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El día había comenzado con la salida del sol, y el turno de Rukia se había acabado. Antes de abandonar completamente el hospital, se dirigió hacia la habitación de Ichigo y observó cómo Amaya dormía en una silla al lado de la camilla sin soltar la mano de Ichigo. Se acercó a uno de los muebles y sacó una frazada con la cual tapó la espalda de la adolescente. La morena sonrió de medio lado y luego se retiró dejando a los dos Kurosaki atrás.

El camino hacia su departamento había sido más largo de lo normal, tanto pensamiento la tenía un poco mareada, la repentina llegada de Ichigo y Amaya le había llegado como un balde agua fría, nunca había pensado en que alguna vez los volvería a ver. Aquello no estaba dentro de sus planes.

Cuando ingresó a su departamento, lo primero que vio fue una nota en la mesita de centro.

"Sólo ha estado unos minutos solo, tuve que irme antes, lo siento.

M.R".

Rukia dejó el papel de lado y luego se dirigió a una de las habitaciones del departamento. Cuando abrió la puerta la imagen que la recibió era completamente enternecedora. El pequeño bulto de la cama se removió entre las sábanas al sentir un peso a su lado. Rukia había observado un momento al pequeño antes de acostarse a su lado. La morena besó la frente del pequeño y revolvió su cabellera naranja.

Ante el toque, el pequeño niño de cuatro años abrió sus ojos y miró a Rukia antes de sonreír.

—Despierta dormilón —susurró Rukia. Se puso de pie y abrió las cortinas para dejar entrar la luz del sol.

El pequeño hizo un puchero —Es muy temprano, mamá.

Rukia ignoró la protesta y comenzó a escoger una polera con un pantalón para luego dejarla encima de la cama.

—¿Acaso no quieres ir a ver al tío Renji? —Su hijo adoraba a Renji, le encantaba ir a su casa y jugar con él y Zabimaru. La emoción creció en los ojos del niño.

Rukia le ayudó a vestirse, para luego tomar desayuno, arreglar sus cosas y salir. Hoy era su día libre y lo aprovecharía. El camino hacia la casa de Renji era como de media hora aproximadamente en vehículo.

Una vez que estuvo fuera de la casa, bajó del automóvil a abrir el portón principal. Renji vivía a las afueras de Karakura en una gran casa. Renji cuidaba su granja casi todos los días, pero se cercioraba que en los días libres de Rukia no hubiera trabajo que hacer.

Rukia comenzó a entrar y una vez que se estacionó, los ladridos de Zabimaru la delataron. Segundos después, un pelirrojo venía saliendo de la puerta principal, vestido solamente con un pantalón de buzo. El gran bostezo que dio, lo delató frente a Rukia.

—¿No te habrás quedado dormido, verdad? —La morena, rodeó el automóvil para abrirle la puerta al pequeño, el cual salió corriendo hacia Renji.

Cuando el pelinaranja llegó hasta los pies de Renji, el hombre lo levantó en brazos —Hola, campeón.

—Hola, tío Renji —respondió mientras movía sus manos para sacar la mano de Renji de su cabello.

Rukia se acercó a ellos junto a Zabimaru, el cual no se despegaba de su lado y se posicionó frente a ellos.

—¿Qué vamos a hacer hoy, tío Renji? —habló con burla la morena, mientras Renji le miraba con fastidio.

Los cuatro se dirigieron hacia el patio de la casa, e hicieron un improvisado picnic, ya que Renji se había quedado dormido. Luego de comer, reír y compartir historias, Ryusei se fue a jugar junto a Zabimaru no muy lejos de donde estaban Rukia y Renji.

—¿Algo que me quieras contar? —Renji había observado por unos segundos a Rukia, y esta parecía algo ansiosa, su constante tamborileo con sus dedos de las manos la delataban.

Rukia giró su vista hacia él, y lo odiaba. Odiaba que la conociera tan bien y el hecho de que no podía ocultarle nada.

—Ayer vi a Ichigo —Renji se atragantó con la cerveza que estaba bebiendo y luego de reponerse la miró serio.

—¿Lo viste? ¿Te dijo algo?.

La morena suspiró —Sí, y no. Llegó como paciente anoche, está en coma, Renji.

Renji abrió los ojos sorprendido, no se esperaba eso.

—Ella...

Rukia no dejó terminar a Renji —Sí, Amaya llegó horas después de que fuera ingresado. Está tan grande, Renji. Es hermosa.

Renji la abrazó al ver como unas pequeñas lágrimas se asomaban por los ojos de la morena. Quiso hacerle muchas preguntas, pero esperaría a que ella estuviera preparada para contarle como se sentía.

Pasaron unos minutos y Ryusei no se daba cuenta de lo que estaba pasando. La morena se separó unos centímetros de Renji antes de separarse completamente.

—Ella llegó preguntando por su padre, y no se ha separado de él desde anoche. Me sentí tan extraña cuando la vi, en todos estos años, nunca me pregunté cómo era ella, si era feliz, si alguna vez la vería, en el momento en que se la entregué a Ichigo me desligué completamente de ella. Y ahora ella está aquí y yo no sé qué hacer... no puedo... no puedo simplemente ignorarla como lo he hecho todos estos años. Hay algo que me empuja hacia ella y me dan ganas de decirle que no está sola.

—Ella no está sola —interrumpió Renji —Tiene a su familia.

Rukia se secó las lágrimas con su mano y luego miró fijamente a su pequeño. Miró a Renji y vió la confusión en sus ojos, al parecer él no sabía —Pensé que sabías.

—¿Saber qué?

—Los padres de Ichigo murieron hace cuatro años, ella solo tiene a Ichigo. Y ahora, está dormido.

Renji frunció los labios ante la declaración, aquello era un problema. Amaya era menor de edad, y si Ichigo no despertaba...

—¿Qué va a pasar con ella?

—No lo sé —fue sincera. La policía aún no daba detalles de nada. Ni de Ichigo ni de Amaya —No sé qué hacer Renji, no estoy preparada para esto, no estoy preparada para decir la verdad, y si te soy sincera, no quiero que Amaya se separe de Ichigo.

—Nadie te está obligando a decir la verdad, Rukia. 

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⏰ Última actualización: Feb 13, 2017 ⏰

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