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Al día siguiente Dipper regresó al bosque con la esperanza de poder encontrar a aquel misterioso extraño que le dejaba notas tan lindas.

Buscó casi todo el día, sin embargo no obtuvo pista alguna de su admirador secreto.

Desanimado, tomó rumbo nuevamente a su hogar sin esperarse que nuevamente aquellos matones quisieran dañarlo.

—¿Crees que estarás a salvo sólo porque ese idiota nos amenazó?.— tomaron a Dipper de su camiseta y lo tiraron a un pequeño lago que estaba cerca.— Te mataremos, Pines, sólo es cuestión de tiempo.— dicho esto último desaparecieron.

Dipper salió como pudo del lago y comenzó a llorar en silencio, odiaba con toda su alma su patética vida.

Odiaba su cabello, odiaba su marca de nacimiento, odiaba su nombre; se odiaba a si mismo.

Luego de que varios minutos pasaran sus lágrimas cesaron y se dispuso a caminar a casa, pero terminó tropezando con otra persona.

—L-lo siento, ¿estás bien?.— aquel desconocido le tendió la mano y Dipper la aceptó gustoso.

Dipper sonreía mientras miraba a aquel desconocido, pues dentro de él esperaba que aquella amable persona fuera aquel que le enviaba hermosas notas cada día.

—¿Quién eres? No te había visto antes.— No era él.

[ . . . ]

Dipper volvió a su hogar luego de haber pasado un rato con el chico del parque (cuyo nombre era Wirt).

Entró a su hogar y se encerró en su habitación, encontrando la nota del día esta vez en su cama.

La tomó con una gran sonrisa y comenzó a leer.

"Hola Pino.

Hoy estabas en el parque, aunque creo que ya no debería de extrañarme eso.
Como sea, pude ver cuando aquellos idiotas te empujaban al lago, lamento no haber podido hacer nada en ese momento.

Cuando estaba por ir para ayudarte... Te vi con ese chico, ¿Wirt era su nombre?, como sea, él parecía... Simpático.

Por los matones espero que ya no tengas que preocuparte ya que recién les puse un alto definitivo (y no, no los maté si acaso piensas eso).

Hoy mientras estabas con Wirt me di cuenta de algo que muchos han dejado pasar sobre ti y no hablo de tu marca de nacimiento. Pino ¿tú eres mudo? ¡Jamás me lo habría imaginado!. Si antes creía que eras adorable imagina ahora.

Espera nuevamente otra carta mía mañana, dulces sueños.

Atte: B. C."

Dipper sonrió y guardó la nota junto con las demás, sólo que esa noche hizo algo que no había hecho antes.

Dipper le dejó una sencilla pero aun así valiosa nota a su querido desconocido y se dispuso a dormir.

A eso de la media noche, bajo los rayos de la hermosa luna, un joven Beta leía con una sonrisa de oreja a oreja la preciosa nota que su amado Omega le había dejado.

"¡Hola B. C.!

Te agradezco demasiado las notas que me has dejado los últimos días, realmente sabes alegrarme el día sin importar que tan malo haya sido.

Esto puede que sea un poco irresponsable de mi parte pero... Quiero conocerte.

¿Te parece vernos en el bosque?

Atte: Dipper."

Bill corrió a su hogar, pasó toda la noche escribiendo la nota más hermosa que alguna vez le haya escrito a alguien y la dejó lista para su encuentro con su amado castaño.

Nada arruinaría lo que el esperaba fuera su encuentro perfecto.

Fuera De Lo Normal [BillDip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora