Capítulo 1.

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*Cinco meses atrás*

El día empezó como siempre me levante a las 5:30 de la mañana para empezar mi rutina diaria pero no sin antes bajar a desayunar con mis padres, al bajar alguien me tomo por el brazo y me tapo la boca llevándome a un rincón, yo reaccione tomando su muñeca con mi mano y tumbándolo.

-Bien hecho conejita- dijo mi padre de casi 40 años cabello rubio y ojos casi grises con una enorme sonrisa en la cara, el era muy alto media 1.90 centímetros.

-Gracias papá- le conteste haciendo una leve sonrisa, le estire mi mano para ayudar a levantarse.

-Muchas gracias conejita, ya no soy el mismo de hace 10 años.

-Ya está el desayuno- se escuchó la dulce voz de mi madre, ayude a mi padre y fuimos a la cocina en donde estaba mi madre con un delantal preparando Hot-cakes, al entrar mi mamá se me acerco, me dio un beso en el cachete, aún recuerdo su beso ese beso tan cálido y tan amoroso, de esos que solo una madre puede otorgar.

-Buenos días mamá- le dije regresándole el beso en el cachete.

-¿Cómo dormiste corazón?

-Muy bien mamá ¿y usted?

-Igual corazón- voltio su cara para dirigirme esa sonrisa tan cálida de la que era dueña. Mi madre cabello pelirojo intenso y piel morena con unos ojos cafés, ella era más chaparrita que mi papá y más alta que yo.

El desayuno ocurrió como siempre, aún recuerdo ese último desayuno junto a ellos, entre risas y charlas sobre las próximas vacaciones de verano que ya estaban cada vez más cerca.

-Deberíamos ir a Hawái- dijo mi madre con una sonrisa.

-Eso es muy trillado- le contesto mi padre frunciendo la nariz.

-¿Qué tal Alaska?- dije sin mirarlos a la cara, después de unos segundos de silencio levante la viste y los vi mirándome con una amplia sonrisa.

-¡Muy original conejita!-dijo mi padre subiendo un poco su tono de voz.

-Y es navidad deberíamos ir a ¡Hawái!

-Excelente- Se veían realmente emocionados por la idea y a decir verdad yo también lo estaba, termine de desayunar y me levante a lavar mis platos para irme a entrenar, apenas eran las siete de la mañana, así que me puse mi ropa deportiva y  antes de salir escuche que mi madre me gritaba que a las 12 me daría mi lesión de Piano diaria, salí y corrí los 10 kilómetros diarios hasta un parque donde hacía, mis 50 series de flexiones, saltos en escuadra, lagartijas y demás ejercicios, después de unas tres horas de entrenamiento regresé trotando a mi casa para que mi padre me diera mi clase de artes marciales diarias, mis padres solían ser espías y eran los mejores; mi madre siempre ha sido muy inteligente, prácticamente un genio, y ágil por lo que me ha hecho ser muy flexible y rápida además de que creo que me heredo un poco de su inteligencia por que mi I.Q es elevado, en cuanto a mi padre, él es muy fuerte y aunque no es un genio como mi madre también es inteligente, ya que había estado en la naval, ellos trabajaban en la misma agencia, iniciaron en el asunto de los espías a los 20 años en el asunto de los espías, trabajaban un equipo por casualidad pero desde ahí congeniaron para seguir trabajando como pareja y una cosa llevo a la otra, aunque solo trabajaron unos 8 años atraparon a muchos de los más buscados por la CIA, por lo que se ganaron muchos enemigos, cuando me tuvieron aun no dejaban la agencia pero después de tres años de tener que mudarse mucho para que no nos mataran mis padres decidieron renunciar y mi madre se volvió maestra de física cuántica en la universidad de Yale y mi padre maestro de ingeniería, a decir verdad eso me alegra mucho porque no tengo la preocupación de que de un momento a otro puedan volarlos en pedazos porque ellos son las personas más importantes para mi y yo sin ellos no sabría que hacer.

CristernaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora