noche fuera,acampando.Me venía bien un poco de aire fresco.
-¡Acceso permitido! Ya puedes pasar.
Los portones se abrieron de par en par,dejando a Tauriel entrar dentro de la aldea.El ambiente era el mismo de siempre:los niños correteaban por las calles,haciendo que la gente se tropezase con ellos.Las mujeres se dedicaban a comprar la comida y ropa en el mercado que habia en la plaza principal,y los hombres estaban trabajando en sus distintos oficios.La gente mayor se asomaba por la ventana para ver que era lo que todo el mundo hacia,ya que su movilidad,con el paso de los años,se estaba volviendo limitada.Tauriel se dirigió hacia su casa.Era una modesta cabaña hecha de madera con techo de paja.Su madre estaba dentro,preparando la comida.Tauriel la vió, y la saludó
-Buenos días, madre.
Firia le contestó:
-¿Hijo mío,donde has estado toda la noche?¡Te he estado buscado como una loca por todo el pueblo! ¡Dime que no has entrado en Eryvorn!¡Sabes que tienes prohibido entrar en ese bosque!
-Tranqila,madre.He pasado la noche fuera de la aldea.No me he ido muy lejos.
Firia soltó un suspiro de alivio,y continuó:
-De acuerdo,pero la próxima vez me avisas antes.Sabes que no me gusta que te vayas por ahí solo.Cualquier dia te llevas una sorpresa desagradable.Y te recuerdo que por la noche salen las criaturas oscuras.¡Has tenido una suerte de que no te haya visto ninguna!
Tauriel se largó de la cocina lo antes posible,y se metió en su habitación.Estuvo allí viendo los mapas que su padre le había regalado antes de que se marchase a luchar a la Guerra de las Sombras.Nunca volvió.Esperaron meses,años.Pero nunca volvió.De repente,su madre llama a la puerta:
-Cielo,sal que la cena está lista.
-Ya voy,madre.
Tauriel llegó a la cocina y se sentó.La cena de aquel dia era la misma de siempre:una sopa de primero,de segundo pan con queso y aceitunas,y de postre un vaso de leche.Su madre y él estuvieron hablando durante toda la cena,sobre los viejos tiempos,sobre su padre,etc.Cuando acabaron,se levantaron los dos y empezaron a recoger la mesa.Al terminar,Tauriel le dió las buenas noches a su madre y se fue a la cama.Se tiro de golpe sobre ella.Estaba cansado.Tenia ganas de dormir.Aunque por otro lado quería pensar en lo que podría hacer si escapaba de la aldea,si escapaba de esa aburrida rutina,de esa aburrida vida.Queria salir de nuevo.Pero el cansancio le ganó.Cerró los ojos suavemente, y se sumergió en un profundo y dulce sueño.
Mientras tanto,no muy lejos de allí,un ser encapuchado que viajaba a caballo recorría los senderos que llevaban a la aldea a toda velocidad.Llevaba un mensaje muy importante,un mensaje que necesitaba transmitir.Sabía que el destinatario era un joven con ninguna experiencia,pero era la única opción.Ya habían estado demasiado tiempo sometidos al mal.
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Mysterious Lands
FantasyTauriel es un chico de 16 años que vive en la tierra llamada Narwon,un lugar donde existen criaturas mágicas y lugares misteriosos,donde todo era maravilloso hasta que llegó la Guerra de las Sombras,liderada por unas criaturas malignas y demoníacas...