Único.

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Si hay algo que Yoongi odia, son las festividades ridículas que todo el mundo adora, porque gruñón se nace, no se hace y eso lo tiene muy claro. Navidad, año nuevo, cumpleaños, ninguna es tan mala como San Valentin.

Chocolates a mitad de precio o ridículamente caros, globos con corazones por doquier y parejas de aquí para allá. No hay nada peor que el día de los enamorados. ¿Acaso no puedo elegir yo cuándo ser cariñosa con mi pareja? ¡¿Eh?! ¡¿Por qué mierda me dicen lo que tengo que hacer, como si tuviera que cumplir con su voluntad porque vaya a saber quién inventó un día donde nos vemos obligados a ser detallistas?! Disculpen, es el ánimo de Yoongi, eso, no soy yo, osea pfff si yo, la narradora y autora de esto, soy un pastelito de amorsh.

Como decía, Yoongi odia con todo su amargo ser este día tan careta y, por eso, suele pasarlos como si estuviera en cuarentena, encerrado en su habitación y completamente negado a salir. Eso pensaba hacer hoy, hasta que recibió el grito de su madre.

—¡Ve a comprar chocolate!— Fueron sus gritos cuando entró en su cuarto. — Los Park vendrán en cualquier momento, querido. Y no acepto un no por respuesta.

Yoongi gime frustrado cuando su madre sale. Ahora debería aguantar y no romperle la nariz a nadie en la vía pública.

La calle está repleta de personas y Yoongi sólo tiene ganas de suicidarse con una de esas tarjetas de osos diciendo "te amo".

Como siempre pasa en esa fecha, las vidrieras de los locales están totalmente cubiertas de cosas lindas, que a Yoongi le generan repulsión. (Y a Belén también, gracias).

La voz chillona de la mujer que lo atiende le taladra el tímpano y se pregunta si quedaría muy mal que matara a todos en aquella dulcería.

Con una bolsa llena de chocolates en forma de corazón, tanto blanco como negro, Yoongi vuelve a su casa, listo a tiempo para recibir a los Park.

Jimin sonríe cuando lo abraza, tomándolo por sorpresa. Sus brazos lo envuelven con cariño y nuevamente Yoongi quiere vomitar. No sí, mentiroso.

—¡Hola, Yoongi-hyung! — Saluda efusivamente.

—Hola. Ahora adiós.

Se marcha, pero sonríe cuando siente los pasos de Jimin detrás suyo. Ambos entran en su habitación y se sientan en la cama. Sí, claro se sientan, ahora lo llaman así.

—Odio esta fecha.— Gruñe molesto con su cabeza sobre el regazo del menor.

—Es porque está viejo y amargado. — Es la respuesta que le da Jimin.— Tal vez si tuviera una pareja para compartirlo, sería divertido.

—Que asco.

—Deberíamos intentarlo. Digo si usted quiere, claro, salir a tomar algo, como amigos.— Jimin se encoje de hombros visiblemente avergonzado.

—No. Prefiero mi cama.

Sin aviso, Yoongi se incorpora y tira de Jimin, logrando que termine acostado a su lado. Una de sus manos se encuentra en la cintura de Jimin. Aspira su aroma y sonríe.

—Sí me gusta dormir la siesta.

Jimin se acurruca para dormir con Yoongi, y este piensa en que sería agradable pasar el resto de las festividades molestas de esa forma.
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Me pasé de 500 palabras 😡

Tenía que expresar mi odio por el 14 de febrero de alguna manera :) jajajaja

Bye~

Belén

De festividades ridículas y amor •YoonMin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora